Dirigió la legación española en la Isla desde agosto de 1981 hasta 30 de abril de 1985

Enrique Larroque de la Cruz, un diplomático español nacido en La Habana, que regresó como embajador a Cuba

Al embajador Enrique Larroque de la Cruz, nacido en La Habana, el destino le llevará a regresar a su origen, convirtiéndose en embajador de España en Cuba.
Enrique Larroque de la Cruz, un diplomático español nacido en La Habana, que regresó como embajador a Cuba
Entrega el Sr. Embajador de España en Cuba del diploma como Presidente de Honor de la Agrupación de Sociedades Castellanas
Enrique Larroque recibe un reconocimiento de la colectividad española en La Habana.

Larroque nace el 30 de mayo de 1924 en La Habana (Cuba), su padre, de profesión arquitecto, realizaba su labor profesional en la isla, donde se establecieron una corta etapa hasta finalizar sus contratos de obra. Después, la familia se traslada a España, donde el joven Enrique iniciaría su formación, hasta ingresar, en el año 1953, en la carrera diplomática en Madrid.

Su hoja de servicio dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores data, como diplomático, del 1 de junio de 1955, y su primera misión fue en julio de 1956, participando en la delegación española que viajaría para negociar en Bruselas el Acuerdo de Emigración, y otros convenios en materia de Seguridad Social. Enrique Larroque de la Cruz, secretario de Embajada, actuaría como secretario de la Delegación. La nota de comunicación estaba firmada por Martín Artajo, embajador subsecretario del Ministerio de Exteriores.

Europa acaba de terminar una terrible guerra y países como Francia, Alemania y Suiza preparaban su apertura de fronteras, buscando mano de obra. Es la llamada emigración económica, donde se desplazaron más de dos millones de españoles. Por supuesto, los países industrializados de Europa, al término de la Segunda Guerra Mundial, habían quedado destruidos, y sus ciudades e industrias, calcinadas. Los créditos del Plan Marshall y la buena capacidad organizativa de estos países –especialmente de la República Federal de Alemania– hizo que al cabo de diez o quince años ya hubieran recuperado el pulso de sus economías hasta el punto de sentir la necesidad de recurrir a mano de obra extranjera para proseguir su desarrollo. 

Paralelamente, España se encontraba en la puesta en marcha del llamado ‘Plan de Estabilización 1959’. 

El entonces ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca, a través de Real Decreto 1649/1981, publicado en BOE, con fecha 3 de agosto de 1981, designa como embajador de España en la República de Cuba a Enrique Larroque de la Cruz, cesando a Manuel Ortiz Sánchez, que habría sido como embajador desde mayo de 1979.

Las relaciones diplomáticas de España con Cuba se habían fortalecido con la visita del presidente Adolfo Suárez a La Habana en septiembre de 1978, era el primer mandatario del hemisferio occidental, y además presidente español dentro de la joven democracia que había visitado Cuba.

El embajador Larroque, diplomático de carrera con categoría de ministro plenipotenciario en el escalafón de su cuerpo, se había dedicado a la política activa en 1975 –dejando en ese momento sus responsabilidades en la Administración– y llegó a ser presidente del Partido Liberal desde 1977 hasta 1980, fecha en la que abandonó la militancia política y pidió su reingreso en la carrera diplomática. 

España transitaba por su camino de transformación, que había iniciado el presidente Adolfo Suárez, y que intentaba seguir el nuevo presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo. 

Bajo el mandato de este último, se suceden acontecimientos como el ingreso de nuestro país en la OTAN, el 29 de mayo de 1982. Será un gobierno profundamente marcado por el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, y centrado, por un lado, en la incorporación de España a la Alianza Atlántica, haciendo clara profesión de fe en el atlantismo, y, por otro, en las negociaciones para la adhesión a las Comunidades Europeas.

El triunfo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), encabezado por dos líderes indiscutibles: el presidente, Felipe González Márquez, y el vicepresidente, Alfonso Guerra, supondría un cambio de las relaciones con La Habana, llevadas a cabo por el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán López.

Se produce la visita oficial del ministro de Asuntos Exteriores Fernando Morán a Cuba, en enero de 1984, donde se entrevistó con el presidente, Fidel Castro, y le reitera la invitación a visitar España, que ya le hiciera en septiembre de 1978 el entonces presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez.

Ese mismo año, el 19 de noviembre de 1984, se firma en La Habana un Acuerdo Complementario del Convenio Básico de Colaboración Científica y Técnica entre España y Cuba.

Los descritos anteriormente constituyen algunos de los hechos históricos más importantes del tiempo de misión del embajador Larroque en La Habana, desde agosto de 1981 hasta 30 de abril de 1985. 

Breve currículum del embajador Larroque

En abril de 1967, Enrique Larroque es nombrado secretario de Embajada de primera clase. Fue Director de Emigración y Asuntos Sociales del Ministerio de Asuntos Exteriores en 1968. En 1971, ejerció de cónsul general de España en Hong-Kong. Esta misión supuso la consecución del acercamiento con China, para establecer relaciones diplomáticas plenas.

Por Orden del 17 de diciembre de 1973, fue designado consejero de la Dirección General de Cooperación Técnica Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores. Dentro del Ministerio del Aire, Orden 19 diciembre de 1973, se le nombra vocal nato de la Comisión Nacional de Investigación del Espacio.

El 25 de diciembre de 1973 se le designa consejero representante de la Dirección General de Cooperación Técnica Internacional.

En mayo de 1978, se le asciende a ministro plenipotenciario de tercera clase y en enero de 1987 se le asciende a ministro plenipotenciario de primera clase. 

Cabe destacar que posee doce condecoraciones, entre ellas la de la Legión de Honor Francesa, con la que fue galardonado dos veces. 

Dentro de su extensa actividad literaria, debe destacar la publicación de los ensayos:  ‘EI Hombre y la Revolución Científica’ (1964); ‘La Ciencia como Plataforma en España’ (1965); ‘Estrategia y Política’ (1967); ‘EI Nuevo Rumbo de la Libertad’ (1970); ‘Partido Liberal’ (1977); ‘Liberalismo’ (1978); ‘EI Latido de Oriente’ (1981) y ‘EI Poder del Islam’ (1991). 

Entre sus novelas, merecen citarse ‘Adrián’ (1991) y ‘Las Estrellas de Orión’ (1983).

Con el fin de recaudar fondos destinados a llevar a cabo obras humanitarias en el Tercer Mundo, ha publicado también otras obras, entre ellas: ‘Ante la Nueva Civilización’ (1989); ‘Los Nuevos Revolucionarios’ (1993); ‘La Llamada del Desierto’ (1994); ‘Los Hijos de la luz’ (1994); ‘EI Conflicto entre el Mal y el Bien’ (1996); ‘EI Fulgor del Renacimiento’ (1997); ‘La Iluminación’ (2005); ‘Héroes de un Mundo Pasado’ (2006) y ‘Una Estrella Danzarina’ (2008).