División en la Federación de Retornados (Feaer), que tiene nombradas dos direcciones enfrentadas

La Federación Española de Asociaciones de Emigrantes Retornados (Feaer) se halla dividida, al punto de tener designadas dos direcciones distintas, surgidas de asambleas opuestas, que pugnan por su reconocimiento legal ante el Ministerio del Interior –una de ellas registrada como tal–, que consideran que la otra es ilegal, en distintas interpretaciones de los estatutos, y se descalifican mutuamente. Por otra parte, la Dirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior se defiende de las acusaciones que el ex secretario general de la Federación Carlos López Pujol le hizo la semana pasada desde este periódico.
López Pujol informó de la celebración, el pasado 28 de marzo, de una asamblea general ordinaria de la Feaer en Madrid en la que él habría dejado el cargo de secretario general y se habría elegido una nueva dirección. También acusaba a la Administración de, entre otras cosas, dicriminar a la organización en la concesión de subvenciones. Lo que no dijo en ningún momento es que una parte importante de los miembros de la Federación había celebrado otras asambleas generales extraordinarias los días 15 y 16 de enero en El Espinar (Segovia) para cambiar los estatutos y destituirle. De esas asambleas surgió una nueva dirección para la Federación que fue inscrita en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior.
Esa dirección ya inscrita la forman: Juana María Sánchez, de la asociación de retornados de Almería, Asaler (presidenta) –preside esa asociación y la Federación Andaluza de Asociaciones de Emigrantes Retornados–; Pilar Burgo de Asturias (vicepresidenta), Rosario García de Madrid (tesorera), Mónica López (secretaria) y vocales de todas las asociaciones. La sede social se ha inscrito en la dirección de la asociación de Madrid (Apoyar), en lo que, claro está, también difiere en el resultado de la asamblea que la otra parte celebró el pasado mes de marzo en Madrid, aunque coincida la ciudad.
Ahora, la dirección surgida de esta última asamblea, la próxima a López Pujol –de la que informamos en el número 838 de nuestro periódico–, encabezada por María Luisa Fernández Lafuente también se ha dirigido al Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior para su reconocimiento legal en lugar del equipo de Juana María Sánchez.
Para ello expone ante el organismo “los graves hechos de los que ha tenido noticia”, que concreta en que “un grupo de asociaciones, que ni siquiera están inscritas en la Federación, han hecho una Asamblea totalmente ilegal, en la que supuestamente, han procedido a revocar el cargo del anterior secretario general”. También informa de que López Pujol ya había convocado la asamblea general ordinaria para el día 28 de marzo de 2009, el día 22 de agosto de 2008, recogiéndose en el orden del día de la convocatoria la renovación de la dirección.
Fernández Lafuente mantiene que la asamblea que proclamó presidenta a Juana María Sánchez es “totalmente ilegal y contraria a derecho”, que los estatutos habían sido aceptados por la totalidad de las asociaciones integrantes de la Federación en el año 2004 y que no fueron “impugnados en debida forma”. Pide al Registro de Asociaciones que deniegue la inscripción de los estatutos y los cargos surgidos de la asamblea de Segovia en la que, insiste, había asociaciones “que ni siquiera figuran inscritas como miembros de la Federación Española de Asociaciones de Emigrantes Retornados en ese Registro Nacional de Asociaciones”.
En esta asamblea general ordinaria habrían participado cinco asociaciones: la catalana Aerc, la canaria Uerca, la cántabra Acer, la asturiana Apiaerpa y la alicantina Adere. En ella se presentó el informe económico y se señalaron dificultades por denegación de subvenciones por parte de la Dirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior, de la que se dijo que en 2008 sólo recibieron 1.000 euros, como reprocha López Pujol en la entrevita que publicó ‘Galicia en el Mundo’. También se decidió la inscripción en el Registro de Asociaciones de dos que no lo estaban y se admitió como socios a otras asociaciones que habían sido expulsadas, siempre que se comprometan a regularizar sus cuotas.
Expulsión de asociaciones
Que algunas asociaciones de la Feaer no estaban inscritas en el Registro de Asociaciones como miembros de la Federación lo conoció la directiva cuando López Pujol pidió a ese organismo que diese de baja a un número significativo de ellas, al parecer por no cumplir con el pago de las cuotas, según explica el presidente de la Asociación Cántabra de Emigrantes Retornados (Acer), José María Ramos. La suya y la madrileña Apoyar eran las dos únicas que estaban registradas de ese grupo, que estaba compuesto por cinco. Las otras eran la almeriense Asaler, la pacense Aber y la asturiana Aeera.
Ramos pidió explicaciones a López Pujol, quien habría quitado importancia al hecho. Posteriormente, el presidente de Acer decidió acudir a las dos convocatorias realizadas por los sectores enfrentados en la Federación. En la de Segovia lo hizo mediante representación, debido a un accidente que había tenido. En este último caso no votó a favor del cambio de la directiva “porque no consideraba ética la forma en la que se había planteado”.
Ramos es crítico con López Pujol, admite que llevaba años sin convocar una asamblea ordinaria –los estatutos establecían una anual pero la supeditaban a la existencia de recursos económicos, algo que habría corregido el sector encabezado por Juana María Sánchez, que señala que eso contraviene la normativa sobre las asociaciones– y considera que faltaba información y claridad en la gestión, pero también que las asambleas de Segovia fueron “una puñalada a traición” cuando ya estaba convocada la asamblea general ordinaria, en cuyo orden del día figuraba la renovación de la directiva.
Según Ramos, Juana María Sánchez le habría ofrecido en la última asamblea de la Feaer el apoyo de las asociaciones si él se hacia cargo de la federación, cosa que rechazó porque, dijo, su asociación no tenía estructura para albergar a la federación en aquel momento.
Dice que las asociaciones andaluzas tienen plantillas de trabajadores muy amplias que no pueden mantener sin el dinero que aporta la Administración y valora que “como estamos no ganamos nada”.
Las asambleas de Segovia
Las convocatorias de las asambleas de Segovia, una primera extraordinaria, el 15 de enero, y una segunda ordinaria, al día siguiente, se hicieron, según Juana María Sánchez, al amparo de los estatutos de la Federación, pues, dijo, requerían para ello un tercio de los miembros y los convocantes sumaban cerca de dos tercios.
Respondieron a la convocatoria nueve asociaciones: Aber, Acer, Aeera, AerCyL, Agade, Apoyar, Asaler, Aser y Plus Ultra. En la reunión extraordinaria modificaron los estatutos de la federación y en la ordinaria destituyeron a López Pujol y nombraron una nueva directiva.
El acta recoge en siete puntos “los graves motivos” que llevan a la “drástica decisión” de destituir a López Pujol. En ellos se le acusa de: incumplimiento de convocar las asambleas generales ordinarias anuales desde 2002, periodo en el que, señalan, sólo se ha celebrado una; de incumplimiento de la obligación de presentar las cuentas anuales y de convocar las reuniones del Comité Federal; de ostentar el cargo de forma fraudulenta por haber superado los dos años a los que está limitado; de pérdida del domicilio social sin habérselo comunicado ni a los socios y ni a las administraciones públicas; de irregularidades contables y administrativas; y de comportamiento irrespetuoso hacia los asociados.
También de “graves irregularidades en la confección de memorias justificativas y aportación de documentos contables ante las distintas Administraciones Públicas en relación a ayudas y subvenciones percibidas y, muy en concreto, la falta de justificación adecuada, imputable única y exclusivamente a su persona de la subvención recibida correspondiente al IRPF de 2004, circunstancia ésta que va a obligar a la mayoría de las asociaciones federadas en la Feaer a la devolución de las ayudas recibidas”.
En esa reunión también se aprobó, con la abstención de Acer, dejar sin efecto las convocatorias realizadas por López Pujol al Comité Federal, para el 27 de marzo, y para la Asamblea General, el 29 de marzo.
Posteriormente, los cambios en los estatutos y en la directiva fueron aceptados en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior y esta nueva directiva solicitó a López Pujol la documentación general y contable de la Federación que tuviese en su poder, a través de un burofax que, según Juana María Sánchez, no fue recogido.
Sánchez –que no estuvo en las asambleas de Segovia por problemas de salud– explica que en la asamblea que la Feaer celebró en 2004 ya fue mal valorado el trabajo de López Pujol.
Resalta que ellos no han expulsado a nadie y que la Feaer sigue teniendo trece miembros, a los que dice que convocará en el mes de mayo a una nueva asamblea “para definir las principales líneas de actuación, los programas de trabajo y actividades futuras, así como para adecuar la nueva Junta Directiva a las exigencias estatutarias”.
Sánchez opina que Pujol tiene un desmedido afán de protagonismo y es un hábil manipulador, que tiene engañados a los socios que le siguen, así como que si la Federación no tuvo subvenciones fue porque no presentó proyectos adecuados para obtenerlas y confía en lograrlas bajo su dirección.
Cruce de mensajes
En los preparativos de la asamblea de Segovia hubo un importante cruce de mensajes. El 14 de noviembre, López Pujol pidió explicaciones al director general de la Ciudadanía Española en el Exterior, Agustín Torres, sobre si había ofrecido a la presidenta de Asaler el Centro Nacional de Formación Ocupacional ‘El Espinar’ de Segovia y una subvención de 5.000 euros para celebrar una asamblea.
También se dirigió a ese centro pidiendo confirmación de la reserva y el organismo oficial que “se hará cargo del correspondiente aval administrativo y pago de tal evento”. Le contestaron confirmando una reserva verbal a nombre de la Feaer para 45 personas con alojamiento y manutención, “realizada por el Ministerio de Trabajo”, de cuyo pago “se tendrán que hacer cargo ustedes, como asociación o federación”. Pujol les respondió que no tenían fondos para ello, que la asamblea se iba a realizar en marzo en el albergue San Fermín, de Madrid, y que “cualquier otra información de reserva para acto alguno en nuestro nombre es falsa e ilegal”.
El Centro remitió el correo electrónica a la Dirección General, desde donde se le informó de que solicitaron al Centro sus servicios a petición de diversas asociaciones de retornados en una reunión mantenida a instancias de éstas, para celebrar una reunión cuyos gastos asumirían ellas mismas y le remitían a las asociaciones solicitantes.
Por su parte, Juana María Sánchez se dirigió a las asociaciones diciéndoles que la asamblea tenía que hacerse antes de terminar el mes de enero de 2009, ya que de lo contrario no podrían solicitar ninguna subvención, debido a los plazos de presentación de éstas. Informaba también de los precios que les ofrecían en el Centro de El Espinar –34,28 euros alojamiento en habitación individual, 53,37 alojamiento en habitación doble, 3,36 el desayuno, almuerzo y cena 13,46 euros, cada uno, y les sale gratis la sala de reunión–.
“Tenemos de plazo para contestar y confirmar la reserva hasta el 16 de octubre. Por ello y aún a sabiendas de que esto lo tenía que hacer el secretario general de la Federación, pero lo estamos haciendo nosotros para beneficio de todos los miembros de la Feaer, rogamos que insistan y consigan que Carlos cambie definitivamente la fecha de la asamblea y nos lo confirme antes del 16 de octubre para dejar este problema solucionado”, dice en una carta remitida por “los miembros de la plataforma reivindicativa de una asamblea general ordinaria de la Feaer”. También que la Dirección General les ha informado de que a la Feaer le fue concedida una subvención para hacer la asamblea.
López Pujol responde explicando que no entendía “tanta prisa” en adelantar la asamblea “bajo pretexto de solicitar subvenciones en febrero a la DGE a nombre de la Feaer. ¿Acaso las subvenciones son lo más importante para una federación?”, dice, frente a los reproches que en este sentido ha dirigido a la Administración, y mantiene que es absolutamente falso que la federación recibiese ninguna subvención para celebrar la asamblea.
“Este secretario general no desea perpetuarse en el cargo sino hacer un relevo democrático acorde a nuestras posibilidades y que garantice la independencia política y económica ante cualquier administración y sin imposición alguna. Os pido serenidad y coherencia, nuestro objetivo primordial como movimiento asociativo es la defensa de los intereses de los emigrantes retornados y no unos míseros euros”, expone López Pujol en su respuesta.
López Pujol
López Pujol no reconoce las asambleas de Segovia, que considera ilegales y difamatorias para él y que cree que se realizaron con el sólo objeto de destituirle y porque Agustín Torres quería otro interlocutor. También que la inscripción de sus resultados en el Registro de Asociaciones puede variarse porque este organismo “no analiza contenidos y registró lo que le presentaron”. “Nosotros también hemos presentado nuevos estatutos al Registro; veremos qué pasa”.
Afirma que llegó a presentar hasta siete proyectos anuales a la Dirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior solicitando subvenciones que le fueron denegadas y que los proyectos eran variados e incluían no sólo el mantenimiento de las asociaciones sino también otros asuntos como jornadas de trabajo dirigidas a la mujer y a las personas mayores.
“Ansias de poder”
López Pujol dice que “las ansias de poder de algunas personas sin importar los procedimientos y actuaciones para conseguirlo, llevan a cometer daños irreparables a personas y organizaciones altruistas”, así como que se siente calumniado, y no sorprendido por ello, por “la persona que pretende encabezar la Federación Española de Asociaciones de Emigrantes Retornados (Feaer) a través de una asamblea celebrada en enero de 2009 a espaldas de muchas de las asociaciones integrantes y sin respetar los procedimientos adecuados”.
Se refiere, claro está, a Juana María Sánchez, de quien también dice que “su estilo ha comportado la marcha de alguna que otra asociación” de la Federación Andaluza de Asociaciones de Emigrantes Retornado, que preside, y no atribuye a las asambleas convocadas en enero otro objetivo que destituirle, de “cortarme la cabeza”, antes de que él dejara el cargo.
“Lo peor de esto ha sido que la misma Dirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior ha colaborado en facilitar el lugar de reunión y dado el visto bueno”, añade, en referencia a las asambleas de Segovia.
El ex secretario de la Feaer declara no estar afiliado a ningún partido político y ser un voluntario del mundo asociativo, “a diferencia –dice– de muchos directivos de algunas organizaciones con ánimo de lucro, que trabajan en éstas sólo a cambio de una nómina”. “Es evidente que nunca hice ni haré ‘la pelota’ a la Administración de turno para conseguir su apoyo y algunas subvenciones”, añade, así como que su relación con anteriores directores generales del área fue “excelente y jamás tuve problema alguno en el tratamiento personal”, lo que reconoce que “no ha sucedido con la actual Administración”.
Historia
La Feaer fue creada el 12 de marzo de 1996 y ha estado ubicada en distintos lugares. Compartió su primera sede con la de la Asociación Granadina de Emigrantes Retornados (Ager), con Antonio Rojas Castro a la cabeza. Tras un traslado fugaz en Málaga, en el año 2002 se instaló en Molins de Rei (Barcelona), donde ha permanecido hasta ahora.