“Esa maleta es como la mía”

El Archivo de Indianos es, junto con la visita al Santuario de Covadonga, probablemente la parada más emotiva para los emigrantes que regresan a su tierra. Y fue, como no podía ser menos, cita obligada con la Operación Añoranza 2009, cuyos participantes disfrutaron a lo largo de toda la semana de un particular viaje por Asturias.
Si hay un lugar realmente emblemático para los emigrantes asturianos ese es, sin duda, el Archivo de Indianos de Colombres (Ribadedeva), parada obligada para cualquiera que haya cruzado el Charco en pos de una vida mejor. Y, lógicamente, los participantes de la Operación Añoranza de este año no fueron menos, visitando el magnífico caserón la soleada mañana del pasado jueves.
Allí, en medio de recuerdos, maquetas, antiguas fotografías y hasta alguna cámara de televisión que les grababa, el grupo de emigrantes dio rienda suelta a sus recuerdos mientras visitaban un edificio plagado de cosas que les resultaban terriblemente familiares.
La visita a Colombres forma parte del apretado programa de visitas organizado para ellos desde la Consejería de Presidencia y la Agencia Asturiana de la Emigración, ya que en la edición de este año se incluyeron visitas a los concejos de Oviedo, Gijón, San Martín del Rey Aurelio, Nava, Colunga, Carreño, Luanco, Llanes, Ribadesella, Cangas de Onís, y Cudillero. El objetivo era poder mostrarles los lugares más significativos de la región y los cambios vividos en cada concejo antes de que disfrutasen de un par de tardes y un día libre.
Así, tras su llegada y el recibimiento oficial en Oviedo, el grupo visitó el fin de semana anterior el Museo del Pueblo de Asturias en Gijón, además de otros lugares típicos de la ciudad, como el barrio de Cimadevilla o las Termas Romanas, una visita completada el martes con el recorrido por Laboral Ciudad de la Cultura.
Entre medias, los emigrantes asistieron al desfile del Día de América en Oviedo, durante las fiestas de San Mateo; el Museo de la Minería y, como no podía ser de otro modo, el Santuario de Covadonga, con paradas obligadas en la Basílica y la Cueva y un posterior recorrido por Cangas de Onís y la Cueva del Queso Cabrales.
Candás y Luanco; el Centro de Interpretación del Medio Marino; Avilés, Villaviciosa; el mercado de Grado; la playa del Sablón, Llanes y Ribadesella; Tazones, Cudillero y Luarca fueron algunos de los lugares visitados por el grupo, siempre armado con sus cámaras de fotos y de video para recoger cada momento de este pequeño regreso a su tierra.
Museos
Además de las propias localidades, el complejo museístico de la región fue protagonista en las diferentes visitas, ya que los emigrantes pudieron ver el Museo de la Sidra, el Museo Etnográfico de Grandas de Salime o el Museo Marítimo. Además, para completar su recorrido por Asturias, el grupo visitó los monumentos del Prerrománico en Oviedo.
Muchas historias iguales
y, al mismo tiempo, diferentes
Valeriano Sierra es uno de los 44 participantes en la Operación Añoranza y, como casi todos ellos, uno de los que no perdió ocasión de contar su historia, una historia a veces muy repetida pero siempre única. Y lo hizo impulsado por el recuerdo de una vieja maleta de cartón, una maleta de un emigrante que, como él mismo reconoció un tanto emocionado, “yo tenía una maleta como esa”.
“Llevaba un jamón en una maleta como esa, para comerlo con mis hermanas, que no conocía. Y cuando llegué, el jamón había desaparecido: me habían rajado la maleta y se lo habían comido. Lo peor es que estuve los 33 días y las 33 noches que tardamos en cruzar el Charco comiendo tallarines y comida italiana”.
Y es que en aquella travesía, cuando él contaba con 15 años, viajaban cerca de dos mil españoles, pero tres mil italianos. “Fui con mi hermana, que tenía 17 años, y tenía que cuidarla, porque los italianos se la querían comer. Pero yo estaba fuerte de trabajar en el campo”, recuerda con una sonrisa.
Después llegó el duro trabajo en un nuevo país, desarrollando una larga y fructífera labor como contador público y mediador. Ahora, con 78 años y de nuevo de vuelta en su Asturias natal (es natural de Palacio, en Cangas del Narcea), su mirada y su historia se unen a los recuerdos del Archivo.