Han asesinado a más seres humanos por el dictado de cualquiera de los últimos presidentes de Estados Unidos que por orden de su ex mercenario en Afganistán, el fanático Bin Laden, que supo encauzar el resentimiento antiyanqui para perpetrar sus crímenes, tan salvajes y terroristas como invadir países o arrojar bombas por exigencias del mercado (cada asesino mata con lo que puede).