“Llevo conspirando por la paz en Colombia casi desde que nací”. (Gabriel García Márquez, 1927-2014)
Hay países que se sienten en la piel antes de pisarlos, y Colombia, como casi toda Iberoamérica, es uno de ellos.
“Llevo conspirando por la paz en Colombia casi desde que nací”. (Gabriel García Márquez, 1927-2014)
Hay países que se sienten en la piel antes de pisarlos, y Colombia, como casi toda Iberoamérica, es uno de ellos.
Nos saluda el ‘Pazo de Muíños de Antero’. Construido entre las postrimerías del siglo XVIII y comienzos del XIX, desde entonces siempre perduró en manos de la misma familia. ¿Su fundador? Manuel Antero Yánez Rivadeneira, quien provenía de uno de los linajes más sobresalientes de Monforte de Lemos. Luego, nos trasladamos al ‘Pazo de Tor’, que es una de las mejores residencias señoriales del sur de la provincia de Lugo. Situado en un reducido alto desde donde se divisa casi todo el ‘Val de Lemos’, su origen data del siglo XIV; no obstante, la edificación que hasta nuestros días ha llegado, procede en su mayor parte del siglo XVIII.
Galicia, con su aparente aislamiento geográfico, es en realidad un microcosmos de los problemas globales. La dicotomía entre la imagen bucólica de sus paisajes y la brutalidad de las llamas atenaza corazones, encoge el alma, alerta inteligencias y nos obliga a prevenir desastres.
Uno tiene morriña, esa saudade gallega que ansía recuperar lo que fuimos para ser mejores en un presente en el que las culturas particulares se diluyen en lo global despersonalizado. Sin instrumentalizaciones ideológicas o localistas, tan limitadas e hirientes cuando no gozan de generosidad y comprensión, hay que agradecer el esfuerzo de intelectuales esforzados, solidarios, serios, estudiosos como Martín Fernández Vizoso. Nos ofrece el combustible con el transitar por la memoria colectiva de un pueblo de diáspora, de enrumbar hacia la identidad verdadera, tras hacernos recalar en las historias que componen un puzle, un tesoro, en cada una de sus piezas, tras disipar la niebla del olvido.
Estamos delante del ‘Colexio da Nosa Señora da Antiga”. La iglesia se inspira en la de ‘Gesú’ de Roma, iglesia-madre de la Orden Jesuita. Su cúpula nos ofrece diez metros de diámetro y se halla sostenida por cuatro arcos sobre los cuales se sitúan cuatro ángeles que sostienen los ‘emblemas’ de Jesús y del Cardenal. He aquí la Capilla del Santo Cristo donde vemos un ‘Crucificado’, obra de Valerio Cioli, artista de esculturas para la tumba de Miguel Ángel. Un patio abrazado por soportales hermosea su claustro. Como era de esperar, en el centro de cada una de las fachadas luce un escudo, correspondiente al Cardenal, a la casa de Lemos, a la Casa de Alba y a las ‘Escolas Pías’.
La mayoría de ciudades ‘nortinas’ se encuentran situadas en la costa; Calama y el pueblecito de San Pedro, en el interior. Sencillos oasis. Muy cerca, el mineral de Chuquicamata, que tiene viviendas para sus trabajadores y un buen hospital. Desde luego que en la costa se hallan las mejores ciudades. Antofagasta y también Iquique son las principales. Otras poblaciones han quedado al modo de ‘simples salidas del salitre’, tales como Junín y Caleta Buena. Iquique es venerable cuyo origen fueron las prósperas minas de plata de Huantajaya, en la época de la ‘Colonia’. A mediados del siglo XIX surgieron los paseos y las refinerías de azúcar, sus fábricas de licores y manufacturas de tejidos, sus 40.000 habitantes, sus fideos y su Corte de Apelaciones.
El avance vertiginoso de la Inteligencia Artificial provoca una mezcla de asombro y de cierta inquietud, de posibilidades y riesgos. Uno, que ha vivido el periodismo en su transformación, desde el tintero hasta el píxel, no puede dejar de preguntarse qué será de esta noble profesión en este complejo ahora, más hay que reconocer las oportunidades. Y es ahí donde el ‘Decálogo de la IA y la Comunicación’ que EDITORED -Asociación de Editores de Europa e Iberoamérica-, ha propuesto con oportunidad.
Se me permiten a nostalxia, lembro coma se fose onte aquel 24 de xullo de 1985, véspera do noso día grande, cando a TVG acendeu os seus focos en San Marcos. Unha programación regular que comezou con 39 horas á semana; hoxe parece unha minucia, pero daquela era o mundo. E non quedou aí a cousa, non. A Galega, sempre pioneira, foi a primeira canle autonómica en emitir vía satélite en decembro de 1994 coa seu “Galeguidade”, abrindo Galicia ao mundo moito antes de que o “mundo” soubera o que era globalización.
María de León llegó a Redondela con su espíritu cautivador, revestida por una elegancia personal serena, auténtica, y por lo mismo segura de su sabiduría elegante. Los que hemos leído su último libro no podíamos esperar otra cosa de un ser para el que “vivir con sentido” presupone profundiza en los caminos que dan sentido a la existencia: autoconocimiento, mirada, propósito, valores –unidad, verdad, bondad, belleza– y espiritualidad.
Si observamos las laderas de la “puna”, veremos que algunos de los indígenas “quéchuas” y “aimaraes” han labrado sus terrazas de cultivos, captando algunos riachuelos. Ellos han construido toscas viviendas que configuran pequeños lugares suspendidos sobre los abismos. Alejados del mundo, viven ahí, apartados de la influencia de la civilización: sosegados y hieráticos, su mirada alargada de los ojos incaicos, cara enjuta y cierta fraternidad que mantienen desde la época de Atahualpa.