La opinión de

En el ‘País de la Senda Interrumpida’

La alta planicie del Norte de Chile acrecienta su altura a medida que se expande hacia el Sur. La cordillera de la costa por una parte se nos presenta por el Oeste, mientras que por otra la cordillera andina ofrece ‘cordones’ paralelos a su masa. Elevación e interrupción que paulatinamente se vuelven oblicuos, y después perpendiculares a la costa. Entonces, la llanura se detiene y empiezan a propagarse los cerros al modo de ilimitados brazos que engarzan la cordillera con el mar.

Pazos, museos y viñedos de la ‘Ribeira Sacra’

Nos saluda el ‘Pazo de Muíños de Antero’. Construido entre las postrimerías del siglo XVIII y comienzos del XIX, desde entonces siempre perduró en manos de la misma familia. ¿Su fundador? Manuel Antero Yánez Rivadeneira, quien provenía de uno de los linajes más sobresalientes de Monforte de Lemos. Luego, nos trasladamos al ‘Pazo de Tor’, que es una de las mejores residencias señoriales del sur de la provincia de Lugo. Situado en un reducido alto desde donde se divisa casi todo el ‘Val de Lemos’, su origen data del siglo XIV; no obstante, la edificación que hasta nuestros días ha llegado, procede en su mayor parte del siglo XVIII.

Salitreras y ferrocarriles de Chile

Y tras aquellos milenarios nombres, adscritos al Norte de Chile, nos saludan las bellas palabras consumidas por el polvo inmisericorde. Bendita magia de estas tierras. “Un ferrocarril parece ser el mecanismo menos práctico para una región accidentada e inhospitalaria como es el Norte”, matiza el reconocido geógrafo e historiador chileno Benjamín Subercaseaux en su obra ‘Chile o una loca geografía’, Editorial Sudamericana, Santiago de Chile, abril de 1988. Recordemos que la zona salitrera exhibe más ferrocarriles que todo el resto del país. He ahí… 4.000 quilómetros de vías férreas. De ellas, dos líneas internacionales: Arica hasta La Paz y Antofagasta a La Paz. Asimismo, una línea central: el Longitudinal, que casi llega hasta Pisagua. Larguísimo trazado que finaliza en Calera, donde enlaza la red Norte con las líneas del Valle Central hasta Puerto Montt.

Arquitectura religiosa de Monforte y el Museo del Ferrocarril

Estamos delante del ‘Colexio da Nosa Señora da Antiga”. La iglesia se inspira en la de ‘Gesú’ de Roma, iglesia-madre de la Orden Jesuita. Su cúpula nos ofrece diez metros de diámetro y se halla sostenida por cuatro arcos sobre los cuales se sitúan cuatro ángeles que sostienen los ‘emblemas’ de Jesús y del Cardenal. He aquí la Capilla del Santo Cristo donde vemos un ‘Crucificado’, obra de Valerio Cioli, artista de esculturas para la tumba de Miguel Ángel. Un patio abrazado por soportales hermosea su claustro. Como era de esperar, en el centro de cada una de las fachadas luce un escudo, correspondiente al Cardenal, a la casa de Lemos, a la Casa de Alba y a las ‘Escolas Pías’.

El puerto chileno de Iquique, antes de avistar la pampa

La mayoría de ciudades ‘nortinas’ se encuentran situadas en la costa; Calama y el pueblecito de San Pedro, en el interior. Sencillos oasis. Muy cerca, el mineral de Chuquicamata, que tiene viviendas para sus trabajadores y un buen hospital. Desde luego que en la costa se hallan las mejores ciudades. Antofagasta y también Iquique son las principales. Otras poblaciones han quedado al modo de ‘simples salidas del salitre’, tales como Junín y Caleta Buena. Iquique es venerable cuyo origen fueron las prósperas minas de plata de Huantajaya, en la época de la ‘Colonia’. A mediados del siglo XIX surgieron los paseos y las refinerías de azúcar, sus fábricas de licores y manufacturas de tejidos, sus 40.000 habitantes, sus fideos y su Corte de Apelaciones.

Bibliografía y arquitectura en Monforte de Lemos

Henos ante la Exposición Bibliográfica acerca de la historia de Monforte de Lemos. La sala 1 de la Casa de la Cultura ‘Poeta Lois Pereiro’ de Monforte –situada en la Plaza de España– nos ofrece una exposición bibliográfica permanente dedicada a la historia monfortina, constituida por alrededor de 150 volúmenes en los que sobresalen los 90 títulos cedidos al ‘Concello’ por el reconocido coleccionista José Luis Martínez Montero, sin olvidar la aportación de los señores Carlos Rodríguez Fernández y Javier Rodríguez Casares. Con nosotros, la memoria de aquellos hombres y mujeres que se erigieron en protagonistas, desde los abades de San Vicente “do Pino” hasta los poderosos Condes de Lemos.

‘Rúas’, casas, arte, en Monforte de Lemos

Continuando por las antiguas y hermosas sendas de Monforte de Lemos, nos hallamos en la Plaza Dr. Goyanes que otrora se denominaba ‘Rúa dos Ferradores’ y, más tarde, ‘Cantón de Bailén’. ‘Cantón’...

Tradición histórica y modernidad de Monforte de Lemos

La rebelión de ‘Os Irmandiños’ –según las ‘crónicas’ de la época– llegó a destruir 130 castillos y fortalezas en toda la comunidad durante dos años. La fortaleza de Monforte de Lemos, desde luego,...

Ríos, montañas e indígenas de las tierras chilenas

Si observamos las laderas de la “puna”, veremos que algunos de los indígenas “quéchuas” y “aimaraes” han labrado sus terrazas de cultivos, captando algunos riachuelos. Ellos han construido toscas viviendas que configuran pequeños lugares suspendidos sobre los abismos. Alejados del mundo, viven ahí, apartados de la influencia de la civilización: sosegados y hieráticos, su mirada alargada de los ojos incaicos, cara enjuta y cierta fraternidad que mantienen desde la época de Atahualpa.

Monforte y la familia Castro de Lemos

Nos hallamos en Monforte de Lemos, la capital de la denominada “Ribeira Sacra”, donde el poder del Condado de Lemos, desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, legó numerosas huellas en la fisonomía de la ciudad, muchas de ellas pueden ser todavía visibles. He aquí las murallas, pazos y conventos. Sus museos y puentes. Sus plazas y el nombre de sus calles. Excelencia de sus mágicos viñedos y selectos brindis gastronómicos. Anocheceres de ocio en la “rúa Cardeal” y su entorno. Ese tramo del río Cabe que fluye entre “a Ponte Medieval” y “a Ponte Nova”, además de “o Campo da Compañía”.

Mapas de Chile y cordillera de los Andes

“Visto en el mapa de América, Chile aparece como un largo ribete amarillo que bordea a la Argentina por el oeste. Se diría una simple coquetería cartográfica para que las fronteras de aquel país no mojen en las aguas heladas del Pacífico. Mirado en un mapa regional, Chile aparece un poco más ancho y dividido en provincias de diferentes colores. Es lo que llaman un mapa político. Su aspecto es deplorable y confuso. Su estudio también”, escribe el geógrafo e historiador chileno Benjamín Subercaseaux en las páginas de su clásica obra Chile o una loca geografía, Editorial Sudamérica, Santiago de Chile, 6ª edición, abril de 1988.

‘As arpas de Breogán’ en el ‘Himno Galego’ de Veiga y Pondal

“Despóis unha cidade foi fundada por Breoghan na España: Brigantia o seu nome; no frente dela, que é chamada Torre de Breoghan: unha placente e deleitosa morada, e un lugar pra velar e vixiar: era aquelo. Naceron fillos e este Breoghan despóis en España; éstes son os seus nomes: Bregh, Cuala, Cualinge, Blad, Muirthemme, Eble, Nar, Ith e Bile”, leemos a través de las páginas de los Libros das Conquistas que constituyeron el manantial de donde bebió Eduardo Pondal, el bardo gallego de Ponteceso, glorificando al divino Breogán.

Atacama, los incas y guaraníes de Chile

El “roto” norteño de Chile –tan superior al sureño– es posible que sea una huella mezclada con la vieja civilización de Atacama y de los pescadores neolíticos del litoral. Pues, en efecto, en los salares atacameños se hallan, incluso en nuestros días, algunos islotes puros, si bien degenerados, de estos antiguos pobladores. Si nos remontamos al año 1200 después de Cristo, constataremos las invasiones parciales. Una de ellas, los “chinchas”, asimismo descendió de los Andes a la altura de Atacama y Coquimbo, venidas de las “pampas” del este: los “diaguitas”.

Fuentes de inspiración literaria en el ‘Himno’ de Eduardo Pondal

Además de Florián de Ocampo –Cronista de Carlos V, de linaje gallego– y sus conocimientos historiográficos acerca del dios Breogán, junto con las “glosas” de Joan Anio o Joan de Viterbo, existe otra fuente de propagación de tales tradiciones. Pues, en efecto, el hecho de que España intentara ayudar a Irlanda, sin comprenderla, a juicio de Mathew, manifiesta unas estrechas relaciones de nacionalidad. A este propósito dedicó un libro el notorio historiador Emilio González López, quien tantísimos datos compilara sobre este tema. Hagámonos ahora la siguiente pregunta: ¿cuáles fueron los más significativos episodios de estas relaciones, en Galicia? La estancia de Stukeley en Viveiro en 1570 o la formación del Cuerpo de Voluntarios para la expedición Fitzmaurice en 1579.

Orígenes y evolución histórica de Chile

“Hay hombres que tienen cierta locura heroica y empeñada cuando se proponen realizar una idea. Así, aquella mañana del 22 de noviembre de 1520 debió parecer un desatino a los capitanes españoles,...

El ‘Fogar de Breogán’ en el ‘Himno Galego’ de Eduardo Pondal

“Tal é o trazado do ‘Himno’ en que o cantor dos ‘Rumores’ e dos ‘Queixumes’ espallou pra os galegos a verba dos arbres benqueridos da súa terra, aqueles mesmos do ‘pinal de Tella espeso’ que invocaba o cativo bergantiñán de ‘A Campana de Anllóns”, recapitula el admirado escritor y profesor, siempre en nuestra memoria, Don Xosé Fernando Filgueira Valverde en su estudio monográfico O Himno Galego: Da “Marcha do Reino de Galicia” a “Os Pinos” de Veiga e Pondal, Caixa de Pontevedra, Pontevedra, 1991.

El portugués Malgalhães y los capitanes españoles, en Chile

“He leído cientos de libros que me mostraban las necesidades de Chile, la importancia de Chile, el orgullo de ser chilenos: ninguno de ellos me hizo sentir el placer de ser chileno. Por lo menos, yo no supe gustarlo hasta que escribí el mío”, asevera, ni corto ni perezoso, Benjamín Subercaseaux en el ‘Prólogo’ de su libro Chile o una loca geografía, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, abril de 1988, cuya primera edición corresponde a la ‘Empresa Arcilla, S.A.’, año de 1940. Esta sexta edición de ‘Editorial Universitararia’ corresponde a la décimonovena edición de la misma obra.

Contenido de las “estrofas” del ‘Himno Galego’ de Pondal

Si en el segundo “estadio” del ‘Himno Galego’ los pinos dirigen a Galicia su respuesta, contemplándola abrazada de verdor, esto es, al mismo tiempo la evocación agraria y el símbolo de esperanza, y con buen destino, “afiuzada polos astros”, Galicia siempre valerosa, erguida de vetustos “castros”, ahora debe volver a su acorde, teniendo como aguijón el mismo ultraje que la leyenda negra arrojó sobre ella: “o fogar de Breogán”. Nos encontramos ya en el tercer “estadio”, mientras continúan hablando “os piñeiros”. Ellos distinguen a aquellos que comprenden su voz y “maltraen” a quienes no saben comprenderla, que son “os fillos desleigados”.

El historiador chileno Benjamín Subercaseaux explica su Geografía

“Es más fácil escribir un libro que tratar de explicarlo. En verdad, las geografías no necesitan de un prólogo para ser entendidas, y esta precaución es de rigor solamente en aquellos libros que salen un tanto del marco habitual”, afirma Benjamín Subercaseaux en su obra Chile o una loca geografía, Editorial Universitaria, 6ª edición, Santiago de Chile, abril de 1988. Obra que fue publicada originalmente por ‘Empresa Ercilla, S.A.’, 1940, siendo esta sexta edición de Editorial Universitaria correspondiente a la 19ª edición de la misma.