Monforte y la familia Castro de Lemos
Nos hallamos en Monforte de Lemos, la capital de la denominada “Ribeira Sacra”, donde el poder del Condado de Lemos, desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, legó numerosas huellas en la fisonomía de la ciudad, muchas de ellas pueden ser todavía visibles. He aquí las murallas, pazos y conventos. Sus museos y puentes. Sus plazas y el nombre de sus calles. Excelencia de sus mágicos viñedos y selectos brindis gastronómicos. Anocheceres de ocio en la “rúa Cardeal” y su entorno. Ese tramo del río Cabe que fluye entre “a Ponte Medieval” y “a Ponte Nova”, además de “o Campo da Compañía”.
¿El origen de Monforte de Lemos? Fueron los primeros pasos de una población que data desde hace más de 2.000 años. Porque, en efecto, en el parque ‘Zapardiel’ –ladera nordeste del monte de San Vicente del Pino– se hallaron los más antiguos vestigios descubiertos hasta la fecha: los restos de un poblado ‘castrexo’. El cual reunía los requisitos fundamentales que exigían sus pobladores: fácil defensa, óptima visibilidad y cercanía de los cursos fluviales. Presentaba, además, una serie de infraestructuras como canalizaciones para el agua y trazado de “rúas” que incitan a pensar a los investigadores cómo en la época prerromana fue uno de los núcleos comerciales más sobresalientes de la comarca.
Ahora bien, en las Crónicas, escritas en torno a este territorio por Plinio el Viejo durante el siglo I después de Cristo, se nos habla del pueblo de los “lemavos” que habitaba en el “castro Dactonio”, al sur de la ciudad de Lugo. Tal vez los restos del “Monte de San Vicente” pertenecieron a este “Castro Dactonio”. Los “lemavos” son, pues, aquellos que habitaron estas hermosas tierras de Lemos. ¡He ahí el Condado, uno de los más notables de Galicia, de la mano de la familia Castro! Recordemos que en el siglo XI la infanta doña Urraca y el conde don Ramón –por orden del rey Alfonso VI y la reina doña Constanza– concedieron al conde don Froilán y a su esposa doña Estefanía, merced al consentimiento del abad del monasterio benedictino asentado en la cima del “Monte de San Vicente”, que aquél otorgaría parte de sus terrenos en el “Monte” para la construcción de un “burgo” así como el permiso, a fin de celebrar en él “ferias y mercados”. ¡Próspera ciudad-fortaleza medieval! ¡Formidable muralla defensiva colmada de torres como la célebre “Torre del Homenaje”!
Desde luego, la familia Castro de Lemos, poseedora del “Condado de Lemos” –uno de los más representativos de España en la época moderna– nos brindó un extenso testimonio en la ciudad. Edificaciones como el “Colexio da Nosa Señora de Antiga”, el Palacio Condal y el Convento de las Clarisas. Los Condes de Lemos –sobre todo los “séptimos”– don Pedro Fernández de Castro y doña Catalina de la Cerda y Sandoval, fueron asimismo “mecenas” de famosos escritores como, entre otros, Luis de Góngora y Miguel de Cervantes. Preciso es evocar cómo su atención hacia el mundo de las Letras manifestaba aquel origen de su familia y, además, por la educación jesuita recibida en Monforte de su preceptor el Padre Diego García Rengifo, el autor del clásico Arte Poética Española.
Estamos ya en 1467, cuando en Galicia tiene lugar “a revolta de Os Irmandiños”. 130 fortalezas y castillos fueron destruidos por la comunidad campesina.