Ana Daniela Velázquez agradece la oportunidad que le ofrece Escolas Abertas para “ampliar conocimientos” en pandereta
El programa ‘Escolas Abertas’ convocó este mes en Galicia a profesores que imparten clases de instrumentos y confección de trajes regionales en los centros del exterior, entre los que figura Ana Daniela Velázquez, natural de Montevideo. Nieta de gallegos, aprovecha la oportunidad que le brinda la Xunta para adentrarse en sus raíces, así como para ampliar conocimientos y mejorar la técnica en el arte de tocar la pandereta.

Las tradiciones de Galicia –gastronómicas, culturales o folclóricas– están presentes y tienen continuidad todavía hoy al otro lado del Atlántico, gracias al arraigo de muchos de los que emigraron, que reprodujeron los usos y costumbres que les son propios en las entidades creadas al amparo del fenómeno migratorio.
La vida de Ana Daniela Velázquez, nacida en Montevideo y con ascendencia gallega, constituye buena muestra de ese afán de los emigrados por preservar lo suyo en la distancia, según se deduce de sus palabras. “Yo viví con mi abuela” y “mamé toda la vida, las costumbres, la comida y los cantos” típicos de Galicia, aseguró a ‘Galicia en el Mundo’ en la jornada inaugural del desarrollo del programa ‘Escolas Abertas’.
Ana Daniela siempre estuvo vinculada a la colectividad en Uruguay ya que la misma vivienda de sus abuelos maternos se convirtió en lugar de acogida de emigrantes. Hubo un tiempo en que “alquilaban cuartos” a los recién llegados, dice, e incluso, cuando se mudaron de casa, “reservaban uno o dos días para reunirse” con integrantes de la colectividad, “saborear las comidas típicas, cantar y conversar sobre las noticias que llegaban de Galicia”.
Imbuida por todas esas vivencias, trató de inculcar también a sus hijos el gusto por la cultura y las tradiciones de Galicia, vinculándolos a la Unión Hijos de Morgadanes y al Centro Valle Miñor, ambos en Montevideo. La tarea, que inició hace 30 años, repercutió también en ella y en muchos otros padres, ya que, “mientras esperaban”, se fue generando entre ellos un grupo con disposición a asistir a las clases que se imparten en ambos centros, y hoy en día continúan en ellos y recibiendo formación en instrumentos musicales.
Lo suyo es la pandereta, asegura, por lo que esperaba que el curso de ‘Escolas Abertas’, que se inició el pasado 4 de julio y se prolongó hasta el pasado día 15, le sirva para “ampliar conocimientos” y “poder compartirlos” una vez de vuelta en su país, porque los que se quedaron en Montevideo “están ansiosos” por tener conocimiento y poner en práctica lo aprendido durante esos días.
Aunque ya visitó Galicia en otras ocasiones, esta es la primera vez que Ana Daniela participa en los cursos específicos que la Secretaría Xeral de Emigración programa para que los profesores de los centros del exterior puedan ampliar su formación. Por experiencias pasadas de otros compañeros que se beneficiaron de ‘Escolas Abertas’, sabe de la importancia de esta iniciativa, que inculca a los participantes nociones sobre “nuevas técnicas” en cada instrumento y les permite también ampliar el repertorio e canciones.
“Aportan muchísimo”, aseguró, convencida de que el “contacto con compañeros de otros países” también resulta enriquecedor, porque les permite alimentarse “de su conocimiento y de lo que se hacen en cada región”, asevera.
Ana Daniela hunde sus raíces en A Coruña y en la parroquia de Ambía (Baños de Molgás-Ourense), lugares en los que, hace años, ya se adentró para conocer el ambiente en el que nacieron sus abuelos y donde estos comenzaron a amar a Galicia. En Ambía, donde todavía conserva parientes, tuvo ocasión de conocer a parte de la familia de su abuela y de visitar la escuela y la vivencia le resultó “muy emocionante”.
No obstante, también se mostró apesadumbrada por el hecho de que sus abuelos no hayan tenido la oportunidad de regresar en ningún momento de sus vidas.
Respecto al programa ‘Escolas Abertas’, considera la iniciativa “excelente”, porque “uno llega a sus raíces” y se lleva “lo que ha vivido”, constata. Durante las clases, “el interés se va renovando con todo lo nuevo”; “nos reunimos para aprender y practicar canciones”, seguro que “en el próximo festival” que se organice en las entidades a las que pertenece “ya se aplica”. Concluye.
Una vez finalizado el curso, los beneficiarios de programa disponen de un tiempo estipulado para recorrer Galicia y disfrutar de las posibilidades que ofrece la comunidad autónoma en gastronomía, cultura y también en paisaje.