“Jacobinos los había también. Bolívar encontró en Londres al más conspicuo representante del partido, a Miranda, quien llevaba varios años de residencia allí, frecuentando los círculos más diversos y considerado en su propio país como individuo peligroso fuera de toda ponderación. ¿No era acaso rojo y radical? ¿No se vio obligado a emprender una lamentable retirada, después de su prematura y nefasta intentona de cinco años atrás? A Bolívar se le había prevenido expresamente que se mantuviese alejado de Miranda”, expresa el historiador de cuna alemana Émil Ludwig en su insoslayable obra Bolívar. El caballero de la gloria y de la libertad, editorial Losada, S. A., Buenos Aires, 1958, tercera edición.
“En aquellos años la política inglesa estaba dominada por la hostilidad contra Napoleón. Los ingleses no podían considerar a España en dicho juego sino como un peón, y como otro a las colonias españolas. La ruina de España como potencia de primer orden habría sido un azar afortunado, si Napoleón no fuera el vencedor. Pero ni siquiera por esta circunstancia podía retardarse la decadencia del mayor imperio rival, y, como es de suponer, que España bajo los Borbones no habría perdido sus colonias. Inglaterra tiene que agradecer a su enemigo Napoleón la mayor tranquilidad de que disfrutó durante el siglo XIX, y hasta su ascensión al rango de primera potencia mundial”, leemos en las páginas de la ineludible obra titulada Bolívar. El caballero de la gloria y de la libertad, editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 1958, tercera edición, escrita por el historiador de raíz alemana Émil Ludwig, cuya traducción al castellano corresponde a Enrique Planchart, biografía realizada por encargo del Gobierno de Venezuela.
“O Umia, máis novo ó saír dos montes do que o Ulla, sabe deseguida da madureza dunha terra histórica de antiga nombradía: O Salnés. Poden ser discutidos os seus lindeiros, a esfera do seu chamamento. Ninguén ha negar nin negóu a orixinalidade das súas veigas en rodopio, dos seus fatos de cotos de rexa entrana e soaves aspeitos. Mandan no Ulla os ritmos no senso do decorrer. O río impón a súa forma e senso. O val camiña. O Umia déixase abranguer por ritmos circolares. Abóndalle con xuntar os regos e darlle ás augas un sistema. A figura dos fermosos outeiros, entrana e coroa dos cotos do Salnés, semella gardar a lei xeral da comarca. E se o Ulla vai pasando polas ‘facies’ e estaxes de esteiro, O Umia, na paisaxe madurecida de Cambados, chega á ría ensoando mainas feituras de val”, escribe emocionadamente el ilustre –el que fuera ‘patriarca das Letras Galegas’– Don Ramón Otero Pedrayo, catedrático de Geografía de la Universidad de Compostela y renombrado escritor, en su libro Os ríos galegos, editorial Castrelos, Vigo, abril de 1977.
“La llegada a Caracas del Gobernador y Capitán General enviado por la nueva ‘Junta’ española en 1809 comenzó a provocar la división. Emparan era un general español de clase noble, y Bolívar, lo mismo que sus amigos, conocía y aprobaba su anterior actuación en una provincia de Venezuela. La ‘Junta’ había enviado al mismo tiempo al coronel Rodríguez del Toro, pariente de la mujer de Bolívar, en calidad de inspector de las milicias; los tres habían mantenido en Madrid relaciones de amistad, pero como la juventud noble de Caracas quería la libertad del país y gobierno propio, muy pronto se llegó al conflicto”, afirma el reconocido historiados de raíz alemana –nacido en Breslau, 2n 1881– Émil Ludwig en su imprescindible obra Bolívar. El caballero de la gloria y de la libertad, editorial Losada, S.S., 1958, tercera edición, impresa en Argentina, Buenos Aires, y traducida por Enrique Planchart; obra escrita por encargo del Gobierno de Venezuela, con su primera edición el 9 de febrero de 1942.
“O Ulla é xa un río grande de 130 quilómetros, que nasce na Fonte de Ulloa e rega esta bisbarra e concellos de Monterroso, Antas de Ulla e Palas de Rei (partido de Chantada), e forma despóis lindeiro antre as provincias de Cruña e Pontevedra, formando o val da Ulla, e desembocando perto de Carril, na ría de Arousa. Os seus afluentes son: pola dereita, o ‘Lavandelo’, na terra de Monterroso; o ‘Gundín’ e o ‘Pambre’ na de Palas de Rei; o río ‘Seco’ e o ‘Furelos’ en terra de Melide; o ‘Besoña’ que se lle xunta en Ribadulla…”, leemos a través de las páginas del esplendente libro Os ríos galegos, exhaustivo compendio de los imprescindibles estudios geográficos, cuya autoría corresponden al ‘petrucio das letras galegas’, el gran escritor y profesor ourensano Don Ramón Otero Pedrayo, en su edición de ‘Castrelos’, Vigo, 1977.
“Conxúntanse coa graciosa e azul ría de Pontevedra polos espellos do sosegado esteiro, espaciado nos sonados ‘salóns’, o val ben remontado nos montes do Lérez, tanxente á comarca de Cotobade, relacionado coas outras enxebremente pontevedresas, traballado en Fidalgo e antigo granito. Pé do monasterio do San Benitiño, das frondas da Caeira e da fachada de Santa María, no concertárese en paisaxes gravemente, finamente inspirados pola marea coas dos pequenos e matizados ríos Tomeza e Alba, figura soavemente colmada a paisaxe do val do Lérez”, leemos en las páginas del hermoso y admirado libro Os ríos galegos, ediciones Castrelos, Vigo, 1977, cuya autoría responde a la pluma –poliédrica y arborescente– del eminente polígrafo gallego Don Ramón Otero Pedrayo.
Analogías pampeanas, semejanzas, coincidencias cronológicas, hechos y personajes relacionados con la extensa región pampeana, base de la producción agrícola-ganadera argentina, es el tema de la crónica de hoy. Fines del siglo XIX y principios del XX, cuando el puerto de Buenos Aires era la meta de millones de emigrantes, y la República Argentina del primer Centenario asombraba al mundo con su poderío económico.
“Pues todo esto ocurría en época de los Borbones y del gran poderío de España. Aun por Turquía y Egipto peregrinó Miranda, hasta el momento en que se incorpora a la Gran Revolución y combate como general francés a las órdenes de Dumouriez. Cuando éste se pasa al enemigo, Miranda se separa de él en medio de la batalla y, acusado de alta traición, obtiene una brillante absolución, después de un formidable proceso. El pueblo lo llevó en triunfo hasta su habitación. El general Miranda, héroe militar de dos continentes, amante de la zarina, la emperatriz Catalina la Grande, y de la libertad, era célebre en el mundo entero”, leemos en las páginas de la imprescindible obra titulada Bolívar. El caballero de la gloria y de la libertad, editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 1958, tercera edición, cuya autoría corresponde al historiador de origen alemán –nacido en Breslau en 1881– Èmil Ludwig.
“Durante tres siglos España dominó una gran parte del mundo, una extensión mayor que la poseída antes por pueblo alguno. Guerreros y conquistadores, aventureros y grandes comerciantes, y, sobre todo, navegantes, habían visto vencido al turco, a Italia y Portugal conquistados, prisionero a un rey de Francia, sometido al Papa a su voluntad y derrotados los ingleses y los corsarios alemanes.