Opinión

El fin de semana, próximo a romper el claroscuro del alba –una vez cruzada la cordillera del Atlas viniendo de Marraquech y dejando atrás las alturas del volcán fósil del Sirua, al encuentro de la recordada Al Mahbes de los años juveniles en alquerías de soledades y espasmos en el alma– arribé al Sahara.
La barra del ‘Rover’ anda a vueltas con la fecha del 18 de mayo que recuerda el triunfo militar artiguista en los campos de Las Piedras. Unos dicen que hace ahora doscientos años fue cuando empezó todo y otros dicen que recién a partir de 1825 o 1830 podemos hablar de independencia. Es cierto que el tema tiene divididos a los historiadores pero hay coincidencia en recordar el heroico esfuerzo del gran José Artigas.
Tal vez persiguiendo musas esquivas, o queriendo descifrar imágenes detrás de los espejos, o simplemente volver a respirar el aire de mi valle y oír el rumor de mi río Sil, releo a Antonio Paz Míguez, que en su libro ‘Galicia, tierra de peregrinar’ nos recuerda: “Hay un río en Galicia que tiene su leyenda, y como toda leyenda, una oculta verdad que no siempre se alcanza a descubrir como se debe.
Han asesinado a más seres humanos por el dictado de cualquiera de los últimos presidentes de Estados Unidos que por orden de su ex mercenario en Afganistán, el fanático Bin Laden, que supo encauzar el resentimiento antiyanqui para perpetrar sus crímenes, tan salvajes y terroristas como invadir países o arrojar bombas por exigencias del mercado (cada asesino mata con lo que puede).
Alguien ya debe haberlo dicho. Infinidad de invenciones mecánicas, con la sagrada excepción de la rueda (fue el inefable Guillaume Apollinaire quien afirmó que, al inventar la rueda, los antiguos habían hecho surrealismo sin quererlo), no serían sino la proyección de características o funciones del propio cuerpo humano.
El asesinato por parte de la CIA al fundador de la red terrorista Al Qaida, Osama Bin Laden, refugiado en un complejo militar a las afueras de la capital paquistaní Islamabad, cierra parcialmente una década de persecución por parte de Washington contra su considerado ‘enemigo Nº1’, tanto como abre a partir de ahora escenarios absolutamente confusos e inciertos.
A nosa sempre disposta dona Diáspora asistirá a unha serie de celebracións que en Bos Aires e Montevideo lembrarán ao Día das Letras Galegas. Aínda que leva moitos séculos de singraduras no seu lombo non quere perderse o convite dos irmáns emigrantes residentes nas capitais da Arxentina e do Uruguai.
La Plaza de San Pedro en Roma fue el domingo, primero de mayo, un vendaval inmenso de anhelos venidos de cada rincón del planeta con el deseo palmario de estar presentes en la ceremonia sacra. Se habla de millón y medio de creyentes agrupados como cirineos ante las columnatas de la Ciudad Eterna.Hace ahora seis años sucumbía Juan Pablo II zurcido de dolencias y torcido igual a  curva de ballesta.
Aprendí a amar el universo, a odiar las fronteras¿Es un motivo para avergonzarme de que en mi corazón suba la emoción,cuando mis pies pisan un suelo familiar en tierras de Armórica? La cantante francesa Nolwenn Leroy debería haber contestado a sus detractores con la letra de esta canción ‘Volver a Bretaña’, de los artistas bretones Alan Stivell y
Debe quedar claro, en relación a la crisis y a los recortes de salarios y derechos sociales, que España no es más pobre que hace unos años. Sucede que la economía española es mucho más injusta e insolidaria que hace unos años.
En 1940 Lin Yutang decía que si había algo en que son serios los chinos no era, como se pensaba, en la religión o en la enseñanza, sino en la comida. Según la visión del escritor, los chinos aclaman abiertamente que comer es una de las pocas alegrías de la vida humana. O el único placer al que se puede acceder con los pantalones puestos, dijo alguna vez el inefable Arguiñano.
Hace pocos días tuve la oportunidad de reencontrarme con centenares de ciudadanas y ciudadanos de La Gomera en la República Bolivariana de Venezuela, emigrantes que un día por razones diversas, pero principalmente intentando evitar la pobreza que embargaba a nuestras Islas, tuvieron que partir prácticamente con lo puesto en busca de un mejor porvenir para ellos y todos los suyos.
En 1492, portugueses y castellanos se repartieron el mundo con el ‘Tratado de Tordesillas’. La idea es simple, de aquí para allá todo es mío, de allá para acullá es todo tuyo.
Hay datos a tomar en cuenta: la explosión del reactor cuatro de la planta nuclear de Chernobyl en 1986, entonces ubicada en territorio de la ex URSS y hoy en día en Ucrania, liberó 200 veces más radiación que las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki y dejó 4.000 muertos, un 40 por ciento del territorio europeo contaminado y más de 400.000 personas desalojadas.
Perennemente he pensado que el suicidio es un sentimiento trágico del alma. Don Miguel de Unamuno, cristiano recio, terco y heterodoxo, jamás lo hubiera aprobado por la simple razón de mantener vivo el espíritu y la lucha de Don Quijote, es decir, la locura de la existencia.De ‘Memorias de Adriano’ sustraigo el recuerdo de Marguerite Yourcenar, para entender un texto cuya razón es la mortaja de la que siempre solemos estar revestidos.
Desde donde estoy sentado puedo ver parte del monumento a Mariano Moreno. Digo parte porque los árboles tapan un poco el panorama. Es un monumento hermoso. Recuerdo cuando todos los años, en el día del periodista, Jorge Chinetti hablaba de libertad, de socialismo, de futuro. Evoco su oratoria, su postura. Lo rodeaban unas veinte personas. En más de una oportunidad, entre ellas, estuve.
“Ya en España, unidos los Caminos aragonés y navarro en Puente la Reina, los peregrinos seguían la ruta hasta Estella, final de la tercera jornada para los que venían por Pamplona y punto de descanso para los demás”, subraya el estudioso Hipólito de Sa Bravo en su monografía Influencias del Camino de Santiago en la Cultura y el Arte de Galicia, Año Santo Compostelano/1982, Vigo, 1982.
A diario, en mis conferencias, conduciendo mi programa de radio (¡¡ya por la 8ª temporada!!), en entrevistas periodísticas o charlas informales con amigos o discípulos, compruebo que a todo el mundo le encanta la historia de la gastronomía. Y no es para menos: se trata de la historia de lo que llamamos pomposamente civilización, de la cultura y la identidad de los pueblos.