Opinión

Un proyecto para tener en cuenta

No es fácil presentar ideas. En general la gente no tiene muchas ideas. Y las que suele tener es preferible olvidarlas. No es fácil rodearse de gente capaz. En cualquier proyecto o línea de pensamiento o acción surgen los acomodaticios, los hipócritas, los seres sin columna vertebral. Y los que necesitan hacer negocios. O negociados. Por supuesto, en nombre de la patria, el honor y todo lo que ya sabemos. Hartos de decir lo que el otro sabe. Hartos.
Un proyecto para tener en cuenta
No es fácil presentar ideas. En general la gente no tiene muchas ideas. Y las que suele tener es preferible olvidarlas. No es fácil rodearse de gente capaz. En cualquier proyecto o línea de pensamiento o acción surgen los acomodaticios, los hipócritas, los seres sin columna vertebral. Y los que necesitan hacer negocios. O negociados. Por supuesto, en nombre de la patria, el honor y todo lo que ya sabemos. Hartos de decir lo que el otro sabe. Hartos. Y por último: se miente sin pudor. Se miente, se engaña y se corrompe. He leído con detenimiento la carta que envió Manuel Suárez Suárez al compañero presidente Pepe Mujica. Allí hay un párrafo que, pienso, resume todo:
“Me encantaría poder colaborar con el ‘Departamento 20’ para debatir sobre el voto exterior, el retorno y los centros uruguayos en el exterior. En todos estos temas fuimos pioneros, en algunos como en el de la salud somos los fundadores de lo que hoy conocemos como ‘mutualistas’. Creo, señor presidente, que después de más de 30 años difundiendo la cultura de Galicia es el momento de tender mi mano para que mi patria de adopción –soy ciudadano legal– no olvide a sus emigrantes e impulse una política de emigración que incida en facilitar las condiciones para el retorno”.
¿Quién con más trayectoria que Suárez Suárez? ¿Qué otro con una visión de la inmigración y de la emigración, de conocimientos éticos y conocimientos prácticos, de búsqueda en el alma gallega y en el alma uruguaya? Espero que se pueda tener en cuenta esta presentación. Más allá de afectos o de reconocimientos es una mirada digna, constructora. Siento que muchos estarán agradecidos de sólo pensarlo.