Aborda la aportación que la emigración española en Suiza aportó en la construcción de Europa

El escritor madrileño Paco Beltrán Barcala presentó en Suiza su última obra sobre emigración, ‘A mi manera’

Paco Beltrán Barcala presentó en Suiza su última obra sobre emigración, ‘A mi manera’. La plataforma zoom fue el entrañable escenario que recogió los testimonios y experiencias que tanto el propio autor de la obra como tantos emigrantes españoles vivieron en primera persona en la década de los años 60-70 cuando escogieron como destino Suiza para buscar una vida mejor.

El escritor madrileño Paco Beltrán Barcala presentó en Suiza su última obra sobre emigración, ‘A mi manera’
Suiza-Paco Beltran 60
Paco Beltran vive con el amor de su vida, Cloti, en Denia.

Fátima del Olmo, de la librería-escuela Ibercultura de Lucerna, fue la anfitriona responsable de organizar una inolvidable presentación y moderar la velada. ‘A mi manera’ aborda la trascendental aportación que la emigración española residente en Suiza aportó en la construcción de Europa y de la que no existe mucha información y, menos aún, un reconocimiento digno por parte del gobierno.

Según Beltrán, es la historia olvidada de una plataforma gigante de hombres y mujeres que, en las décadas 60-70, cruzaron los Pirineos para contribuir con su trabajo y esfuerzo a reconstruir un país como Suiza. Entre los participantes se encontraban diferentes integrantes de asociaciones culturales y cívicas de Suiza, amigos del autor, hijos e hijas de emigrantes y amantes de la pluma que este emigrante retornado, defensor de la cultura y la dignidad, conserva a sus 90 años.

Paco Beltrán Barcala nació en Madrid en 1933. Vivió y sufrió la dictadura franquista en primera persona. Tiempos muy difíciles para él y su familia. Su padre, valenciano y vendedor de loza, tuvo que permanecer escondido en su casa 18 meses para salvar su vida mientras que su madre, de Ávila y muy preparada para aquellos tiempos, trabajó muy duro y fue una gran luchadora. Beltrán vio cómo su padre escribía muchísimo en ese tiempo de encierro; escritos que aún conserva. Perdió a un hermano enfermo de tuberculosis por la falta de recursos tanto sanitarios como de primera necesidad y, junto al resto de su familia, pasó hambre, frío y grandes penurias. Las circunstancias lo convirtieron en el mayor antiespañol y con grandes deseos de abandonar el país. Finalizó la escuela con 14 años y acabó trabajando en la venta de tejidos y en El Corte Inglés como jefe de departamento. Conoció a Cloti, su bastón y su perfecta e inseparable compañera de vida, con la que tuvo tres hijos. La situación a finales de los 50 no era buena. El despego y el desaire que tenía por la España de entonces, la adversidad y la búsqueda de una nueva aventura al lado de su mujer, por entonces embarazada, los llevó a emigrar a Suiza a principios de los 60 con veintitantos años y el poco dinero ahorrado del que disponían.

“Yo no hubiese sido feliz si no me hubiese ido. El lugar de nacimiento no importa si no donde te formas. Cloti estuvo de acuerdo conmigo y volamos a Ginebra en 1962 y de ahí a Zúrich”.

En los primeros 10 años en Suiza no se acordó de España para nada. Lo había pasado tan mal que anulaba cualquier intención para recordarlo. Sin embargo, fue en Suiza donde empezó a ser español y a querer a su patria, aunque reconoce que sigue siendo muy de izquierdas. Los libros se convirtieron en los mejores profesores y la lectura con mayúsculas en la universidad más importante. Allí trabajó durante 30 años en el laboratorio de una empresa dedicada al estudio del subsuelo y conformó una hermosa familia en el entorno de la ciudad de Meilen.

“Tuve una buena profesión que me permitió dedicarme a la escritura en diferentes medios de Alemania y Suiza como ‘7 Fechas’, ‘Papel 76’ o el semanario ‘La Página’. También comencé el contacto con los españoles. Acabamos creando una asociación en Meilen en que celebramos fiestas para las mujeres entre otras actividades y donde había muchos niños”.

Fue así cómo descubrió la cantidad de cosas que necesitaban los emigrantes y sus familias y se implicó cada vez más, luchando siempre por los derechos dignos de la emigración y siendo reconocida esa labor por sus compatriotas. “El personalismo no nos lleva a ningún lado. La unión hace la fuerza. Me duele que una parte de la historia, de nuestra historia, que fue real, no se conozca y que exista un gran vacío de información a su alrededor”.

Beltrán ha tenido la gran suerte de rodearse de buenos amigos y la gran fortuna de estar arropado por su maravillosa familia, principalmente, del inseparable amor de su vida y su columna vertebral, Cloti. Se siente satisfecho con su análisis de vida la cual se ha desarrollado felizmente; considera la palabra democracia como la más prostituida del diccionario; sueña con que se equipare la igualdad y se acaben las clases sociales que tanto lo desesperan y se pueda vivir con más dignidad. Como bien dice “las maletas deberían de usarse tan solo para irse de vacaciones”.

Paco Beltrán Barcala es la historia de la emigración, un testimonio que ha vivido la crueldad de la guerra, la negación de un estado dictatorial y democrático y las puertas abiertas a una Europa industrializada que le brindó las oportunidades necesarias para ser feliz y donde aprendió a querer lo que más odió, su país. En la actualidad reside en Denia, donde no deja de escribir y donde descubrió que ‘A mi manera’ tenía que salir a la luz para mostrar una pequeña parte de la historia olvidada de tantos españoles e impulsar a otros escritores a descubrirla y plasmarla. Paco para muchos, Beltrán para otros, es en sí una institución, un ejemplo a seguir que nos ha abierto las puertas de Europa a generaciones posteriores. Defiende la aceptación de la globalización humana y espera que este libro sirva como una reivindicación de un hecho histórico importante que no consta en la historia de España.