Opinión

Chacón TV

En España, las televisiones del gobierno de turno –las llamadas públicas- siempre han sido parciales y partidarias del partido que gana las elecciones.
En España, las televisiones del gobierno de turno –las llamadas públicas- siempre han sido parciales y partidarias del partido que gana las elecciones. Como esto es inevitable –y mucho mejor para todos que la privatización de la teles públicas, subvencionadas por delante y no por detrás, como las otras- deberíamos preocuparnos un poco más de votar a partidos que, en el caso de gobernar, representen verdaderamente a la ciudadanía que necesite una tele pública para informarse con justicia. En TVE han llevado estos días hasta el disparate el triunfalismo de la ministra de Defensa, Carme Chacón, que se atribuye el liderazgo mundial de la presunta guerra contra los piratas en las costas de Somalia. Dice la ministra, propagada por su tele, que la victoria es tan importante que los piratas se han trasladado a otros muchos puntos del Índico y pide a sus aliados que envíen cuanto antes nuevos buques de guerra para aumentar la presencia de la flota contra los nuevos bucaneros. Lo asombroso es nuestra capacidad para digerir esta noticia sin enfermar. Primero, habría que hacer una reflexión sobre la reconversión en piratas de poblaciones enteras de pescadores somalíes que han perdido sus caladeros por culpa del autoproclamado Occidente, con sus inmensos barcos de pesca pirata y sus vertidos de residuos tóxicos y nucleares en las proximidades de aquella costa africana. Habría que preguntarse por qué el 70 por ciento de la población somalí apoya esta actividad de sus paisanos. Pero como de esto ya se ha hablado mucho paso a la siguiente cuestión, y es que después de haber analizado durante cierto tiempo docenas de grandes batallas y estrategias militares, desde Gaugamela al Tet y de Cannas a Poitiers, jamás había contemplado una pretendida victoria en la que el enemigo no sólo no haya sido derrotado sino que haya ampliado su radio de acción por varios miles de millas cuadradas del océano Índico, desde el golfo de Adén hasta las mismas Seychelles, donde nuestros armadores españoles han forjado grandes fortunas. Con semejante apoyo mediático, no sería extraño que la ministra acabe por convencernos de que el tosco Federico Trillo, que la precedió en el cargo durante el Gobierno de Aznar, mató personalmente a las desgraciadas víctimas del accidente del Yak-42, cuyas familias están prolongando su agonía por intereses políticos. Y la responsabilidad no será de ella sino de los bobos que digerimos las noticias pensando que son más ciertas cuanto más se repiten.