La Casa Balear de Villa María, en Argentina, cuenta con un ecomuseo donde expone fotos y objetos de emigrantes baleares

“El ecomuseo –recordó– comenzó con la idea de recuperar pequeñas fotos en blanco y negro de nuestras familias y de nuestros antepasados, tanto fotos de reuniones familias como bodas o cumpleaños”. Una vez que estas fotos se recuperaron a gran tamaño se pusieron en el salón de la entidad y a partir de ahí se fueron incorporando más fotos –tanto familiares como de trabajo– y objetos.

“Tenemos muchas más cosas que no podemos poner todavía porque tenemos que ampliar y lo estamos haciendo poco a poco, pero está en nuestros planes seguir con el proyecto”, aseguró González.

Durante la pandemia, “como no podíamos hacer tantas reuniones ni festejos, se nos ocurrió la idea de ponerle voces a algunos objetos y contar su historia”, destacó la presidenta, que acudió al Pleno acompañada de Ana Casasnovas, secretaria de la entidad, quien puso como ejemplo de esas voces “un baúl que llegó en 1900 a Villa María por intermedio de Juan de Orfila, que era un inmigrante balear y que fue donado por su familia”. “Todos los objetos –subrayó– fueron donados por sus familias y hemos recopilado estos elementos hasta el año 50 porque contemplamos las diferentes etapas de la emigración”.

La entidad no cuenta con sede propia, pero hicieron un contrato de alquiler con una casa que estaba bastante deteriorada a cambio de ir arreglándola. De manera que tienen un lugar para realizar los talleres que organizan. “Vamos logrando despacio las cosas y por suerte cumplimos con bastantes actividades sociales y culturales”, comentó la presidenta.

En concreto, cuentan con talleres de baile y talleres de crear y pensar para adultos, entre otros. Además, cuentan con un grupo de teatro que este año representó dos obras, una de ellas de origen balear ‘Control de Pasaportes’, de Marta Barceló.

En cuanto a las actividades sociales, llevan a cabo numerosos festejos como el día de la Autonomía Balear, el Día del Inmigrante y la Noche de San Juan en la que se hace la fogata con la quema del demonio. Tanto este año como el pasado los demonios los hicieron los niños y jóvenes de la entidad y hubo un concurso.

Para la presidenta, también son muy importantes las actividades para jóvenes y ofrecerles formación para que puedan integrar las comisiones, algo muy necesario para la continuidad de la entidad.

Asimismo, mostró el interés de la entidad por la cooperación y recordó que en otros momentos el Gobierno ayudaba con los medicamentos porque tienen precios muy altos y algunas personas no pueden comprarlos.

Por su parte, Casasnovas dijo que le gustaría tener “un intercambio de las comunidades baleares. Igual no se puede hacer un intercambio con todas, pero sí con algunas con las que podemos ir intercambiando cocina, baile, teatro y hacer una jornada o un fin de semana porque siempre vamos a aprender cosas unos de otros”.

Además, hizo hincapié en la importancia de que los centros del exterior tengan una mayor visibilidad en las islas porque “la gente común no nos conoce y no sabe que nosotros somos también baleares y que estamos en otra parte del mundo representando y defendiendo la cultura y difundiendo todos estos intereses”.

Casasnovas también hizo hincapié en la importancia de la red de casas baleares de Argentina, Chile y Uruguay porque hay proyectos que tienen “más fuerzas y más entidad” que si se llevan a cabo de manera conjunta y apuntó a la importancia de que el Gobierno tenga en cuenta la red a la hora de colaborar. “Nos gustaría que, al igual que hay una colaboración por parte del Gobierno a cada casa particular y sin quitarle ese protagonismo a cada una, sería muy interesante que pudiéramos ser reconocidos como mesa coordinadora o como red de casas baleares para poder realizar esos proyectos en común”, concluyó la secretaria de la Casa Balear de Villa María.