Entrevista a José Feito, asesor empresarial de Oviedo y ponente del proyecto ‘Impulso’

“Se exigen medios para lograr las subvenciones, y en las asociaciones hay mucho voluntario”

José Feito ha dedicado su carrera profesional a ayudar a la creación de nuevas empresas y a transformar a las que se encontraban inmersas en crisis. Esta experiencia la ha compartido con jóvenes españoles hijos de emigrantes en Colonia, donde asistió como ponente a los seminarios que organiza la Confederación de las Asociaciones de Padres de Familia en Alemania y la Academia Española de Formación.
“Se exigen medios para lograr las subvenciones, y en las asociaciones hay mucho voluntario”
 José Feito, participa en el proyecto \\\'Impulso\\\'.
José Feito, participa en el proyecto \\\'Impulso\\\'.

José Feito ha dedicado su carrera profesional a ayudar a la creación de nuevas empresas y a transformar a las que se encontraban inmersas en crisis. Esta experiencia la ha compartido con jóvenes españoles hijos de emigrantes en Colonia, donde asistió como ponente a los seminarios que organiza la Confederación de las Asociaciones de Padres de Familia en Alemania y la Academia Española de Formación.

José Feito nació en la isla de Cuba, aunque regresó a Asturias, de donde procedía su familia, siendo todavía un niño. Describe esta experiencia como un cambio fundamental en su vida. Para él, fue un paso de un mundo de color a un mundo en blanco y negro. Por razones políticas, fue expulsado de España en su juventud y vivió siete años fuera del país donde se crió. Durante este tiempo estudió en la República Democrática Alemana, hasta que ya no aguantó más y regresó a la Península Ibérica.
Profesor mercantil y auditor de cuentas en excedencia, se ha dedicado profesionalmente al análisis y reorientación de empresas con graves problemas o de empresas nuevas, a la creación de sociedades anónimas laborales, cooperativas y sociedades agrarias de transformación.
A través de sus actividades laborales, tomó contacto con la Academia Española de Formación y con las Asociaciones de Padres de Familia en Alemania. Desde la creación del proyecto de la Confederación ‘Impulso’, dirigido a jóvenes españoles hijos de emigrantes, asiste como ponente a los seminarios que organiza la organización para ese colectivo.
Actualmente vive en Lavio, un pueblo pequeño del municipio asturiano de Salas, situado en una montaña de unos cuatrocientos metros de altitud, a treinta kilómetros del mar por carretera y a unos setenta de Oviedo.
Pregunta. ¿Qué le ha parecido el seminario?
Respuesta. Me pareció muy interesante. Fue un seminario donde lo que primó no fueron ni las elaboraciones abstractas, ni las conceptuales, pero fue muy denso y muy rico en contenidos. Se vio también, por un lado, el gran nivel que tienen estos chicos y chicas, españoles emigrantes de segunda y tercera generación, y, por otro, el trabajo que hacen la Confederación de las Asociaciones de Padres y la Academia Española de Formación.
Para mí está muy claro que estos jóvenes son un enorme potencial, tanto para sí mismos como para la sociedad en la que estén integrados y para las empresas en las que trabajen.
P. ¿Desde cuándo tiene contacto con este proyecto?
R. Desde su nacimiento, creo que fue en el año 2000. Era un programa ‘Leonardo da Vinci’, que tuvo apoyo financiero de la Comisión Europea durante año y medio; en ese tiempo nos reuníamos y realizábamos sesiones con nuestros jóvenes, también en España, y no sólo teóricamente, hacíamos cosas prácticas también. Ésta fue la etapa en la que se elaboró conceptualmente toda una serie de ideas que están recogidas en el informe final, redactado en alemán, donde se recoge el concepto central de la interculturalidad en el desarrollo individual, en el desarrollo de grupos humanos, en la viabilidad y la estrategia de empresas, en cuestiones organizativas y también en el desarrollo económico de territorios. Todo eso está relacionado.
P. ¿Cuál fue su función, exactamente?
R. Mi función fue poner en contacto la biculturalidad o la interculturalidad con el desarrollo económico y con la viabilidad de empresas y sociedades.
P. ¿Se han conseguido resultados positivos, a parte de los que se han visto en este seminario?
R. Los resultados no están medidos, no están cuantificados; no hay ningún instrumento, no hay datos para establecer ningún tipo de estadística, de observatorio, como se suele llamar, pero a través de lo que contó Vicente Riesgo, el presidente de la Academia Española de Formación, por el incremento de contactos de empresas con la propia Academia y por el seguimiento que se hace desde la Confederación de Padres de esta gente joven y de los empleos que van teniendo, los ascensos, las actividades que van realizando, se puede tener una idea de los resultados, pero no existe un seguimiento estadístico para medirlos.
P. ¿No cree que sería conveniente contar con datos estadísticos, para conseguir las subvenciones necesarias para que el proyecto pueda seguir desarrollándose?
R. Claro, pero eso exigiría medios, se necesitaría de personas que se dedicasen a eso, y en la Confederación, en las asociaciones en general, hay mucho componente de voluntariado.
P. Por parte de las Administraciones española y alemana ¿no sería interesante que se promocionase más la idea de ‘Impulso’, para que se conozca más entre los jóvenes de origen hispano, y, entre ellos mismos, puedan establecer una red de contacto y cooperación?
R. Exactamente, es importantísimo, y que esta red que se establezca aquí tenga contactos con la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), con las organizaciones autónomas, sectoriales y provinciales, las Cámaras de Comercio en España, etc. Esta experiencia yo creo que está sin recoger en España de una manera más eficaz; sólo se recoge aquí y allí, de manera espontánea.
P. ¿Quién, o qué institución, serían idóneas para hacerlo?
R. Probablemente sea el Ministerio de Trabajo, aunque, de alguna manera tenga algo que ver con cultura también, depende de cómo se entienda la cultura. Pero quizás sea el Ministerio de Trabajo, o el de Economía, también puede que sea algo interministerial.
P. También tiene un historial migratorio, es diferente que el de estos chicos y chicas aquí, pero ¿qué supone para usted ser o haber sido emigrante?
R. Supone que, en primer lugar, se ve la propia cultura desde fuera, y esto le permite a uno objetivarla, verla de manera distinta, desde otra perspectiva, esto es lo primero.
A partir de que uno conoce otro idioma y otra cultura, está ya en condiciones de conocer otras culturas, de relacionarse con ellas, porque ya hay un componente de relativización, sin llegar a un relativismo absoluto.
P. ¿Cómo puede influir la cultura en el desarrollo económico de un territorio y en la creación de empresas?
R. El territorio no es solamente un soporte físico, sino que, además, el territorio comporta cultura, comporta maneras de interpretar el mundo, comporta representaciones en común, comporta también instituciones y reglas de juego que se complementan unas a otras.
La viabilidad de las empresas yo la relaciono con el desarrollo local o el desarrollo vinculado a territorios.
P. Usted nació en Cuba, ¿se siente más cubano que asturiano?
R. Me siento las dos cosas. Me siento español también.
P. Vivió también en la República Democrática Alemana, ¿por qué se fue allí?
R. Me expulsaron de España. En el año 1965 me detuvo una brigada de la policía por pertenecer al movimiento antifranquista. Me llevaron a la frontera francesa y, después, me expulsaron de este país.
Desde 1965 a 1972 estuve fuera. Tuve una beca de la República Democrática Alemana y después estuve en la Escuela Superior de Economía de Berlín, hasta que no aguanté más y me fuí, primero a París, y de allí regresé a España.
P. Escuché que en este momento está escribiendo un libro, ¿sobre qué?
R. Sí, la descripción de lo que estoy escribiendo es ‘Empresas y proyectos en Asturias’. Quiero desarrollar teorías de tipo intermedio sobre viabilidad de empresas y desarrollo económico.