El exviceconsejero canario reconoce que “era una persona muy querida”

Cándido Padrón destaca el carácter “afable” y la entrega al servicio de los demás que demostró Carmelo González

Entre los exviceconsejeros de Acción Exterior del Gobierno de Canarias que tuvieron ocasión de conocer de cerca a Carmelo González, recientemente fallecido, figura Cándido Padrón, quien también atesora experiencia como emigrante, aunque en Venezuela. Padrón asegura que durante el tiempo que estuvo al frente del departamento que se ocupaba de los asuntos de la diáspora en el Gobierno canario aprendió mucho de Carmelo, al que definió como una persona “afable”.

Cándido Padrón destaca el carácter “afable” y la entrega al servicio de los demás que demostró Carmelo González
CUBA.Padrón y Carmelo Gonzalez 2013
Cándido Padrón y Carmelo Gonzalez se intercambian presentes en 2013 durante un viaje del exviceconsejero a la Isla.

Entre los exviceconsejeros de Acción Exterior del Gobierno de Canarias que tuvieron ocasión de conocer de cerca a Carmelo González, recientemente fallecido, figura Cándido Padrón, quien también atesora experiencia como emigrante, aunque en Venezuela.

Padrón asegura que durante el tiempo que estuvo al frente del departamento que se ocupaba de los asuntos de la diáspora en el Gobierno canario aprendió mucho de Carmelo, al que definió como una persona “afable” y “totalmente entregada al servicio de los demás”. “Yo le llamaba, cariñosamente, comandante”, asegura Padrón.

El propio Carmelo fue quien le abrió los ojos respecto a la necesidad de crear un centro de día que acogiera a los canarios mayores en la isla caribeña carentes de recursos, según él mismo asegura. Era un centro “donde entraban las personas mayores encogidas y les cambiaba la vida”, sostiene Padrón. Se trataba de jubilados, mayores y personas que vivían solas. Con ellos se trabajaba con actividades de fisioterapia, juegos, se les ofrecían charlas sobre cuestiones relacionadas con la islas…

Después de un tiempo tratándolo y abordando con él cuestiones importantes que atañían a los canarios en la isla, Padrón asegura que Carmelo era “una persona muy querida”. Tuvo la suerte de “patear Cuba de cabo a rabo”, y de conocer directamente las necesidades de la colectividad. Además, era muy consciente de lo que suponía ser “un servidor público”, concluye.