En el siglo XVII, los italianos crearon una especie de “beligerancia” musical y alguien la llamó “opus” (obra) cuyo plural latino es ópera, una representación dramática cantada. Y así, tomando un poco del teatro griego clásico, llegamos a los textos y partituras actuales, cuando el “bel canto”, con las nuevas técnicas vocales y las diversas escuelas, se terminó convirtiendo en un arte asombroso.