Opinión

“En estos años iniciales del siglo XX las publicaciones del Balneario sientan uno de los pilares sobre los que pivotará su imaginario, apoyándose en la dimensión mítica de las fuentes termales y que se seguirá desarrollando en el futuro: el carácter sagrado de las aguas. Si la estructura inicial de la fuente de Gándara aludía a una imagen primaria o ‘telúrica’, la construcción de la marquesina y la verja establece una equivalencia entre el espacio que alberga las aguas medicinales y un recinto sagrado. ‘Es digna de mención la reja que aisla el recinto donde surge la fuente de Gándara, reja que por su elegante porte parece hermana de cualquiera de las mejores de las cuales se ufanan las iglesias de Compostela, o bien que el agua de Mondariz tiene algo de sagrada. No en vano la designó en categoría inmediata a ‘la del bautismo y a la bendita’ (Un notable escritor, agradecido a sus salutíferos efectos), afirmaba Las aguas de Mondariz. Álbum-Guía (1899)”, escribe con rigor Yolanda Pérez Sánchez, responsable del texto histórico de la magna obra Buvette, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

“Apenas despunta el día, te veo (Lisboa) reposando sobre el Tajo, como una ciudad que navega”. José Cardoso Pires (1925-1998) lo escribió en ‘Lisboa. Diario de a bordo. Voces, miradas, emociones’, creando una hermosa metáfora que se extiende a Oporto, a toda Portugal y a España misma.

“La palma real, majestuosa, concede al paisaje cubano su encanto escultórico, coronada por el penacho de los reyes con su verde esmeralda. Forma parte del paisaje típico de nuestra campiña y es habitáculo del dios de dioses, ‘Changó Obayé’, quien, desde sus copas, todo lo observa, todo lo ve, ‘vigilante’, como diría la sabia investigadora Lydia Cabrera en su obra El Monte (página 220): ‘El rey del mundo que se viste de punzó, el negro prieto y bonito que come candela, el dios del fuego, desde la vara afilada y trémula de la palmera que se eleva al cielo, dispara sus flechas a la tierra’. Todos los africanos o sus descendientes están de acuerdo con que las ofrendas a ‘Changó’ deberán ser depositadas en las raíces de este sagrado árbol: los racimos de plátanos, el ‘amalá’, es decir, harina de maíz, cruda o cocinada, los amarres, los despojos, las ‘rogaciones de cabeza’, en fin, todo el mundo mágico de las creencias populares”, asevera la reconocida etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui en las páginas de su documentado estudio Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997.

“Entre 1873 y 1931, el espacio y la arquitectura del balneario de Mondariz se van configurando como lugar. El proceso de formación como empresa y núcleo habitacional, en el que va conformando sus elementos de identidad como institución decimonónica y, posteriormente, como municipio, corre paralelo a la disposición de su espacio y arquitectura como una forma, un marco simbólico. Para convertir este espacio en un lugar habitable, se crean una serie de centros significativos que inician el proceso de transformación del lugar con las edificaciones y la organización del espacio, trazando una trama de metas y recorridos entre ellos. Inicialmente, el centro de la actividad giraba en torno al elemento generador del lugar y primer centro del espacio: la fuente de Gándara”, señala Yolanda Pérez Sánchez –responsable de su texto histórico– en la obra titulada Buvette, Aguas de Mondariz, Fuente del Val, S.A., 2008.

Tiene muchos y disfrutables méritos. Lo advierten Rodrigo y Gonzalo García Bacha, hijos de Mercedes y de Gabriel, de Gabo de su esposa amada, refiriéndose en su prólogo a ‘En agosto nos vemos’, el primer libro póstumo de García Márquez, siempre inmortal y genio, meritorio resultado del trabajo ímprobo y de la inteligencia de Cristóbal Pera, sombra inspirada del escritor colombiano, admirador del orden de su secretaria Mónica Alonso, fractal de mi amiga Carmen Balcells, esenciales todos en este regalo inesperado y delicioso de Random House.

Arredor dos anos 1860-1870 nas capitais da Arxentina e do Uruguai comezou a xestación dunha danza (o tango) que hoxe é unha das súas máis recoñecidas marcas identitarias. Na proximidade dos postos militares que alí eran os “cuarteles de los milicos” había casas nas que se bailaban valses, mazurcas e chotis. Nos descansos da pequena orquestra, ten lugar a participación duns cantantes que chaman milongueros que veñen dos arrabaldos das cidades e cantan cancións improvisadas coas que manteñen vivo o patrimonio musical do mundo rural. Os asistentes o baile dicían que ían “a la milonga” a bailar coas “chinas” o que significaba a entrada do rural no mundo urbano xa que a milonga era o sinal de identidade dos troveiros do campo, os payadores.

“Una de las ceremonias más importantes o fundamentales en la Regla de Ocha es hacer el ‘omiero’, el líquido lustral, compuesto por las yerbas que llevan los ‘orishas’. Esta ceremonia es muy bella y fundamental en el asiento o iniciación de un nuevo religioso, siendo ‘Osaín’ el que la preside, como dueño absoluto de montes, yerbas y bejucos. Le dedicamos el siguiente rezo: ‘Osaín alawo ewe-ko’… Es decir: ‘Osaín, dueño del color verde de las plantas, que no pase nada malo; que no haya ni muerte, ni enfermedad ni sangre, ni desvergüenza. Salud y suerte, Osaín, dueño de la manigua, mi padre’. ‘Orisha’ de la Naturaleza, la Naturaleza misma, cazador que con un solo pie, un solo brazo, ligero como el viento, maneja los arcos y las flechas con la misma maestría de un profesional, tuvo estas pérdidas por culpa de ‘Oyá’, que lo embriagó ofreciéndole el aguardiente tan querido y gustado por este ‘orisha”, escribe la reconocida etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui en su obra Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Velado, Ciudad de La Habana, 1997.

“Esto explica que la certificación de las facultades curativas de las aguas, en virtud de los análisis de sus componentes químicos y la explicación científica de sus efectos sobre el organismo, no sea suficiente y que algunos tratados de la época, como las ‘Reflexiones sobre la Naturaleza’ escritas en alemán por M. Sturm, aumentadas y metodizadas por M. Luis Cousin Despréaux (1852), exalten el valor de las aguas dentro de una concepción casi teológica. Igualmente, la habitual explicación mítica de los ‘Establecimientos’ termales sobre el descubrimiento de sus aguas, relacionada con la ‘milagrosa’ curación de un animal o de los lugareños, cualquiera de ellos ‘incuestionablemente’ lejos del conocimiento científico, pretendía otorgarles una dimensión entre mágica y sagrada”, leemos en las páginas del hermoso y documentado libro Buvette –cuya responsable del texto histórico es Yolanda Pérez Sánchez–, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

“A ‘Osaín’ los religiosos le atribuyen el garabato como una de sus representaciones. Después de pagar el tributo correspondiente y encontrarlo en el monte, lo llevan para su casa y lo preparan, para que sea como un guardián de todo lo malo que pueda entrar, considerando que ‘chifla’ para avisar a su dueño; también se le representa en ‘güira’ adornada, carapacho de jicotea y otros receptáculos. Pero su verdadera representación es un bastón con dos raíces o lianas entrelazadas”, leemos en las páginas de la imprescindible monografía Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, escrita por la etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui –con fotografías de Emilio Reyes Pérez–, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Velado, Ciudad de La Habana, 1997.

“La música está presente en casi todos los momentos de la vida del agüista, en el parque, en el comedor y en el casino o salón de fiestas, donde bailes, conciertos, representaciones teatrales, y otros espectáculos, llenaban las veladas. La búsqueda del placer en las numerosas actividades de ocio impregnaba de una frivolidad algo morbosa este modo de vida, alimentado por el deseo de superar la enfermedad y que roza, por tanto, aunque nunca se mencione, el ámbito de la muerte. Esta especie de ambigüedad consustancial al balneario, le concede un carácter especial que lo distancia de dos instituciones con las que comparte ciertas semejanzas, pero que mantienen un carácter mucho más coherente y definido: el Gran Hotel y el Hospital”, leemos en las memorables páginas escritas por Yolanda Pérez Sánchez, autora del texto histórico correspondiente a la obra titulada Buvette, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

Estou a lembrar cando lle pedín ao doutor Sixto Seco que falase co presidente Fernández Albor (amigo seu e tamén socio na clínica compostelá ‘A Rosaleda’) para que a Xunta lle concedese a medalla Castelao ao moi egrexio loitador galeguista, residente en Montevideo, Manuel Meilán Martínez. Un pouco antes, no ano 1985, recibira a medalla outro emigrante tamén ancorado na capital uruguaia, Xesús Canabal Fuentes. Neste caso a iniciativa foi do propio médico de Mugardos que admiraba o labor galeguista e a solidaria man de don Xesús que sempre estaba onde era necesaria unha axuda. Pois agora corresponde engadir aos dous premiados a unha muller (Iolanda Díaz Gallego) que foi o sangue novo que desde Sarria achegou a súa paixón nas actividades que defendían a identidade propia de Galicia na capital da República Oriental do Uruguai.

El mar merece respeto, aun así reclama y admite audacias, quizás motivadas por el horizonte casi infinito. El ser humano, en la búsqueda de sí mismo, de completar inquietudes y afanes, de responder a su curiosidad, acepta con gusto el reto de los nuevos rumbos, sugeridos por el permanente otear –en el sentido de escudriñar, registrar o mirar con cuidado– desde la costa acantilada o arenosa; por los astros, con sus sugerencias y misteriosas desapariciones, con su luz y sus sombras; por los vientos y sus furias; por los objetos bárbaros dibujados de adarce y depositados sobre las playas, en la rayuela de las mareas; o por los propios variados peces, amorfos a veces, sin duda origen de los mitos. Del mar venimos, de él escuchamos historias de taberna, con matices salitrosos y sabor a aventura, fruto de la realidad o de la imaginación poderosa de los navegantes ya sin cubierta, narradores impagables de verdades y de sueños, de amores insondables con sirenas, y de esos pequeños tesoros que suponen su relato a toda vela, inspiradores de literatos y poetas. Y al mar tornamos siempre, porque la vida va, como la nave de Fellini, y vuelve, con sus desafíos, con la necesidad de rellenar cada día con renovados entusiasmos.

“El ‘Ñangaré’, la bebida sagrada, se ofrece a ‘Olofi, Olorun y Oloddumare’ en una ‘güira’ pequeña, para comenzar las ceremonias de la regla de ‘Ocha o de Ifá’. Se perfilan sus facciones atentas y serias y sus miradas fijas en el espacio infinito del cielo. La iglesia del barrio abre sus puertas a la misa para los fieles y alrededor, se forman grupos de vecinos, creyentes y devotos, mujeres y hombres, vestidos con algún toque del color de su ‘orisha’ tutelar. En este caso prevalece, ante la Iglesia de la Regla, el azul de matices múltiples en honor de ‘Yemayá’, patrona del puerto de La Habana, dueña de los mares y de las costas, indomable y astuta en su cólera, pero justiciera y asimismo terrible”, asevera la etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui en su imprescindible monografía Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, con fotos de Emilio Reyes Pérez, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Velado, Ciudad de La Habana, 1997.

Con la serenidad de las mareas calmas en las rías, los gallegos expresaron su parecer en las urnas. Lo hicieron con libertad y en democracia, obviando la marea de contaminación mediática, la prisa por crear otro ‘Prestige’ y un debate nacional sobre amnistías e indultos. En esta campaña fuimos víctimas de un sistema perverso, propuesto por los mismos que nos intentaron inundar de pellets llegados de unos contenedores que alguien, algún día, nos explicará quién lanzó al agua y, lo más difícil, cómo pudieron abrirse.

Sempre se fala dos compositores como creadores do tango riopratense pero no alborecer do tango as cousas foron doutro xeito xa que o tango antes que nada foi unha danza. Logo e xa cunha música orixinal consolidada é cando os bailaríns-creadores engaden todas as figuras por eles inventadas. O tango-danza nace como un baile de carácter esencialmente popular pois nas cidades de Bos Aires, Montevideo e Rosario había, agardando, amplos e axeitados escenarios. A suma de achegas crea unha danza que despois será canción e orquestra e Carlos Gardel. É ben sabido que diante de Gardel (Carlos Escayola Oliva) todos os riopratenses de certa idade sinten morriña e ninguén quere bailar xa que a súa voz é para meditar, reflexionar e gozar, sen présa, dun saboroso mate.

“La nobleza y la alta burguesía del siglo XVIII intenta paliar la ‘nostalgia por el campo’, lugar de la inocencia perdida divinizado por Rousseau, con la creación de sus propias ‘vaquerías’ y otros edificios pintorescamente rústicos. James Malton, autor de un volumen dedicado a diseños de villas, publicado en 1802, afirmaba: ‘Los sabios, los virtuosamente independientes, que prefieren el puro y tranquilo retiro del campo, a las fétidas alegrías de la ciudad tumultuosa, son los que tienen las mayores probabilidades de disfrutar esa bendición de la vida, la felicidad’. Esta idea, que ha llegado prácticamente inalterable hasta hoy, está en la base del balneario”, afirma Yolanda Pérez Sánchez, responsable del texto histórico de la enriquecedora obra –documentación y fotografías de época– titulada Buvette, Fundación Mondariz Balneario. Aguas de Mondariz, Fuente del Val, S.A., 2008.

“El semen en el interior de la figura de un hombre, recogido en un pedazo de algodón, el zumo de tres limones, aceite de palo, bálsamo tranquilo, adormidera, tierra de muerto y palo amansaguapo rayado. Se pone delante de ‘Elegguá’ tres días con una vela encendida y después se lleva al cementerio. Más adelante, hallamos naranjas, flores y miel con el nombre de la pareja que se quiere ‘amarrar’; también cocos, botellas de filtros mágicos y velas en un entorno que lleva la carga mágica de esta Isla nuestra, de ‘Egguns, Ikú y Ará-Onú’. Estos ‘trabajos’ son los más comunes, los llamados ‘eddi’; las uniones de la pareja evitando toda intervención que provoque separaciones y rompimientos dolorosos”, nos explica Natalia Bolívar Aróstegui en su concienzuda obra titulada Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997.

 

Sebastián Piñera, expresidente de Chile, participó por primera vez en el Foro La Toja el pasado mes de septiembre del 2023, entre los días 28 y 30, en la que dijo era su primera visita en la isla. Su calidez humana se ganó de manera inmediata la simpatía de los asistentes. Su saber y experiencia, como político y empresario de éxito, se evidenciaron en la mesa en la que participó junto a Mariano Rajoy, moderada por Trinidad Jiménez, en lo que se denomina ‘Diálogo de presidentes’. El líder iberoamericano daba el relevo a Felipe González, presente en las tres ediciones anteriores, ausente por la investidura de Sánchez, celebrada ese mismo día.

“Uno de los requisitos que una clientela distinguida exigía a las aguas termales era su ‘conveniencia’. Como atestigua Emilia Pardo Bazán, algunas estaban socialmente mejor consideradas que otras. Y afirmaba: ‘Entre las aguas minerales las hay que es honroso beber, y las hay que es sospechoso y denigrante. No he de especificar estas últimas, líbreme Dios, por lo mismo que su nombre, virtudes y efectos están en la memoria y en la mente de todos, pero al frente de las primeras, de las que viste bien tomar y necesitar, figuran las bicarbonatado-sódicas –Vichy, Mondariz–. Sin afirmar que sólo acuda a estas fuentes la gente de entendimiento, de verdadera actividad cerebral y de alta cultura, digo que en ellas siempre la he visto en mayoría”, señala Yolanda Pérez Sánchez, responsable del texto histórico correspondiente a la magnífica obra titulada Buvette. Fundación Mondariz Balneario, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

“Después, por medio del ‘obbi’, se pregunta para estar seguro que aceptó esta fiesta en donde también se le ponen comidas sólo degustadas por el ‘orisha’, como el ‘Amalá ilá’, harina de maíz con quimbombó para ‘Changó’; también, el ‘Ochinchín’, guiso de camarones, acelgas y tomates de ‘Yemayá’ y ‘Ochún’, y muchos otros que harían esta lista interminable. Estas formas de complacer a los ‘orishas’ se llaman ‘ebbó’ y ‘addimú’, y vienen dadas generalmente a la hora del registro por el ‘Diloggún’, o el ‘oráculo de Ifá’. De acuerdo con el ‘oddun’ que salga, estas ofrendas de comidas y dulces se colocarán en donde marque la tirada; o sea, en el parque, al lado de una palma, a la entrada de un monte o en una loma”, leemos en la ‘Introducción’ de la obraCuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997, cuya autoría corresponde a la reconocida historiadora y etnógrafa Natalia Bolívar Aróstegui.