La obra, en hierro, sirve de homenaje a los excombatientes y caídos en la batalla

Javier Magalhães coloca una escultura conmemorativa del desastre de Malvinas en la universidad argentina de Lanús

La Universidad Nacional de Lanús (UNLa) se sumó este mes de abril a los actos conmemorativos del 40º aniversario de la guerra de las Malvinas, un acontecimiento bélico que enfrentó en los años 80 a Argentina y Reino Unido por la hegemonía de las islas y que la institución académica quiere mantener en la memoria, rindiendo homenaje a los miles de excombatientes y caídos que fueron víctimas de aquel “desastre” bélico, como lo definió el artista gallego Javier Magalhães.
Javier Magalhães coloca una escultura conmemorativa del desastre de Malvinas en la universidad argentina de Lanús
Escultura Magalhaes-Borre y Daniel Lopez
Rubén Borré –a la izda.– y Daniel López, junto a la escultura del artista gallego.

Suya es la escultura que desde el pasado día 2 luce en una de las plazas de la Universidad de Lanús –“la más grande de Buenos Aires”, asegura el pintor y asesor de Artes Audiovisuales de la UNLa, Rubén Borré, al que une una fuerte amistad con Magalhães– y con la que el pintor y escultor gallego ha querido significar “el enorme drama que siempre engendran las guerras”.

La obra, erigida en hierro en la bautizada como ‘Plaza de los derechos de las Malvinas’, se delimita por una línea que va dibujando el contorno de unas figuras en el espacio que representan a las víctimas de un conflicto bélico que, como todos los de su naturaleza, se desata “cuando las palabras no tienen efecto; cuando la gente no es capaz de entenderse hablando”, subraya el artista, a propósito de la guerra de Ucrania que en este momento tiene en vilo a toda Europa por la muerte y destrucción que está provocando en ese territorio del este. 

“Las guerras son siempre cruentas” y “la peor parte la llevan las familias”, especialmente, “las madres y los niños”, observa el artista, quien, en momentos como el que se vive en Ucrania, se encoje “viendo a unas madres con sus hijos y una bolsa de plástico como único enser que ha conseguido sacar de su casa”.

La escultura, que comenzó a realizar antes de que se desatara el conflicto en Europa y gracias a la buena sintonía que mantiene con el director de patrimonio de la Universidad, Daniel López, no pretende otra cosa que incitar al recuerdo de que “ha habido una guerra que no debió suceder” y que la gente se acuerde de que hubo soldados fallecidos e hijos damnificados a los que es necesario tener presente y rendir homenaje. En definitiva, se trata de reflejar “la ausencia de los seres queridos y de las familias rotas”.

“Para que el hierro no resultara muy violento”, ideó una línea espacial, como una línea de lápiz”, aclara, que contornea las figuras de los niños, mujeres y hombres a los que quiere rendir tributo, pero de manera que transparente el espacio en el que se ubica la obra. En lo alto, las islas, que es lo único que se ve en una pieza, sostenido por el pueblo argentina. Pero lo curioso, señala, es que “hay más desastre en lo transparente que en lo opaco”.

“Cuando vi el proyecto pensé que estaba un poco loco, porque era enorme”, manifestó Borré a ‘Crónicas de la Emigración’ respecto a la obra de su amigo. En conversación con el también pintor, realizada por videollamada, este aludió a lo que escribió sobre el particular la rectora de la UNLa, Ana Jaramillo, quien destacó el hecho de que sea un conjunto sostenido por el pueblo argentino el que resalte el conflicto. “Porque uno supone que va a ser el ejército, los soldados o un héroe”, quien dé sentido a estos acontecimientos, dio a entender Borré, quien recordó al pensador argentino que decía que “el único héroe válido es el héroe en grupo”.

“Lo de Javier es un poco eso –corrobora–, un conjunto de figuras en el que hay padres, madres, niños y hasta un perro” que “sostienen a las Malvinas como símbolo del cuidado del territorio”.

La escultura se colocó en la plaza el mismo día del homenaje, al que acudieron excombatientes y descendientes de los fallecidos en la guerra y el acto resultó “muy conmovedor”, comentó Borré, quien actuó como anfitrión virtual de Magalhães durante la jornada.

La vinculación del artista gallego con la UNLa viene de lejos. Además de albergar un mural de grandes dimensiones de su autoría, en 2010 también mostró en las instalaciones de la institución educativa una colección de cuadros con los que, bajo el título ‘los desheredados’, pretendió rendir homenaje a los pueblos y culturas autóctonas que hoy en día están siendo erradicados y marginados.