Opinión

O Salnés y A Barbanza, sellos del pretérito de Galicia

Mientras recorremos las hermosas y nobles tierras del Salnés, meditamos en la travesía de su historia. Así, en 1523, con la reforma de los monasterios en Galicia, el de Armenteira se incorporó a la congregación de Castilla, de manera que tuvo una etapa de reorganización interna que, asimismo, repercutió en sus posesiones. La comarca fue también hospedaje de familias tan ilustres como las de Soutomaior y Ulloa; más tarde, de los Monterrei y, al cabo, de la insigne Casa de Alba. No sería en vano recordar que la Iglesia Compostelana continuaba ejerciendo su jurisdicción sobre estas tierras hasta el siglo XIX, en que le quedaron reducidos sus derechos por un decreto de las Cortes.

O Salnés y A Barbanza, sellos del pretérito de Galicia

A lo largo de los siglos XIX y comienzos del XX se instalaron las principales villas del Salnés. Evoquemos, y cómo no, la llegada de empresarios oriundos de Cataluña, quienes llevaron a término la “puesta en marcha” –al igual que la presencia de los mismos en la Ría de Vigo– de la industria conservera en la comarca. A causa de la nueva división territorial municipal de principios del siglo XIX, el Salnés quedó distribuido en nueve ‘concellos’, que pasarían a ser diez en 1845 con la segregación de Ribadumia del término de Cambados. Durante las primeras décadas del siglo XX, Vilaxoán y O Carril –‘concellos’ independientes– formaron parte del de Vilagarcía de Arousa.

Ahora bien, en 1997 nuevamente se reorganizó su división territorial con la segregación de A Illa de Arousa de la de Vilanova de Arousa. Ciertamente, el despertar del turismo en el sur de la comarca –además de O Grove y Sanxenxo–, significó un magnífico impulso para su economía, si bien, preciso es reconocerlo, con un evidente costo en la entidad de su paisaje, pues, a partir de la década de 1960, se emprendió la instalación de los enormes “complejos turísticos” de Sanxenso y Portonovo, O Grove y A Toxa.

La Ría de Arousa es la más larga de las cuatro ‘Rías Baixas’, puesto que se extiende entre la península del Barbanza al norte, y la mayor parte del ‘val do Salnés’ al sur. Concretando, entre la punta del Couso al norte y el tómbolo del Grove al sur. Al igual que todas las ‘Rías Baixas’, mantiene una dirección dominante nordeste-suroeste. Son varias sus islas: la de Sálvora, en la entrada, la de Arousa y A Toxa en el centro, y la de Cortegada al fondo. En la margen norte de la Ría se halla la comarca del Barbanza, situada al suroeste de la provincia de A Coruña. Se extiende por la porción meridional de la península del Barbanza, que penetra en el océano Atlántico entre la ría de Muros y Noia, situada al norte, y la de Arousa al sur.

Hemos de recordar que la comarca del Barbanza –junto con la del Salnés– le otorga “forma” a la Ría de Arousa, con la matización de que, mientras la del Salnés pertenece a la provincia de Pontevedra, la del Barbanza está vinculada a la de A Coruña. Tanto O Salnés como A Barbanza –desde la perspectiva física– pueden definirse como “península”. He aquí un acervo de pequeñas ciudades: junto con Santa Uxía de Ribeira y Vilagarcía se ubican O Grove y Cambados, Boiro y A Pobra do Caramiñal y Rianxo, así como numerosas entidades de población, dispuestas de manera continua. Estoy contemplando el “Ara” dedicada al dios Neptuno, del siglo III, en Alobre, lugar de Vilagarcía de Arousa ¡Fiesta anual y veraniega del Agua! Ufanos sellos del pretérito…