Y ahora los alemanes. Para todo lo malo siempre están ‘los otros’, asumiendo la herencia de la teoría del contubernio mundial contra España, la nación más grande pese a un reducido grupo de descarriados nativos que entre uno y otro mundial de fútbol se ponen la camisola del Barça. Si en España hubieran muerto veinte paisanos por un brote de E.