Maruja Mallo en el Museo Reina Sofía
Ante la inmensidad de Maruja Mallo uno cae en la tentación del exceso. Ante ella y ante la evolución de su obra. Transgresoras ambas, responden a un currículum circunstanciado por uno de los momentos creativos cumbre de la cultura española, en la literatura, en la plástica, en el teatro... agitado en lo político, en lo social, en lo intelectual. Y todo ello fue el caldo de cultivo para una mujer –apúntense el dato– llegada de un pequeño pueblo de la costa lucense, Viveiro, colmado de aires pero aislado en aquel momento de las corrientes de vanguardia, de la misma punta de lanza que alumbró y ofreció al orbe.