Opinión

El ‘Coro Pétreo’ del Maestro Mateo en la Catedral de Compostela

Merced a la reconstrucción del ‘Coro Pétreo’ del Maestro Mateo de la Catedral de Santiago de Compostela, la Fundación ‘Pedro Barrié de la Maza’ llevó a cabo una empresa de sobresaliente calado artístico e histórico. Necesario es recordar que el ‘Coro’ fue construido alrededor del año 1.200 y demolido en 1603. Una gran parte de sus piezas sirvieron para diversas obras de la misma Catedral. Fuera de ella, algunas como simple material de construcción; otras, con carácter ornamental, entre las que descuellan las figuras que decoran la fachada de la ‘Puerta Santa’ o bien las que albergan el Museo Catedralicio y el Museo Arqueológico Nacional. Empero, muchas esculturas y fragmentos escultóricos que formaron parte del ‘Coro’ se han ido rehabilitando paulatinamente. Sus sucesivos hallazgos, además, impulsaron el anhelo –ya expresado por señeros investigadores y académicos– de reconstruir, en la media de lo posible, el ‘Coro’, a fin de impedir la definitiva pérdida de una obra de singular trascendencia para el Patrimonio artístico internacional.

El ‘Coro Pétreo’ del Maestro Mateo en la Catedral de Compostela

A partir de 1990 en que la Fundación publica el magnífico estudio de los doctores de Arte Otero Túñez e Izquierdo Perrín acerca del ‘Coro’ del Maestro Mateo, y firma un Convenio en 1995 con el Cabildo de la Catedral de Compostela, comienza una exhaustiva labor –no exenta de complejidad y dificultades–, con el fin de conseguir la recuperación, manifestando así el auténtico valor de un “conjunto artístico” de inefable significado. Coincidiendo con el ‘Año Santo 1999’ pudo mostrarse el ‘Coro’ para el gozo de los visitantes que llegaron a la Ciudad del Apóstol.

“Con la consagración de la Basílica jacobea en 1211 –expresaba quien fuera arzobispo de Compostela Julián Barrio Barrio–, a la que asisten Alfonso IX y el Infante heredero, el futuro Rey Fernando III el Santo, el gran Maestro Mateo ponía término a la opera Sancti Iacobi. Con su obra la Historia de la Humanidad alcanzaba una de las cumbres artísticas culturales: el ‘Pórtico de la Gloria’ y el ‘Coro Pétreo’. Complementarias ambas en su alto valor simbólico. Porque, en verdad, el nexo conductor fue el ‘Libro del Apocalipsis’, esto es, la Revelación de Jesucristo al Apóstol San Juan. Bellezas iconográficas, cuyas imágenes, en imperturbable diálogo divino, inspiraron a nuestra poetisa Rosalía de Castro: “¿Están vivos? ¿Serán de pedra aqués sembrantes tan verdadeiros, aqueles ollos de vida cheos?”.

El ‘Pórtico’ nos ofrece la visión de la Gloria del ‘Cristo Eterno’, quien ha realizado la “gesta redentora del género humano”, cantada por los veinticuatro ancianos: “Con tu sangre han comprado para Dios hombres de toda nación”, según la visión apocalíptica del apóstol San Juan en la isla de Patmos. ¿Y el ‘Coro Pétreo’? Así se nos entrega como símbolo de la ‘Nueva Jerusalén del Cielo’, cercada por altas torres, cuyos pilares son los profetas y los apóstoles. Si contemplamos su interior, he ahí la ‘Ciudad de Dios’ o el “templo dentro del templo”, según San Agustín, que celebra la “liturgia eterna del oficio divino”, junto al altar en el cual se inmola el ‘Cordero de Dios’. En la fachada del ‘Coro’ vemos representada la ‘Epifanía’. El rey de Reyes: “Cristo que es la piedra angular, sobre la cual toda edificación se alza bien trabada para ser templo santo del Señor”, según el pensamiento de San Pablo en su ‘epístola a los Efesios’.