Opinión

¡Vamos arriba con el candombe!

La barra del Rover festejó el ‘Día Nacional del Candombe’ morfándose unas calentitas pizzas a caballo junto con medio litro de ‘Patricia’ por cabeza, al tiempo que escuchaban la información que les trasmitía don José sobre la celebración candombera en las tierras gallegas de Carballo. En el exterior nuestros emigrantes no olvidan que acá dejaron al tamboril en una esquina esperando el retorno de las manos amigas.
¡Vamos arriba con el candombe!
La barra del Rover festejó el ‘Día Nacional del Candombe’ morfándose unas calentitas pizzas a caballo junto con medio litro de ‘Patricia’ por cabeza, al tiempo que escuchaban la información que les trasmitía don José sobre la celebración candombera en las tierras gallegas de Carballo. En el exterior nuestros emigrantes no olvidan que acá dejaron al tamboril en una esquina esperando el retorno de las manos amigas.
• Don José: Hay que festejar, botijas. Nuestro país pudo salvar algo del olvido y conservamos una cultura que nació en África. Creo que si mal no recuerdo “dongue” es igual a “negro” y “ka” es algo así como fuerza vital o espíritu. Al final nuestros hermanos afro-uruguayos triunfaron sobre los amos. Nos dejaron riqueza a pesar de estar relegados a la más baja escala de la sociedad. A mí me calienta pensar que hubo quien hizo guita con el tráfico esclavista pero no debe de extrañarnos. Hoy en día hay miles de niños esclavos que laburan para empresas indecentes que fabrican toda clase de plastiquitos de mierda que no sirven para nada.
• Pocho: Bueno, don José, tengo entendido por lo que nos enseñaron en la escuela que a nuestros negros los trataban bien. Eran los sirvientes de familias acomodadas que los tenían para labores domésticas. Tenían asegurada la comida y dormían bajo techo.
• Tito: Así fue la cosa por lo que nos dicen. No tenían derechos pero comían todos los días y no dormían a la intemperie. Hoy todavía es peor, creo yo, porque los niños esclavos son libres. El empresario degenerado de India o Pakistán –es un ejemplo– no es el propietario de los niños así que en nombre de la libertad los hace sudar 12 horas por día semana tras semana por unos vintenes. Tengo bien claro que me quedo con los negros de la época colonial que vivían mejor.
• Don José: Ustedes, son buenos muchachos. No hay duda de que tienen buen corazón pero en la escuela les endulzaron los auténticos hechos históricos. A lo mejor tiene que ser así –ojo que yo de didáctica ando muy flojo– porque cuando sos chico te ponés a llorar si te dicen que fusilamos a los aborígenes y que los negros recibían castigos y que a Artigas lo dejamos 20 años abandonado en el Paraguay. Ahora bien, si pienso en el gayego José Pedro Varela me parece que nuestro reformador no estaría nada de acuerdo con educar mintiendo y ocultando la realidad.
• Pocho: Usted se rompe el mate don José pero la historia es la que es. No importa los versos que te hagan, antes o después, quedan al descubierto. Creo que no ayuda nada a la dignidad nacional el andar con la jodita blancolorada de aplaudir el espíritu luchador de los charrúas cuando los fusilamos cobarde y miserablemente. Otra hipocresía es hacerle monumentos al héroe de Las Piedras después de ser enterrado cuando la manga de garroneros de sus descendientes políticos pudieron honrarlo en vida.
• Tito: Me parece don José que si nos cantan la justa en la escuela, bueno, la verdad es que a muchos se nos caería el lagrimón y al llegar a nuestras casas afirmaríamos convencidos que no queremos formar parte de un país fundado sobre la injusticia. Si cuando pienso en el ‘Éxodo’ se me asemeja a una especie de picnic dominical de amigos del Jefe de los Orientales por las orillas del río Uruguay.
• Don José: Bueno, vamos al candombe. Lo primero es homenajear a la gran Marta Gularte que todos aplaudimos en el tablado de Roberto Koch. Es un éxito el figurar en la lista de la Unesco con una música y una danza que nos identifica en el mundo entero. Es un logro muy importante. Les quiero mostrar las fotos que me mandó Lourdes, la hija del amigazo Rey. Miren bien, con atención porque conocerán a varios de los candomberos que participaron en el acto celebrado en Carballo por la asociación cultural El Ceibo-Casa de Uruguay. Entre mates y empanadas se metieron en el entrevero los tamboriles. Las lonjas del chico, repique y bombo de nuestros emigrantes sonaban como si estuviesen acá nomás al ladito, en la parada del ‘155’.
• Pocho: ¡Pero mirá quien está acá! No se puede creer, che. Años sin verlo pero lo reconocí, es el Cacho ¿se acuerdan? Aquel buen ‘manya’ que laburaba en AFE y que se fue para Estados Unidos hace como 30 años. Lo que no sabía es que dejase los dólares para pasarse al euro. Siempre fue buena gente y muy frenteamplista.
• Tito: Me parece Pocho que descubrí lo que está haciendo el Cacho por tierras gallegas. Mirá acá atrás en la foto. Hay varias mujeres sonrientes que no conozco pero la del medio, si no me equivoco, es Lucy Trombotti. Al cien por cien no apuesto porque la veo más gordita. Se acordarán que era flaca y siempre andaba rompiendo con las canciones de Leonardo Favio que a nosotros no nos gustaba un carajo. Si es Lucy el piola del Cacho se reencontró con su primer amor.
• Don José: No se preocupen muchachos que enseguida lo averiguo con Lourdes. Ella nos dará todos los detalles. Es muy probable que fuese la fuerza emotiva del candombe que llegó hasta Nueva York para empujarlo a borrarse rápidamente para abrazar a Lucy en Galicia. En la foto también habrán visto que aparecen dos conocidos que venían por el barrio de vez en cuando detrás de una pollera. Identifiqué a Óscar del Puerto Rico y a García de La Blanqueada. Si hacen memoria se acordarán que caían por el tablado después de visitar a las novias en la calle León Pérez y en la calle Máximo Gómez. La vueltas de la vida tienen momentos felices que nos traen grandes alegrías. ¡Viva el candombe uruguayo!