Opinión

“Después vino ‘Tierra de Fuego’, para algunos la soñada ‘Cola del Dragón’ de los Tolomeos. Los autóctonos la llamaban ‘Yaktemí’, ‘Ayukenk’, ‘Yac Haruin’, ‘Tkoyuská’, o ‘Tkeyuská’, ‘Karukinká’ o ‘Karuinká’, ‘Huisiac cu’, ‘Oneshin’ o ‘Kojokeren’. Los blancos comenzaron a incluirla en la ‘Brasilia inferior’ o en la ‘Terra Australis incógnita’, hasta que finalmente la llamaron ‘Tierra al Sur del Estrecho’, para continuar por ‘Tierra de Mauricio’, ‘Tierra de Játiva’ y ‘Tierra Meridional del Rey Carlos II’. Triunfó el nombre megallánico de ‘Tierra de Fuego’, escribe el historiador Juan E. Belza en su imprescindible obra ‘Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna’, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra de Fuego, Argentina, 1978.

En la madrugada del 18 de agosto de 1936, Federico García Lorca fue asesinado por la espalda, junto al maestro republicano Dióscoro Galindo y a los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, en los alrededores de Víznar, provincia de Granada. Ni siquiera hubo un proceso militar sumario, y testimonios de los propios ejecutores, en lugares públicos, hablan de vejaciones y torturas infligidas al poeta. Ocurrió hace ochenta y cinco años. Antonio Machado, su más claro antecesor poético, escribió su elegía desgarrada:

“Desde Camposancos se dirigían a la inmediata villa de A Guarda, donde encontrarían ayuda en el llamado ‘Hospital de San Marcos’, que se hallaba situado junto a la actual torre del reló, en el ángulo que formaba la calle de San Marcos y la rúa del Medio. Según Fontela, llevaba este nombre en semejanza del homónimo que existía en Braga y en otras poblaciones portuguesas consagradas a este santo Evangelistas”, escribe Ernesto Iglesias Almeida en su estudio ‘El Camino Portugués de la costa: testimonio documental’, perteneciente a la imprescindible obra titulada ‘El Camino Portugués de la Costa’, editado por la ‘Asociación de Amigos de los Pazos’, Artes Gráficas Vicus, Vigo, 2002. El libro se presenta con textos y dibujos de Grato Amor Moreno; Ignacio Fernández da Rocha, Ernesto Iglesias Almeida y Carlos del Río Bouzas.
“Para quien está en el Paraguay, la lengua guaraní es el medio de comunicación más apropiado, casi necesario. La mayoría de los paraguayos se sienten identificados con la lengua guaraní, raíz de su cultura y expresión de su ser nacional. La lengua guaraní es de hecho la lengua nacional; es la lengua del pueblo paraguayo”, leemos en los prolegómenos del libro ‘El guaraní a su alcance. Un método para aprender la lengua guaraní del Paraguay’, CEPAG (Centro de Estudios Paraguayos ‘Antonio Guasch’), Asunción, 1997. Las dos últimas ediciones son la 13ª de 1995 y la 14ª de 1997 (reimpresión).

Aún en la época de la Independencia, más de la mitad del actual territorio argentino, habitado por pueblos originarios, apenas había sido pisado por europeos, salvo cautivas o cautivos, prófugos de la justicia o aventureros como el francés autotitulado ‘rey de la araucaria’. Un paisaje, natural y humano, que José Hernández describió con maestría en su ‘Martín Fierro’. El ‘desierto’ era el nombre empleado por el ‘hombre y la mujer civilizada’ para referirse a esas planicies interminables, fuente de futuras riquezas para el país que amanecía.

“Hace años, el presidente de la ‘Asociación Amigos de los Pazos’ don Juan Manuel López-Chaves Meléndez, quien me honra con su amistad, me encargó un trabajo de investigación sobre los ‘Caminos Portugueses’ de peregrinación a Santiago de Compostela que discurrían por la diócesis de Tui-Vigo, con motivo del ‘II Encuentro sobre los Caminos Portugueses’, realizados bajo el patrocinio de la ‘Asociación’ en el Año Santo de 1992”, escribe Ernesto Iglesias Almeida en su estudio titulado ‘El camino Portugués de la Costa: testimonio documental’, inserto en la imprescindible obra ‘El Camino Portugués de la Costa’, ‘Asociación Amigos de los Pazos’, con dibujos y fotografías de Grato Amor Moreno, Artes Gráficas Vicus, Vigo, 2002.

“El idioma guaraní es la única lengua amerindia oficial de un Estado moderno, junto con el castellano, que se incorpora entre los tantos diccionarios bilingües que publica ‘Editorial Océano’ para todo el mundo, acompañando al castellano. El guaraní es Lengua Oficial en el Paraguay junto con el castellano y es co-oficial con el castellano en el departamento de Santa Cruz, de Bolivia, oficial alternativo con el castellano en la provincia de Corrientes, de Argentina, y co-oficial con el portugués en varios municipios de diversos Estados del Brasil”, escribe Lino Trinidad Sanabria en su ‘Prólogo’ al libro Diccionario Práctico Guaraní-Castellano y Castellano-Guaraní, Editorial Océano, Barcelona, 2017. Impreso en Paraguay, Industrias Graficas Nobel, S.A.

El Consejo del Libro y la Lectura ha obsequiado, a cada uno de los consejeros, la obra reunida de nuestra grande y admirada Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura 1945. Este extraordinario regalo pareciera venir de las manos de la niña de Elqui, en tiempos de incertidumbre y zozobra, como bálsamo hecho de palabras fecundas.
Inicio estas palabras pidiendo perdón a mis lectoras y lectores. Esta crónica es muy autorreferente, pero asumo la pretensión y su riesgo. Un ex lector dejó de leerme, diciéndome que le molestaba el “excesivo yoísmo” de mis textos. Puede que tenga razón; la tiene, sin duda. Después de todo,...
“En la actualidad, todo investigador serio sobre las peregrinaciones a Compostela, tanto en Portugal como en España, conoce la rica variedad de los Caminos lusos y, por ello, rechaza que se hable de una única vía a la que se denomina, en exclusiva, Camino Portugués. Así como a nadie se le...
“El Pleno de la Academia de la Lengua Guaraní en Asamblea Extraordinaria del 22 de junio de 2018, en su carácter de representante de la soberanía de los hablantes de la lengua utilizada mayoritariamente por la población nacional del Paraguay y lengua oficial del Estado paraguayo, según la...
La peste planetaria que padecemos, desde hace algo menos de dos años, dentro de su fatídico y aterrador proceso, nos depara algunas sorpresas capaces de renovar la esperanza, sobre todo cuando no avizoramos la pronta conjuración de la pandemia y hay que adaptarse o sucumbir.  He aquí la...
“La presencia minoritaria de mujeres en el caudal de peregrinos que anualmente recorría el ‘Camino de Santiago’, hace que las instituciones dedicadas únicamente al alojamiento de mujeres sean muy escasas. Naturalmente nos estamos refiriendo tan sólo a aquellos hospitales cuya función es albergar a pobres, viajantes y peregrinos y no instituciones para la acogida de enfermos con males específicos, como la lepra”, escribe la historiadora Marta González Vázquez en su esencial monografía Las mujeres de la Edad Media y el Camino de Santiago, Xunta de Galicia, Compostela, 2000, reedición ‘Camiño do Xacobeo’/ 2004.
Jorge Calvo, conocido e ilustre narrador nuestro, toma prestado el título de su reciente novela (SIGNO Editorial, octubre 2020) de una canción amorosa de Joan Manuel Serrat. Es un buen nombre, que se aprecia mejor al cabo de la lectura de sus doscientas dieciséis páginas. Calvo escribe al final de la narración un rango de fechas: Estocolmo 1999; Santiago 2016.

El 9 de junio recién pasado, el poeta Omar Lara había cumplido ochenta años de fructífera existencia y de apasionada vida literaria. Nació en Nohualhue, Nueva Imperial, en el sur lluvioso y entrañable de la Araucanía, donde nacieron para la poesía, la lucha y la esperanza, otros notables poetas chilenos: Juvencio Valle, Miguel Arteche –un 4 de junio, quince años antes que Omar–, Juan Toledo, Eulogio Suárez, Elicura Chihuailaf, nuestro más reciente Premio Nacional de Literatura, galardón tan apreciado como escurridizo al que fuera postulado también Omar Lara, con merecimientos indiscutibles para haberlo recibido.

Merced a la gentileza de Brenda Arce y su hermano Daniel, además de la disponibilidad de Santiago en Asunción, hoy tengo sobre la mesa de mi escritorio la Gramática Guaraní, Academia de la Lengua Guaraní (ALG), 3ª edición, corregida, Asunción de Paraguay, agosto de 2020. 

La carbonada es un caso especial dentro del recetario de la cocina criolla. Alguna vez tocamos el tema en esta columna, pero vale recordarlo, ya que llevamos casi 22 años escribiendo aquí, y los lectores se renuevan. Vamos al asunto: Ya hacia fines de la colonia, la combinación dentro de la cocina criolla, en particular porteña, de la ciudad y de la campaña, daba como resultado platos con marcados rasgos españoles pero con evidente adaptación a los productos del país; después de la independencia de España, y la inmigración masiva en la segunda mitad del siglo XIX, el intercambio cultural y gastronómico se acentuó. Los recién llegados concluyeron aclimatándose a la carne asada, muchos platos europeos, si bien adaptados a los ingredientes nativos, se impusieron y cobraron genuina ciudadanía criolla.

Si deseamos rastrear la peregrinación marítima de mujeres inglesas, habremos de tener presente la literatura de índole popular. He aquí el caso de la “peregrina viuda” que se nos presenta en los Cuentos de Canterbury, cuyo autor es Geoffrey Chaucer durante la Edad Media europea.

Sergio Infante ha escrito una vibrante novela, Unquén, el que espera, sobre un tema abordado por buen número de escritores chilenos: la desaparición forzosa de personas a manos de los esbirros de la dictadura militar chilena (1973-1990) y la consiguiente búsqueda, a menudo infructuosa, de sus familiares cercanos. Herida abierta por la fatalidad de la ausencia y la impunidad de los criminales.