Opinión

Quero aproveitar que estades en Galicia con motivo da celebración do X Pleno do Consello das Comunidades Galegas para facervos un rogo que coido será do voso interese. Sabedes ben, os que me coñecedes, que a miña longa traxectoria na colectividade comezou na capital uruguaia sendo un mozo emigrante que desexaba manter viva na beira riopratense o lume solidario da miña aldeán lareira de Tines [Vimianzo].
Se cuenta que un bufón o pícaro de Palacio, no recuerdo el nombre, tal vez el creativo Estebanillo González, docto en el arte de la supervivencia, cierta noche en que la reina requería su cotidiano bizcocho para culminar la cena, su Dama anuncia compungida que los proveedores no quieren fiar más dado lo abultado de la deuda de la empobrecida Casa Real.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, dijo en la inauguración de la exposición ‘Gallaecia Petrea’ que “todos los gallegos tenemos un rostro pétreo”. Rostro=cara y pétreo=piedra.
La semana pasada se comentaba en esta columna sobre la presunta existencia de una especie de ‘Directorio global’ encargado de dirigir bajo cuerda los acontecimientos en el mundo. Obviamente, es una metáfora fundamentada por la persistencia de poderosos grupos insertados en los grandes centros de decisión a nivel mundial, orientados a remodelar la política internacional ante la actual estela de cambios.
Ernesto Sábato, siendo la conciencia humanística en su hipogeo de esa ciudad del Sur tan antigua como el agua y el aire evocada por Borges, escribió un libro –‘Abaddón el exterminador’– que trae personajes de ‘Sobre héroes y tumbas’ a esas páginas. Hoy estas líneas no hablan de esto: lo gritan, sí, de manera punzante.
“El protagonista de esta historia de África, escrita en forma de ‘cómic’, es un niño llamado Rafiki. Quiere saber algo sobre el continente donde ha nacido. Un anciano de su pueblo, José, viene en su auxilio”, escribe Leo Salvador, redactor-jefe de ‘Aguiluchos’ en la contraportada del hermosísimo libro titulado Historia de África. El Baobab, Editorial ‘Mundo Negro’, Madrid, 2009.
‘Gallaecia Petrea’ es una exposición que el mausoleo ‘pepero’ de la Cidade da Cultura acoge estos días, que el presidente de Galicia Alberto Núñez Feijóo inauguró el 15 de junio. Un día después, en A Coruña, la Real Academia Galega (RAG) conmemoraba el 50 aniversario del Día das Letras Galegas.
Una estrategia de miedo y presión parece instalada en los centros de poder global. En el caso europeo u occidental, es evidente esta manifestación en el poder de la ‘troika’ controlada por el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI (Fondo Monetario Interacional), con epicentro en Berlín.
Suelo ir a Israel con alguna frecuencia, por estar sobre esos surcos resecos la razón más característica de mi fe cristiana.Ninguna otra religión, incluida la mía, tiene tanta fuerza mística.
“En África las fábulas no se cuentan sólo para deleitar, sino también, y sobre todo, para enseñar. Por eso no se cuentan muchas a la vez ni el narrador puede ser un cualquiera. Su marco es la noche, junto al fuego, y es un anciano el encargado de narrar; un anciano con experiencia de vida y con autoridad moral”, escribe Juan G.
En la Edad Media, el hombre de a pie (solo los señores andaban a caballo, y calzaban botas) cuando tenía una moneda, o algo para ofrecer, tenía cédula de “cristiano viejo”, no era esclavo, ni soltero o casado con residencia en la zona, solía refugiarse en las tabernas, un lugar donde podía beber vino, negociar algún canje, y conversar con los demás parroquianos, intercambiar dudas o consejos, descargar penas, o morir en
El guiso es una de las formas de cocción con que contamos los cocineros, la segunda en antigüedad, antes de la invención de las vasijas, y después del asado que involuntariamente ingirió un cavernícola luego de un insólito fuego generado por un rayo o el roce fortuito de un pedernal cerca de hierba seca.
En la década de los 80 las draconianas recetas económicas impuestas por el Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) a distintas repúblicas iberoamericanas eran conocidas como “el paquete”. La palabra “paquete” tiene mala fama en español, principalmente en Iberoamérica, donde es sinónimo de engaño.
En el antediluviano tocadiscos empotrado en el rincón más oscuro de la casa en la vereda, Carlos Montero, un pibe de honduras milongueras, malecones empotrados, canta mientras recojo sus palabras envueltas en flor de azahar.“Era más blanda que agua, / que el agua blanda, era más fresca que el río, naranjo en flor... / Y en esa calle de estío, / calle perdida, / dejó un pedazo de vida / y se marchó”.
España, la cuarta economía de la zona Euro, acaba de convertirse en el cuarto país de la UE en ser objeto de un rescate financiero por parte del Banco Central Europeo (BCE). Un secreto a voces pero finalmente un ‘fait accompli’ que durante los últimos meses el gobierno de Mariano Rajoy había intentado evitar o, al menos, ocultar a la opinión pública.Con un fondo máximo de 100.
Miguel Combarros Miguélez –misionero de los Padres Redentoristas y licenciado en Filología Románica por la Universidad de Salamanca, además de profesor de literatura en el Seminario Mayor de su Congregación– es el autor de Dios en África. Valores de la tradición bantú, Editorial ‘Mundo Negro’, Madrid, 2000.
Frío polar en esta orilla del Plata, la misteriosa Buenos Aires reseñada genialmente por Manuel Mujica Lainez, re-creada mitológicamente por un Borges que no dudó en poblarla con gentes que bajaban de los barcos como del arca de Noé; Reina del Plata ansiada como paraíso por las pupilas de las casas malas frecuentadas por Toulouse- Leatrec, El Dorado de tantos millones de emigrantes de una Europa agonizante, y el territorio donde el Rufián
 La barra del ‘Rover’ está observando con detenimiento el revoloteo de las hojas otoñales de los viejos plátanos que llenan de color la esquina de San Martín y Propios. En otoño los muchachos se vuelven más reflexivos. Andan a vueltas con la crisis en la vieja Europa. Tienen varios compañeros del barrio que se quieren volver. Cada vez ganan menos y laburan más.
Ante las nuevas generaciones y ante el vacío ideológico –de moral y de formación– debemos preguntarnos qué se entiende por izquierda, por progresismo, por proceso revolucionario. La izquierda vitorea líderes y procura denostar aquello que supuestamente no es revolucionario. De manera autoritaria y dogmática forma parte del ansia de poder, muchas veces mayor, que los gobiernos del resto del mundo.