Opinión

El ‘Cementerio de Colón’ de Cuba y el estudio de Gómez Echemendía

Vidas grabadas en la piedra. Gallegos en el cementerio de Colón corresponde al título de la obra escrita por Sixto Gómez Echemendía y editada por el Grupo de Comunicación ‘Galicia en el Mundo’, colección ‘Crónicas de la Emigración’, Vigo, 2011. “Mi primer reconocimiento debe ir dirigido a mis padres, que con su amor y entrega me han permitido llevar a cabo esta investigación.
El ‘Cementerio de Colón’ de Cuba y el estudio de Gómez Echemendía
Vidas grabadas en la piedra. Gallegos en el cementerio de Colón corresponde al título de la obra escrita por Sixto Gómez Echemendía y editada por el Grupo de Comunicación ‘Galicia en el Mundo’, colección ‘Crónicas de la Emigración’, Vigo, 2011. “Mi primer reconocimiento debe ir dirigido a mis padres, que con su amor y entrega me han permitido llevar a cabo esta investigación. A Antonio Medina Fernández, ‘El Amigo de los Cementerios’, por ofrecerme la experiencia de más de sesenta años de investigaciones en la Necrópolis de Colón”, inicia el repertorio de ‘Agradecimientos’ su autor, nacido en Ciego de Ávila, Cuba, en 1986, estudiante de cuarto año de la licenciatura en Filología Francesa de la Universidad de La Habana y vinculado a la cátedra de Cultura Gallega de esta Universidad, en la cual ha presentado distintas ponencias acerca del tema de la emigración gallega en la isla de Cuba. Desde hace algunos años es asociado de ‘Ferrol y su comarca’, en la que ocupa el cargo de presidente de la Sección Juvenil. Es asimismo promotor y coordinador del ‘Obradoiro’ de la Cultura Gallega ‘José Fontenla Leal’, un taller cultural cuya misión es tanto el rescate como la difusión de todo el acervo cultural galaico-cubano.
El libro, con la maquetación de Pablo Camilo Pérez Alba, abre sus puertas con una cita literaria: la del dramático poema ‘Para Habana’, incluido en su obra Follas Novas, de nuestra Cantora del Sar, Rosalía de Castro y Murguía: “O corazón apértase d’angustia./ Óense risas, xuramentos s’oyen,/ y as blasfemias s’axuntan c’os suspiros…/ ¿Ónde van eses homes?/ Dentro d’un mes, n’o simiterio imenso/ d’a Habana ou n’os seus bosques,/ ide a ver que foy d’eles…”.
“Quien visite por primera vez el Cementerio ‘Cristóbal Colón’ de La Habana seguramente quedará maravillado con la enorme riqueza monumental y artística que posee este camposanto, declarado ‘Monumento Nacional de Cuba’ y muchas veces catalogado como el tercer cementerio en importancia en el mundo entero”, señala Gómez Echemendía en su ‘Introducción’. Más de cincuenta mil gallegos están enterrados en esta necrópolis caribeña: en los panteones de las Sociedades Gallegas y en tumbas particulares. Lo habitual en los lugares de la emigración gallega es la existencia de un solo panteón destinado a toda la colectividad –ejemplo de ello es el célebre e inmenso cementerio argentino de ‘La Chacarita’ en Buenos Aires–; mas la ‘Necrópolis Cristóbal Colón’ de La Habana alberga 58 de dichos panteones. En él reposan el ferrolano José Fontenla Leal, impulsor, desde La Habana, del Himno y de la Real Academia Gallega. También el propio arquitecto de esta ‘Ciudad de los Muertos’, el igualmente ferrolano Calixto Loira. El poeta y periodista Ramón Armada Teijeiro, compositor de la primera zarzuela gallega. Y Francisco Gómez –‘Fuco Gómez’–, el recordado político regionalista. Como curiosidad digamos que la mayoría de los jardineros de este cementerio eran gallegos, concretamente del Valle de Ulla, lo mismo que los floristas encargados de vender sus perfumados obsequios de la naturaleza en los aledaños del camposanto, específicamente de Carnota. Alfonso Pazos Piñeiro –uno de estos trabajadores durante más de sesenta años en la necrópolis habanera– todavía se mantiene en activo.
Cinco capítulos –cada uno de ellos con “testimonio gráfico”– comprende esta publicación: ‘Los enterramientos en La Habana’, ‘Los enterramientos en Galicia’, ‘Gallegos en Cuba y la atención funeraria’, ‘Gallegos ilustres en ‘Colón’ y ‘Trabajadores gallegos en el Cementerio de Colón’. Una amplia bibliografía y un ‘Anexo’ completan este tesoro testimonial.