Serafín Parcero, maestro jubilado y escritor, publica su primera novela

“As illas dos deuses’ recoge no solo el prestigio de Castelao entre los emigrantes, sino también el respeto que le manifestaban”

La emigración gallega está repleta de historias que se pierden en el olvido. Poco se ha escrito hasta el momento de un fenómeno que marcó tanto a los gallegos, pese a merecer mayor reconocimiento, a juicio del escritor y maestro jubilado Serafín Parcero (Moaña), quien acaba de publicar ‘As illas dos deuses’ (Edicións Xerais), un relato imaginario en el que entremezcla la historia de Ons con la de Castelao. Con esta novela “trato un poco de enmendar esa pequeña deuda con la emigración”, asegura el autor. 
“As illas dos deuses’ recoge no solo el prestigio de Castelao entre los emigrantes, sino también el respeto que le manifestaban”
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Serafin Parcero, autor de ‘As illas dos deuses’, en el puerto de Cangas.

“Si hay un fenómeno que nos marcó a todos los gallegos ese es la emigración”, reconoce Serafín Parcero, maestro jubilado, natural de Moaña (Pontevedra), quien disfruta por fin al ver publicada su primera novela ‘As illas dos deuses’ (Edicións Xerais), con la que trata de resarcir el déficit de obras, tanto escritas como visuales, que cuenten la historia de los gallegos en el exterior. La novela, no exenta de elementos dramáticos y de intriga, entremezcla la historia de Ons con aspectos de la vida de Castelao. Tras un tiempo dedicado a la poesía y los microrrelatos, llega para Parcero el momento de las novelas, y ya tiene tres, todas muy versadas sobre emigración. “La emigración la trato prácticamente en todo lo que escribo”, dice el autor. 

Pregunta. ¿De dónde le viene su afición por la literatura?

Respuesta. Desde joven tuve mucho interés por las artes, concretamente el dibujo y la pintura, y también por la literatura, y participé activamente en todo el movimiento cultural y deportivo en mi villa, Moaña. Como todos los que tienen gusto por escribir, empecé escribiendo poesías, el típico poema de amor, y por la época que me tocó vivir, en pleno franquismo, también una poesía de tipo político, social y reivindicativo, pero son poemas que están guardados y seguramente nunca vean la luz. Luego, por influencia de mi profesión como maestro, empecé a escribir cuentos para niños, también hice algo de teatro infantil y me presenté y gané varios concursos de narración. El Certamen de Relatos de Mujer Matilde Bares que convoca el Ayuntamiento de Bueu fue el galardón un poco más importante que recibí.

P. ¿Es ‘As illas dos deuses’ su primera novela? 

R. Sí, la empecé a escribir hace muchos años cuando no tenía ni siquiera ordenador. Yo quería reflejar un suceso dramático en un ambiente cerrado, claustrofóbico, y qué mejor que el ambiente de una isla para ello. Primero pensé en Cíes y luego salió Ons, pero por unas circunstancias u otras la novela no avanzaba, seguramente porque aún no estaba capacitado para escribir una novela larga. Ir creando relatos breves me fue ayudando y también el hecho de estar jubilado y tener más tiempo para escribir, y un día, al contemplar la isla y ver los cuadros de Castelao, surgió lo que se llama inspiración y en ese momento decidí juntar la historia de Castelao con la de las islas Ons. Entonces escribí esta novela larga, con un título en latín, que presenté al certamen de Novela Torrente Ballester, en 2016. Quedó entre las finalistas y consideré que era un poco un refrendo de que tenía calidad suficiente para ser publicada. Después de llamar a algunas puertas sin éxito, decidí la autopublicación, pero tuve la fortuna de que gustó en Edicións Xerais y decidieron publicarla. Únicamente me pidieron cambiar el título por ‘As illas dos deuses’.

La publicación pasó por dificultades, por la pandemia y por el cambio de dirección en Xerais, por lo que tardó un poco en salir, y en ese tiempo publiqué ‘Viúvas de vivos e mortos’, en Edicións Do Peirao.

P. El protagonista es Castelao y en la trama aparece un sicario que tenía el encargo de matarlo en Argentina. ¿Cómo se le ocurrió la idea?

R. Decidí introducir a Castelao en dos momentos vitales, cuando es joven y está decidiendo sobre si continuar con su profesión de médico o dedicarse al arte y a la política, y el Castelao maduro poco antes de su muerte, en Buenos Aires. Para añadirle un plus o algo más de dramatismo a la historia, incluí la figura del sicario, un agente de la policía franquista que está encargado de eliminar, detener o incluso eliminar a elementos que fueran incómodos para el régimen franquista.

P. ¿Qué tiene de verdad esta historia?

R . La historia que cuento ni siquiera está basada en hechos reales, todo es fruto de la imaginación, aunque hay muchos personajes y muchas situaciones reales. Muchos historiadores, y entre ellos Paul Preston, cuentan que después de la guerra civil, el régimen franquista continuó actuando en otros campos, que fueron las prisiones, los tribunales militares y las brigadas de trabajo y Preston dice también que en la emigración. Lo que hay de cierto no lo sé, pero la idea fue importante para añadir un elemento de dramatismo a mi novela.

P. ¿En qué género literario la englobaría?

R. A veces me preguntan eso y respondo que muchos de los narradores actuales tenemos influencia del lenguaje cinematográfico. Yo defino mi novela como un biopic que es una dramatización de la vida de una persona, algo a lo que son tan aficionados en el cine norteamericano.

P. Se sirve de una biografía para crear una novela, pero ¿se ciñe en algo a la realidad del personaje?

R. Se parece, porque las dudas que tenía Castelao sobre si dedicarse a la medicina o al arte aparecen ahí reflejadas. También la enfermedad que padeció a una edad relativamente joven, una adenopatía, y que yo relaciono con que luego tiene que ir a descansar a Ons. Realmente no fue a la isla, pero sí que tuvo un periodo de descanso después de esa enfermedad. Y naturalmente, lo que sucede en Buenos Aires. La obra empieza con la lectura del manifiesto de Castelao del 25 de Julio de 1948 ‘Alba de gloria’, en el Teatro Argentino, y continúa con el banquete en el Centro Gallego de Buenos Aires, donde de alguna manera completa el discurso que hiciera en el teatro. También recoge la enfermedad y la muerte del ilustre gallego por cáncer de pulmón… Hay muchos hechos históricos y documentados que aparecen en el libro.

P. Castelao fue un personaje del siglo XX que se erigió en referente para los intelectuales gallegos contemporáneos, vivió exiliado en Argentina, y pasó etapas en Cuba. ¿Aborda en su libro el fenómeno migratorio?

R. Sí, sí. Castelao, creo que en eso estamos todos de acuerdo, es la figura, junto con Rosalía, más reconocida, más apreciada por todos los gallegos de todos los signos políticos. Efectivamente, él ya había vivido en Argentina, y cuando después de la guerra civil y de pasar por París, La Habana y Nueva York, se asentó en Argentina, lo hizo porque había sido antiguo residente. Su emigración fue forzada por los avatares de la guerra civil española. En la obra se recoge parte de todo eso, no solo el prestigio que tenía entre la colonia de emigrantes, sino también el respeto que le manifestaban los que le conocían; el éxito que tuvo con el estreno de ‘Os vellos non deben de namorarse’, o la gran repercusión de cualquier tipo de actuación suya. En la novela se refleja un poco cómo fue cambiando la emigración y el tipo de emigrante que se iba acercando a América del Sur y cómo fueron perdiendo influencia los republicanos exiliados, porque en España ya se estaba consolidando el régimen franquista, que estaba abriendo un poco las puertas. También se cuenta cómo fue cambiando el perfil y la manera de pensar de las personas que estaban viviendo en la emigración.

P. ¿Y todo eso está también documentado? 

R. Sí, la mayor parte de los datos, que hacen referencia a hechos reales, traté de documentarlos y también está muy documentado todo lo que se refiere a la flora, fauna y demás de la isla de Ons. Alguna gente me pregunta si Castelao estuvo efectivamente en Ons, y yo siempre digo que Castelao estuvo en el Morrazo, eso lo sabemos seguro, porque en su libro ‘As cruces de pedra na Galiza’ uno de los cruceiros que describió y dibujó es el cruceiro de Hío. Por eso, que estuvo en el Morrazo es seguro; que estuviera en la isla de Ons, eso ya no lo puedo afirmar. Quienes sí estuvieron fueron otros miembros de la generación Nós, como Álvaro das Casas, que publicó en la revista ‘Nós’ un artículo sobre la isla donde hablaba de la flora, la fauna y hacía un estudio antropológico y sociológico de ella, de sus habitantes y de todo lo demás. En esa documentación me basé cuando empecé a escribir la novela, porque cuando empecé había poco escrito.

P. Se documentó mucho sobre Ons y sobre Castelao. ¿Qué fue lo que más le sorprendió del personaje?

R. Primero quiero aclarar que no soy historiador y ni siquiera un gran estudioso de la figura de Castelao, pero siempre me llamó la atención y leí prácticamente todo de él. Lo que me sorprendió fueron dos cosas. Por una parte, su coherencia y su modernidad para aquella época. Y aquí hablo no solo de Castelao sino de toda la generación Nós, que eran verdaderos avanzados en aquella España atrasada de principios del siglo XX. El movimiento Nós era europeísta, moderno. Pero sobre todo de Castelao me admira la capacidad de trabajo que tenía, a pesar de las grandes dificultades que le acarreaba andar de un lado para otro, y de sus problemas de salud, porque prácticamente perdió la vista, pero siguió trabajando hasta el último momento, tanto en su obra artística, en sus dibujos, grabados y pintura, como en su obra literaria.

P. Dice que durante la pandemia publicó otra novela, ‘Viúvas de vivos e mortos’, un título entresacado de ‘Follas Novas’, de Rosalía. ¿También está presente la emigración en esta novela?

R. Sí, tiene mucho de emigración. Tiene incluso más que ver con la emigración que ‘As illas dos deuses’. El tema de la emigración lo trato prácticamente en todo lo que escribo. De una forma más amplia o menos, casi siempre está presente. En mi familia, por suerte o por desgracia, también hubo emigrantes, no transoceánicos, pero sí hubo una emigración a Europa que nos trajo acontecimientos dramáticos. 

P. ¿A qué se refiere?

R. Un hermano mío que trabajaba para una compañía holandesa falleció en un accidente marítimo, un naufragio. Fue el único que falleció de la tripulación en aquel siniestro y fue muy doloroso. Por eso, la emigración está presente siempre en mi obra, y no solo en ‘As illas’ y en ‘Viuvas’, ahora tengo finalizada otra novela en la que la emigración ocupa una parte importante también, porque la emigración me marcó, a mí y a todos los gallegos. Si hay un fenómeno que nos marcó a todos los gallegos ese es la emigración. Además, pienso que, con la emigración, los gallegos tenemos una deuda importante. Me refiero en el aspecto creativo, porque la emigración gallega no fue tratada como merecería. En la literatura, en el cine, en todos las artes. Por poner una comparación, cuántas películas de la mafia se hicieron. Hay cantidad de películas y novelas que hablan de la emigración, a veces incluso de aspectos negativos, de otros países, Italia, Escocia, Irlanda, y la gran novela sobre la emigración gallega, aunque hay algunas, está todavía sin escribir. No solo sobre la emigración transoceánica, sino también sobre la emigración a Europa, que resultó durante muchos años una verdadera epopeya, porque la gente que salía de nuestras familias, de pequeños pueblos, cogían un taxi entre cuatro y viajaban cinco o seis días por Europa, sin saber una palabra de inglés ni holandés. Se iban sin trabajo, a la aventura y tenían que trabajar y buscarse la vida en lo que fuese. Y también la epopeya de la gente del mar que, aunque no son emigrantes, es gente que está embarcada durante meses. Con esta novela trato un poco de enmendar esa pequeña deuda con la emigración, y, sobre todo, también en ‘Viuvas’ quise tratar la otra parte de la emigración, la de los que quedan en casa, sobre todo las mujeres, por eso el título. Porque las mujeres tienen que sufrir las largas ausencias, como decía Rosalía.

P. ¿Quizá la emigración gallega fuera una emigración numerosa pero un poco más apagada, sin fenómenos tan destacables como el que protagonizó la mafia?

R. Los hay, pero por desgracias o por el régimen político que nos tocó vivir durante tantos años, no se destacan. Ahí está el trabajo inconmensurable de los centros gallegos; toda la impresionante producción editorial en gallego que se hacía en América; la solidaridad de la gente de la emigración transoceánica, pero también de Europa, con sus propios vecinos, impulsando la construcción de escuelas preciosas, de piedra, con su cruceiro, con su patio cubierto ya de aquella; los grandes negocios que detentaron. La política de América del Sur está llena de apellidos gallegos, los Castro, los Noriega, los Somoza, Fernando de la Rúa, que gobernó Argentina y tenía aquí en Bueu sus ancestros. Todos sus apellidos nos dicen que son de origen gallego, que son de los nuestros. Hay muchas cosas que por desgracia no conocíamos, y que poco a poco sí lo vamos conociendo, como el caso de la famosa Isabel Zendal, la enfermera que llevó la vacuna de la varicela a Europa, América y parte de Oceanía.

Y hay también grandes gestas que están ahí como el trabajo de los gallegos en el Canal de Panamá, en unas condiciones durísimas, o en la caña de azúcar, para el que fueron llevados a Cuba engañados y cobraban menos que los esclavos.

Hay muchas historias a nivel colectivo e individual dignas de reseñar. La vida de Castelao y de Rosalía merecerían una serie, ahora que están tan de moda las series, y la de otros personajes gallegos como Prisciliano, o el arzobispo Xelmírez. Aquí tenemos la Catedral y hay muy poco escrito a nivel histórico sobre la Catedral de Santiago, y ¡mira qué no se podía escribir del maestro Mateo!

P. Todos esos ejemplos a los que alude parecen demostrativos de lo que es capaz de hacer el gallego cuando se le deja un poco de libertad.

R. Creo que a creatividad, ingenio y capacidad de trabajo no nos gana nadie; no hay otro pueblo en el mundo que nos gane. Por compararnos, y aunque suene un poco raro, el judío es el único pueblo con el que nos podemos comparar. Pocos pueblos tienen esa capacidad. Y ahí tenemos a los grandes fabuladores gallegos, Cunqueiro, Torrente, que son de lo mejorcito de la literatura española y universal.

P. Para devolver, de alguna manera, el favor a los gallegos emigrados, en Galicia se promueve el retorno, también de familias que llegan con sus hijos y se integran en el sistema educativo. Como profesional de la enseñanza, ¿cómo aprecia la integración del colectivo en las aulas?

R. Conocí y tuve la oportunidad de trabajar y darle clase a personas retornadas de Hispanoamérica. Por mi experiencia, diría que sí se produce integración, sobre todo, porque hay factores que son determinantes a la hora de favorecer la acogida, que es el idioma. La afinidad cultural y la lengua facilitan mucho la acogida y la integración de estas personas, que no suelen tener problemas con el sistema educativo ni en la sociedad gallega, más bien al contrario, sabiendo lo que los gallegos también fuimos emigrantes, también acogemos mucho mejor que en otras partes de España.

P. ¿Conocen hoy en día los alumnos el fenómeno de la emigración, o es algo que se les quedó muy lejos?

R. La emigración histórica, desde mi experiencia, le es un poco ajena a las nuevas generaciones, por lo menos esa emigración de los padres y los abuelos. Es un tema que, al no ser tratado tanto en las redes sociales, en las películas, en el audiovisual y en la literatura, a los más jóvenes les resulta un poco ajeno. Este otro tipo de emigración, la de esos a los que se deja marchar después de haberlos preparado y gastado un montón de recursos públicos en su formación, eso sí que por propia experiencia lo conocen más e incluso lo comprenden más. 

Yo creo que no, ya no es solamente el fenómeno migratorio, creo que tampoco se está enseñando la historia de la forma… se habla mucho de los hechos históricos, batallas, reyes, pero no se habla de qué fue lo que provocó las grandes emigraciones. Galicia era una de las regiones más superpobladas de la península ibérica, tenía muchos más habitantes que Castilla y más que Madrid, y vinieron todos aquellos años de hambre y sequía, que obligaban a la gente a marcharse a la emigración. Tanto los motivos como el hecho en sí de la emigración como las consecuencias –despoblación, abandono rural, etc.–, eso no se enseña debidamente, o por lo menos, no se hace con el hincapié que se debería, pero esta es mi opinión personal. 

P. ¿En qué está trabajando actualmente?, ¿puede hacernos un adelanto?

R. Sigo haciendo microrrelatos, y algunos de ellos, ¡cómo no!, relacionados con temas de emigración. Y tengo rematada una novela sobre el interior de Galicia que espero presentar pronto a la editorial a ver si hay suerte. En ella también hay varios capítulos dedicados a la emigración y concretamente a Buenos Aires y su contorno; una ciudad cosmopolita que prácticamente no conocemos, conocemos todo de Nueva York, etc., pero de Buenos Aires no conocemos nada, ni del Teatro Argentino, donde Castelao pronunció Alba de Gloria.

P. ¿Quizá la situación de crisis actual la hace menos atractiva para visitar?

R. Tuvo sus momentos buenos. Fue muy cosmopolita, muy elitista, cada cosa tiene su momento, pero estamos muy dirigidos hacia la cultura americana, no solo en conocer la ciudad, sino las modas, costumbres, tipo de música…, estamos muy dirigidos. Y eso hace, por desgracia, que abandonemos y que sepamos mucho más de la emigración americana o de cualquier otra que la de los gallegos.