Durante las primeras décadas del siglo XX el diseño de las máquinas de escribir progresivamente se va ‘estandarizando’. Se trataba de circunstancias y expectantes evoluciones de progreso, hasta el extremo de que, en su época de nacimiento, podríamos decir que la máquina de escribir se vio opacada por otros inventos e insólitos descubrimientos.