Gustavo Acosta, secretario general del PSOE-Argentina, pide una ley específica

“La Ley de Memoria Democrática no puede ser una ley ómnibus que también contemple los supuestos de nacionalidad”

El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, ha adelantado que la Ley de Memoria Democrática estaría aprobada en el primer semestre de 2021. El proyecto contempla algunas consideraciones sobre los supuestos de nacionalidad para los descendientes de españoles residentes en el exterior. Al respecto, ‘Crónicas de la Emigración’ conversó con el titular de la Agrupación Pablo Iglesias-PSOE Argentina, Gustavo Acosta, quien considera que “la Ley de Memoria Democrática no puede ser una ley ómnibus que también contemple los supuestos de nacionalidad”.

“La Ley de Memoria Democrática no puede ser una ley ómnibus que también contemple los supuestos de nacionalidad”
Gustavo Acosta Sec Gral PSOE Bs
Gustavo Acosta, secretario general del PSOE en Buenos Aires.

El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, ha adelantado que la Ley de Memoria Democrática estaría aprobada en el primer semestre de 2021. El proyecto contempla algunas consideraciones sobre los supuestos de nacionalidad para los descendientes de españoles residentes en el exterior. Al respecto, ‘Crónicas de la Emigración’ conversó con el titular de la Agrupación Pablo Iglesias-PSOE Argentina, Gustavo Acosta, quien considera que “la Ley de Memoria Democrática no puede ser una ley ómnibus que también contemple los supuestos de nacionalidad”.

Pregunta. ¿Qué valoración hace del Proyecto de Ley de Memoria Democrática?

Respuesta. La Ley de Memoria Democrática es un avance cualitativo importante de lo que dejó pendiente el avance de la (ley) ‘Memoria Histórica’.

Fundamentalmente, la Ley de Memoria Democrática tiene que ver con, realmente, echar luz y hacer justicia con respecto a los centenares de miles de españoles desaparecidos durante la guerra civil española y aquellos que tuvieron que ir a dar con sus huesos a los campos de concentración a los que les mandó Franco.

P. ¿Cómo ve los postulados que incluye sobre Nacionalidad?

R. La Ley de Memoria Democrática no puede ser una ley ómnibus que también contemple los supuestos de nacionalidad porque Memoria Democrática y Nacionalidad no son lo mismo.

La ley de nacionalidad para nosotros es una reivindicación plenamente vigente y aún pendiente, pero no estoy tan de acuerdo con mezclar Memoria Democrática con Nacionalidad porque, reitero, son dos cosas diferentes. Si bien la ley de memoria democrática cita algunos casos de nacionalidad, creo que no es la finalidad de esa norma.

P. ¿Por qué no?

R. Sería mezclar una Ley específica que todos deseamos tener que es la Ley de Nacionalidad con, por ejemplo, la revisión de la cantidad industrial de fosas comunes que todavía hay en el territorio español.

Yo creo que debe ser algo bien distinguido y bien compartimentado. La Ley de Memoria Democrática es muy superadora de lo que tenemos hasta ahora, ya que significa poner en valor a las miles de personas que sufrieron un proceso, condena, trabajo forzado, tortura y muerte, por parte de tribunales especiales donde no había ninguna garantía de defensa durante los años de la guerra civil y de la posguerra. Eso creo que es una asignatura pendiente del Estado español. Además con este rebrote de ciertas manifestaciones autoritarias en España, creo que es más que prudente, más que oportuno, y más que necesario para esclarecer todo lo que queda pendiente.

En realidad es muchísimo, nomás en temas de niños que fueron sacados de sus hogares y que hoy son adultos mayores que no conocen su verdadera identidad. Y no son pocos. Se habla de alrededor de 100 mil personas. Por eso yo creo que hay que poner al estado completo al servicio de esta iniciativa para abrir los archivos, revisar todo, hacer un inventario completo de testimonios y la creación de un banco de ADN porque no se sabe dónde están esos familiares.

Además, no te olvides que hace muchos años hubo un presidente español, que ya nadie lo recuerda, un tal Mariano Rajoy, que dijo que para Memoria Histórica ni un euro. Que se jactaba de incumplir la ley de memoria histórica. Eso no puede volver a ocurrir.

Imagínate si en memoria democrática estuviera nacionalidad incluida y tuviéramos una posición así de una parte de la dirigencia política peninsular, ¿cómo destrabamos eso?

P. ¿Dónde queda nacionalidad?

R. Yo tengo en la familia casos asimétricos donde hijos de unos son españoles y otros no. Creo que debe haber una ley de nacionalidad que complete los casos que quedaron pendientes después de la Ley de Memoria Histórica, que dio un salto importante en muchas cosas pero se corta en otras.

Memoria Democrática viene a cualificar esos avances, pero yo entiendo que tienen que ver con reivindicaciones más propias de las víctimas de la guerra civil y de aquellos que todavía tienen que descubrir su identidad. Que Nacionalidad esté mencionada me parece perfecto e interesante y que sea un planteo reivindicativo de todos los que estamos en el exterior, pero creo que definitivamente son dos temas distintos y que mezclarlos no contribuye.

P. ¿Por qué no contribuye?

R. Porque esto va a debate parlamentario y la derecha española no es muy amiga de conceder cosas en materia de consolidación de derechos y calidad democrática. Es un tema vinculado, pero no es lo mismo y meter nacionalidad en Memoria Democrática puede quedar entrampada en la puja de los distintos roces que seguramente se van a dar en el debate parlamentario. No creo que debieran ser tratados estos dos temas en conjunto porque seguramente va a perder nacionalidad. Y para nosotros es muy importante que se corrijan, mediante una norma, las asimetrías o desigualdades inadmisibles frente a la ley que hoy existen en materia de nacionalidad.

P. Da casi por sentado que el tema Nacionalidad quedaría relegado en el tratamiento parlamentario.

R. Vos imagínate: hablar del genocidio que se perpetró contra el pueblo gitano, las represalias hacia las minorías sexuales que fueron de un nivel de ultraje y sometimiento feroz, inadmisible, la cantidad de muertos, de desaparecidos, de personas a las que no se les ha restituido su verdadera identidad, la cantidad de gente represaliada, los juicios sumarísimos, etc., y meter entre todo eso los supuestos de nacionalidad. Me parece que nacionalidad merece un tratamiento específico y fuera de esas cuestiones tan controversiales que deben ser tratadas en España.

Esta Ley de Memoria Democrática me parece que es un menú a pedir de boca de los enemigos cruzados que están en contra de reconocer la nacionalidad a los que quedaron pendientes y a la Memoria Democrática que todavía tienen pendiente España y los españoles en todo el mundo.

Son dos caminos que hay que recorrer, que pueden ser paralelos y que necesariamente tienen vasos comunicantes, pero no son lo mismo. Y ojo porque hay sectores que ven con muchísimo desagrado y preocupación ambas cuestiones y qué mejor para ellos que matar dos pájaros de un solo tiro.