He aquí el ‘Cemiterio dos Eidos’ –un bello jardín romántico– de la Villa de Redondela de Galicia, provincia de Pontevedra. Un tiempo hubo en que se tenía por costumbre enterrar los cadáveres en el interior de los templos, con la creencia de que las reliquias de los Santos los protegerían y que sus imágenes y sacros rituales, que allí se llevaban a término, ayudarían al alma a alcanzar el Cielo. Ahora bien, tal hecho tuvo, desde luego, sus detractores a lo largo de los siglos, poniendo de relieve la circunstancia de la permanente insalubridad.