RECHAZó UNA PROPUESTA DEL PSOE, UPYD E IZQUIERDA PLURAL PARA VOLVER A REFORMAR LA LOREG

El PP apuesta por mantener el voto rogado mientras no haya otra alternativa

El PP defendió este miércoles mantener el voto rogado para los residentes en el exterior, mientras no exista una alternativa a la exigencia que se impuso a raíz de la reforma electoral de 2011, pese a que la medida ha provocado una caída de la participación electoral de los emigrante en los comicios celebrados en España tras la entrada en vigor de la normativa.

El PP apuesta por mantener el voto rogado mientras no haya otra alternativa

El PP defendió este miércoles mantener el voto rogado para los residentes en el exterior, mientras no exista una alternativa a la exigencia que se impuso a raíz de la reforma electoral de 2011, pese a que la medida ha provocado una caída de la participación electoral de los emigrante en los comicios celebrados en España tras la entrada en vigor de la normativa. Los ‘populares’ rechazaron así la propuesta del PSOE, del Grupo Parlamentario de Izquierda Plural –IU, ICV-EUIA y CHA–, y del Grupo Parlamentario de Unión Progreso y Democracia (UPyD) llevada a la Comisión Constitucional para volver a reformar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) en lo relativo al ejercicio del voto de los residentes españoles en el exterior.

La citada reforma electoral, auspiciada por PP, PSOE y los nacionalistas de CiU y BNG durante la pasada legislatura, entró en vigor en 2011 y, entre otras cosas, excluía a los emigrantes de participar en elecciones municipales mientras que en el resto de comicios les obligaba a pedir el voto con antelación como requisito para poder ejercer el derecho de sufragio, ya fuera en urna en consulados y embajadas o por correo.

Ese requisito ya fue muy contestado por la propia diáspora, que veía en la medida una pérdida de sus derechos como ciudadanos, así como por formaciones minoritarias como Izquierda Unida, UPyD y los nacionalistas gallegos (BNG) y canarios (CC-NC), a la vista del desplome de la participación de los emigrantes en las autonómicas y las generales de 2011.

A las críticas se sumaron sectores del PP gallego y colectivos de los dos grandes partidos en el exterior, hasta el punto de que el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, prometió corregirlo cuando ganó el congreso socialista de febrero de 2012.

En la comisión de este miércoles, los socialistas propusieron al Gobierno de Mariano Rajoy que presente en un plazo de seis meses una reforma de la Ley Electoral para dar marcha atrás en la obligación de que los emigrantes tengan que solicitar el voto en cada elección, el llamado ‘voto rogado’. Sin embargo, los ‘populares’ prefieren mantener el requisito en tanto en cuanto no se estudie otra alternativa que permita a los residentes en el exterior votar con plenas garantías en los comicios que se celebren en España.

La secretaria de Emigración del PSOE y promotora de la iniciativa, la gallega Carmela Silva, reconoce que, aunque la reforma pretendía “dotar de mayores garantías el voto exterior”, los efectos producidos en términos de caída de la participación electoral de los emigrantes obligan a reflexionar.

Por parte del BNG, la portavoz en el Congreso, Olaia Fernández Davila, defendió en la Comisión mejoras y modificaciones en el procedimiento del voto del exterior “para mejorarlo pero no para restar garantías”, y dejó clara la posición del BNG favorable a que se emita el voto en urna en los consulados y en las oficinas diplomáticas.

“Soy gallega y conozco la realidad de la votación en el exterior. Había mucho fraude, e incluso votaban muertos. Por eso era preciso introducir más control en el procedimiento de voto en el exterior”, sentenció Fernández Davila para justificar el acuerdo en la reforma de la Loreg respecto al voto exterior.

Por su parte, el diputado del PP Juan Carlos Vera recordó que en 2011 se aprobó una reforma apoyada por la gran mayoría del arco parlamentario, PSOE incluido, que introducía el sistema de voto rogado “no por capricho, ni mucho menos para perjudicar a los ciudadanos” sino para dar “más fiabilidad” y reducir las posibilidades de fraude.
Vera reconoció que el voto rogado supone menos participación, pero eso es algo que no es nuevo, porque ocurría cuando los emigrantes españoles votaban en las municipales, elecciones para las que también debían hacer constar su intención de votar. El diputado del PP aseguró no obstante que su partido está dispuesto a estudiar con los demás grupos cuantas medidas sean necesarias para mejorar el procedimiento, y animó a todos a proponer y consensuar cambios que faciliten la participación; incluso señaló que no le disgusta la idea de una circunscripción única en el exterior, como piden algunos partidos.

El diputado de IU Joan Josep Nuet calificó el proceso por el que tienen que pasar los emigrantes españoles para ejercer su derecho fundamental al voto como un auténtico ‘vía crucis’, y por eso reclamó acabar con el voto rogado. En un sentido similar se pronunció Irene Lozano, de UPyD, partido que no reclamó explícitamente la supresión del voto rogado, aunque sí solicitó medidas que mejoren el procedimiento y fomenten la participación.

La participación del Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) en las elecciones generales ha caído en picado en las últimas convocatorias, pasando del 31 al 5 por ciento, y del 20 al 4 por ciento en el caso de las autonómicas. En las elecciones andaluzas, la participación de los emigrantes solía ser del 30 por ciento del CERA, y en estas últimas no ha llegado al 5 por ciento.