Dicen que el Cid gana su última batalla aún después de muerto, cabalgando embalsamado sobre su fiel Babieca; que la barca de piedra que lleva los restos de Santiago el Mayor recorre el Mediterráneo en compañía de sus discípulos hasta Iria Flavia sin inconvenientes; que la sola imagen de su cruz-espada ahuyenta a los moros que sufren su filo inevitable, y que el celtismo de Murguía y compañía sirvió para demostrar un