Opinión

El origen de este problema [de los mal llamados ‘períodos superpuestos’ de cotización a la Seguridad Social] surge en un contexto determinado (décadas de los años 50/60/70/80), en un tejido social y un ámbito meramente local o regional (mayoritariamente en Galicia y concretamente en las zonas más rurales y deprimidas), de factores socioeconómicos estrictamente rurales y agrarios (los autónomos del mar y los autónomos
Por qué razón, nos preguntamos desde nuestra adolescencia, el ser humano debe luchar con desesperación, con angustia, por su dignidad. ¿Por qué luchar por cosas sensatas, elementales? Por cosas o situaciones (que por otra parte se dieron sin dificultad en momentos históricos diversos) que no requieren discusión o planteos intelectuales.
Escribir –en forma creadora– resulta siempre, y en más de algún modo, transgredir. En primer lugar, al silencio (el “abismo de la página en blanco” es la barrera inicial), sin enfrentar al cual no hay voz posible. Y luego por lo menos, también a esa entelequia seudo cristalizada que dormita en los diccionarios.
“Antes de la llegada de los colonizadores, los pueblos bantúes no conocían la escritura”, afirma Miguel Combarros Miguélez, misionero redentorista durante veintidós años en África, en el antiguo Zaire, y autor de Dios en África. Valores de la tradición bantú, Editorial ‘Mundo Negro’, Madrid, 2000. Eran poseedores, empero, de numerosas tradiciones orales heredadas de generación en generación.
Lo más importante de las crisis económicas es la percepción que se tiene de ellas al margen de la realidad, y la causa está en la formación de la ciudadanía y en la manera en que los medios –o los que mandan sobre ellos– la tratan ante la opinión pública.
Algunos, obnubilados por las luces de la moda gourmet, piensan que comer bien es comer caro, que la buena cocina es inaccesible para la gente del llano. Pero nuestra cultura gastronómica nace en el carácter comunicacional de la comida, que no se limita a la insoslayable y larga sobremesa que tanto nos gusta, sino al hecho de degustar los manjares en compañía del cocinero o cocinera que nos ha guisado.
“Vaca de dos amos, ni da leche ni come grano”El refranero popular gallego recoge casi un millar de refranes y dichos acerca de la vaca, ese animal grande y lento, de mirada dulzona y ronco y prolongado mugido.
Éste es el título de un film de Quentin Tarantino. Fue calificada como un extraordinario logro de la cinematografía moderna. Su nombre en inglés es Pulp Fiction, título tal vez más apropiado. Obtuvo el Oscar como mejor guión original en 1994. La película nos muestra una violencia irónica que incluso nos puede llegar a producir simpatía.
Tengo junto a mí la Gramática Suahili, cuyo autor es Piet Van Pelt, 4ª edición, Editorial ‘Mundo Negro’, Madrid, 2007. Su traducción y adaptación son obra de Francisco Javier Herrera y María Isabel Alonso, con revisión y corrección a cargo de J. Ramón Echeverría, P.B.
Habría mucho que hablar sobre la organización de unos Juegos Olímpicos en unos tiempos en los que el profesionalismo, las grandes ligas y los matrimonios de conveniencia han eliminado la esencia de las selecciones deportivas nacionales.
A propósito de creaciones culinarias leemos: “…un maestro en combinar gustos contrapuestos, texturas imposibles, fiesta de colores…” y también: “…feliz asociación de sabores y aromas, creación de un pueblo…”.
Empieza a preocuparme la demora en el nombramiento del nuevo secretario xeral de Emigración de la Xunta. O la demora está determinada por la importancia que el PP le da a esta responsabilidad y está estudiando muy bien el candidato o de lo contrario, Feijóo no pensaba ganar las elecciones y la persona para este cargo no lo tenía en la mente.
Pierre Clastres, el famoso antropólogo francés, señaló: “No hay deseo realizable de mandar sin deseo correlativo de obedecer”. Estas líneas las escribió en un breve estudio en torno al admirable ensayo El discurso de la servidumbre voluntaria de Etienne de la Boétie. Este clásico del pensamiento no es estudiado en la universidad ni en los centros culturales.
(Viene del número anterior)Entre ellos, no es casual que el grupo de los brillantes jóvenes que iban a dar lugar a la revolución surrealista, lo percibieran de inmediato.
José Canalejas Méndez, en la esfera de lo privado, era una persona sincera y contraria a la ostentación; enamorado de los libros y, sobre todo, de su familia. Muy aficionado a caminar, eso hacía cuando halló la muerte, tiroteado en Madrid el 12 de noviembre de 1912 por un anarquista, en plena plaza de la Puerta del Sol, mientras contemplaba las publicaciones expuestas en el escaparate de una célebre librería.
El polifacético Rodolfo Alonso recuerda en una nota que el poeta argentino Francisco Luís Bernárdez escribió en 1952: “Ni el imperialismo castellano del siglo XV, ni todo cuanto intentose luego a través de los siglos, para eliminar el habla de Galicia, pudieron desarraigarla. Proscripta de la literatura durante centurias resurgió tan honda y vibrante como en las primitivas cantigas”.
He leído dos noticias sorprendentes ojeando la prensa de Latinoamérica. Una se refiere a la ‘polémica’ desatada en España por el trato que han recibido los presuntos autores de la matanza del 11-M. Sucede que dos de ellos, durante la detención, fueron amordazados con cinta adhesiva. De los efectos del ataque terrorista no se comenta nada más. Aquí, en España, no nos hemos enterado de la polémica.
“Voy pa Quellón, voy pa Quellón, en busca de un nuevo amor…” (1)Quellón es un pequeño puerto marinero y pescador, ubicado al extremo sur de la Isla Grande de Chiloé –la Nueva Galicia de nuestros antepasados–.
Su vida osciló siempre entre lo mágico y lo trágico, que la rondaron hasta unificarse entre sí y volverse destino, en una dialéctica cruel. Un destino que, sin embargo, tiene mucho de voluntariamente elegido. El mismo silencio que hoy lo envuelve en un olvido injusto, con ser frío y ciego, no constituye quizás sino otro testimonio del éxito que alcanzó en su solitario y orgulloso distanciamiento.
José Canalejas Méndez fue hijo de José Canalejas y Casas, quien fuera ingeniero y director del periódico gallego El Eco Ferrolano. Nació en Ferrol, calle Real, el 31 de julio de 1854. Estimado cual niño prodigio, a los diez años confeccionaba un periódico manuscrito, traducía del idioma francés, al tiempo que escribía una obra titulada Luis, el joven emigrado.