Opinión

“Muy pronto ambas parcialidades –los “choncóiucas” y los “sélknames”– debieron advertir que no vivían solas. Rastrearon huellas de cazadores primitivos y toparon a ‘canoeros’ que los habían precedido desde cincuenta siglos. Al fin tropezaron con una tribu compacta y de larga experiencia lugareña, los ‘aus”, leemos en el magnífico libro del historiador Juan E. Belza cuyo título responde a Romancero del topónimo fueguino, Instituto de Investigaciones Históricas de Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

Escuchando al Cine Chileno; Las películas desde sus bandas sonoras (1957-1969); José María Moure Moreno

La más enigmática y universal de las artes, la música, ha servido de base y de complemento a otras expresiones artísticas, desde tiempos inmemoriales. Los poetas, los vates, los rapsodas y los trovadores, cantaban sus versos, himnos, epifanías o elegías, acompañados de un instrumento, no para matizar su canto, sino para otorgarle un brillo distinto, para que las palabras resonaran, más allá de su prosodia particular, en la vibración pánica de todas las cosas del universo.

“Pedro Abelardo, en el siglo XII, distinguía con claridad: ‘homo’ es un nombre común al ‘vir’ y a la ‘femina’, puesto que uno y otro son animales racionales. El famoso ‘maestro’, es decir, el pensador de oficio –a cuya fama, por cierto, no es ajena la relación entre hombre y mujer– se ponía por encima del lenguaje común, donde el nombre de la especie se entiende como sinónimo de varón. Cuando definimos la historia como el estudio de la evolución del hombre en sociedad, lo hacemos usando la terminología abelardina; quiere decirse que, en esa evolución, están implicados tanto los varones como las mujeres”, explica el catedrático de Historia Medieval e insigne historiador gallego de la Universidad de Santiago de Compostela, profesor Ermelindo Portela Silva, al frente de su ‘Prólogo’ al libro de Marta González Vázquez titulado Las mujeres de la Edad Media y el Camino de Santiago, Xunta de Galicia, ‘Xacobeo/ 2004’, reedición de la ‘Consellería de Cultura’ de 2000, Santiago de Compostela.

En la noche del 20 de diciembre de 1849 un violentísimo huracán azotaba a Mompracem, isla salvaje de siniestra fama, guarida de temibles piratas situada en el mar de la Malasia, a pocos centenares de kilómetros de las costas de Borneo”. 

(Sandokán; E. Salgari)

“Se entreabrió una hendedura, filtraron crestas de agua ascendente, reventaron espaldones y un torrente frenético se abalanzó por la segunda angostura hasta chocar con el mar opuesto en una baraúnda de ciclones y marejadas. La primera se había quebrado ochenta siglos antes”, escribe el historiador Juan E. Belza en su magnífica obra Romancero del topónimo fueguino, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

“Mientras tanto, el abandono de la comunidad de Swan River era total, hasta que en 1841 un católico de la colonia escribió al obispo de Sydney pidiéndole el envío de un sacerdote. El Ilmo. Polding, de regreso de Europa, envió a Sawn River tres sacerdotes, uno de ellos el reverendo Juan Brady, al que nombró como vicario general el 1º de septiembre de 1843”, escribe Santiago Rodríguez R. –maestro de Malvas-Tui– en su libro El Padre Salvado. Un gallego civilizador de Australia, Consejo Superior de Misiones, Madrid, 1944, Gráficas Afrodisio Aguado, calle Bravo Murillo, 31.

“La historia de vida de mamá, la Carmenza, pudo haber sido en blanco y negro. Ella optó por vivirla en colores. Incluso cuando el viento y la lluvia le volaban los sueños, ella era capaz de ver, en algún rincón, el arcoíris”.(Carmen Ortúzar Meza)

Bajo el epígrafe de “Busca Fernán de Magallanes la encrucijada sureña”, Juan E. Belza –el autor de la obra Romancero del topónimo fueguino, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, 1978– establece que “lo primero fue el estrecho”, esto es, el “atelili, áster o Kaika” autóctonos, que se llamó luego “estrecho de Magallanes”, el cual fue asimismo apodado “de Todos los Santos, de la Victoria, de los Patagones, de América o de Madre de Dios”.

No comas nada que no comiese tu abuela. La frase, inspirada en la de Michael Pollan (“No comas nada que tu abuela no reconocería como comida”), se podría complementar con otra del mismo autor: “Si viene de una planta cómelo, si fue hecho en una planta no lo comas”. En ambos casos es un llamado de atención sobre los productos alimenticios que se ofrecen en los supermercados, de dudoso origen y composición, y que en sus publicidades hacen afirmaciones sobre la salud. Al respecto, Pollan es contundente: “…una afirmación sobre los beneficios sobre la salud en un alimento industrial es un fuerte indicador de que no es realmente comida”.

A Eduardo García Marchant, amigo y cuñado.

Apelo a un verso entrañable de Miguel Hernández, para titular esta crónica, memoriosa y lacerante; cuatro sencillas palabras que, en precisa conjugación, expresan poéticamente el concepto de la muerte prematura. Es parte de su ‘Elegía a Ramón Sijé’, “a quien tanto quería”, su camarada y confidente perdido en la flor temprana de juvenil amistad.

O curso lectivo no ensino primario na República Oriental do Uruguai ten fixado o seu comezo oficial o día 15 de marzo, pero no ano 1959 caeu en domingo. Así foi que o luns 16 e aínda con cinco anos de idade (cumpro o 3 de abril) comecei o meu roteiro educativo na capital uruguaia.

“Aquella noche del 7 de enero de 1846, en que nuestros misioneros soñaron despiertos con la generosa empresa que esperaban llevar a cabo entre los salvajes, debió ser, sin duda, turbada por multitud de incógnitas difícilmente despejables antes de entrar en contacto con el país, con su vida social y singularmente con la colonia”, leemos en las páginas del libro El Padre Salvado. Un gallego civilizador de Australia, cuyo autor es Santiago Rodríguez R. –maestro de Malvas-Tui–, Consejo Superior de Misiones, Madrid, 1944, Gráficas Afrodisio Aguado, calle Bravo Murillo, 31.

“La historia de los topónimos fueguinos de la zona argentina también se enreda en parte en esta madeja de características universales. Y digo en parte porque Tierra de Fuego ofrece una nomenclatura todavía en desarrollo. En el momento actual subsisten en la isla espacios deshabitados, accidentes anónimos y nombres populares fijos o en asentamiento”, escribe Juan E. Belza en su obra Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones históricas ‘Tierra de Fuego’, impreso y editado en Argentina, 1978.

 

“Protección y ayuda la tuvieron total e inmediatamente en aquella casa que les parecía gozar del privilegio de extraterritorialidad. Declararon sus preferencias por las tierras habitadas por salvajes. Y como desde el mes anterior andaba el Rvdo. Juan Brady negociando ciertos asuntos para las Misiones de Australia, de donde procedía, les habló Monseñor Brunelli de la posibilidad de agregarse al misionero británico, con el que les puso al habla”, escribe Santiago Rodríguez R. –maestro de Malvas-Tui– en su obra El Padre Salvado. Un gallego civilizador de Australia, Consejo Superior de Misiones, Madrid, 1944, Gráficas Afrodisio Aguado, calle Bravo Murillo, 31.

El tango ‘Cafetin de Buenos Aires’, letra y música de Enrique Santos Discépolo y Mariano Mores, dice en sus primeros versos: “De chiquilín te miraba de afuera / Como a esas cosas que nunca se alcanzan.../ La ñata contra el vidrio, / En un azul de frío, / Que sólo fue después viviendo/ Igual al mío... / Como una escuela de todas las cosas,(…)”.
El rey emérito –Juan Carlos I de Borbón y Borbón-Dos Sicilias– (que ya no es rey ni es emérito) acaba de ‘regularizar’ una cantidad no determinada de ingresos irregulares no declarados (en ‘B’, ‘en negro’, ‘por la izquierda’, etcétera, según la chispa popular) que le costaron millones de euros de multa.
Sobre las aguas del Mediterráneo que observo cada amanecida tras haber inmigrado de Caracas en busca de serenidad, y a cuyas costas llegaron envueltas en papiros las palabras de Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles y Fidias, y más tarde los versos de Kavafis, Odisea Elytis y Yorgos Seferis, asumo ahora mi parada y fonda.  
En columnas anteriores hemos venido hablando sobre el tema de la geopolítica de las vacunas y el pulso entre Occidente y el eje euroasiático ruso-chino por monopolizar la vacunación en tiempos de coronavirus, que no del cólera, como la novela de Gabriel García Márquez (Gabo). Desde Moscú se...
La primera estatua que surge en mi memoria es la del Príncipe Feliz, que deja de serlo cuando su amada golondrina perece congelada bajo los labios de aquel noble de metal y de corazón humano, sensible a las espinas y requiebros del amor, sobre todo del prohibido, el que padeciera en triste y dolorosa abundancia el autor de aquella historia, Oscar Wilde.