“En estos años iniciales del siglo XX las publicaciones del Balneario sientan uno de los pilares sobre los que pivotará su imaginario, apoyándose en la dimensión mítica de las fuentes termales y que se seguirá desarrollando en el futuro: el carácter sagrado de las aguas. Si la estructura inicial de la fuente de Gándara aludía a una imagen primaria o ‘telúrica’, la construcción de la marquesina y la verja establece una equivalencia entre el espacio que alberga las aguas medicinales y un recinto sagrado. ‘Es digna de mención la reja que aisla el recinto donde surge la fuente de Gándara, reja que por su elegante porte parece hermana de cualquiera de las mejores de las cuales se ufanan las iglesias de Compostela, o bien que el agua de Mondariz tiene algo de sagrada. No en vano la designó en categoría inmediata a ‘la del bautismo y a la bendita’ (Un notable escritor, agradecido a sus salutíferos efectos), afirmaba Las aguas de Mondariz. Álbum-Guía (1899)”, escribe con rigor Yolanda Pérez Sánchez, responsable del texto histórico de la magna obra Buvette, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.