“La emigración ha sido un fenónemo de emancipación para la mujer”
El presidente de la Comisión de Presidencia, Justicia e Igualdad del Principado de Asturias, Reinerio Álvarez, considera que la emigración en general, cuando no es fruto de un conflicto armado ni de tráfico humano, “ha sido un factor de emancipación de la mujer”, tanto cuando permanecía en el lugar de origen y emigraba el hombre, porque tenía más independencia para tomar sus decisiones, como cuando era ella la que emigraba y entraba en contacto con otros esquemas y valores sociales.
También que la situación actual de las mujeres emigrantes en el mundo se iguala numéricamente con la de los hombres, con un 51 por ciento de mujeres frente a un 49 por ciento de hombres.
Así lo expuso en la ponencia que sobre trabajo, mujer y globalización presentó en la Conferencia de la Mujer ‘La igualdad efectiva de las españolas en el exterior y la prevención de situaciones de violencia de género’ que la Coordinadora Federal del Movimiento Asociativo celebró el pasado fin de semana en las proximidades de Bonn.
Según Álvarez, en los últimos cuarenta años se ha producido un fenómeno de igualación mundial de la emigración entre hombres y mujeres. Así ha sido, dijo, en los flujos hacia América del Norte y se está produciendo en el Caribe hacia Norteamérica y Europa, en particular España, y también en África, el sur.
Entre los fenómenos que apuntó en las actuales migraciones en un mundo globalizado están los matrimonios concertados, el desarraigo de las empleadas domésticas, que permanecen en las casas sin casi relaciones sociales, el espectáculo y la industria del sexo y fuga de profesionales que se preparaban para trabajar en sus países de origen como ocurre, dijo, entre las enfermeras africanas que emigran para trabajar en muchas partes del mundo. También la existencia de familias en las que sus miembros en están en distintos países e incluso continentes.
La globalización trae realidades diferentes
“La globalización significa también multiplicidad, diversidad, realidades muy diferentes en las que cada uno es lo que es” y en la que, dijo, hay cierto desconcierto legal en la definición de las personas migrantes. En este sentido recordó que en España mismo se utilizan conceptos para referirse a ellos como residentes ausentes, los descendientes de éstos y estudiantes en el extranjero; también que se producen debates sobre quiénes son los nacionales de un país. “La globalización está indicando la necesidad de definir, sin encorsetar, a las personas que se instalan en otras partes del mundo”, afirmó.
Informó de que en Europa se está legislando en varios ejes, como los ‘sin papeles’, en los que cada país aplica un modelo, y en la “reagrupación familiar”, en la que también se deja la legislación en manos de los estados miembros y apuntó problemas que afrontan los emigrantes, ocupar los puestos de trabajo que no quieren los nacionales del país de residencia, las homologación de títulos académicos, el sistema de cupos y la participación social y política.
Respecto a la situación de las mujeres en la legislación europea, recordó que en 1989 la Carta Social Europa habla por primera vez de conciliación laboral y familiar, que en 1996 en Acta Única habla de igualdad de trato y que en 1997 el Tratado de Ámsterdam llega a la discriminación positiva que se está desarrollando en muchas legislaciones nacionales. Señaló también que el fallido proyecto de Constitución europea, del que se declaró defensor, contemplaba la igualdad femenina desde muchos aspectos.
Contemplando la emigración femenina en otras partes del mundo señaló que en México emigraron en precario durante muchos años a EE UU pero ahora las mujeres suponen el 57 por ciento de la emigración legal en el país y el 95 por ciento de ellas logra intergrase. Según dijo, parten con una formación siete veces superior a la de los varones y sin embargo cobran la mitad que ellos. Álvarez pronosticó que en unos años la quinta parte de la ciudadanía de EE UU será hispana.
Se refirió asimismo a una emigración económica no de necesidad sino para mantener el estatus económico y social que se está dando de Perú a Ecuador y de Centroamérica hacia México.
“El fenómeno de la globalización es complejo y modifica absolutamente todas las pautas y los valores sociales y económicos y nos está llevando, al ser un proyecto en marcha, hacia una nueva realidad”, mantuvo, apreciando que la emigración tradicional española ha colaborado en el desarrollo de países y en el del proyecto europeo.