El presidente de la Colectividad Castellano-Leonesa de Chile prepara un proyecto empresarial en Fuentestrún

Tomás García Córdoba: “Me siento responsable de la España vaciada y quiero darle vida al pueblo soriano de mis abuelos”

La España vaciada bate de lleno en el corazón de los emigrantes retornados, que sienten de cerca todo el silencio que dejaron al partir. La responsabilidad recae ahora sobre sus descendientes que buscan reparar el daño con proyectos e iniciativas que vinculen los pueblos con las urbes. Aprovechando los avances en infraestructuras y tecnologías, el presidente de la Colectividad Castellano-Leonesa de Chile quiere poner en valor su experiencia como empresario y probar suerte en Fuentestrún, el lugar de nacimiento de sus abuelos, para montar un negocio que dé impulso al lugar.

Tomás García Córdoba: “Me siento responsable de la España vaciada y quiero darle vida al pueblo soriano de mis abuelos”
17.Tomas Garcia II
El presidente del centro, en el Congreso de casas regionales, en octubre.

Las medidas que la Administración de Castilla y León adopta para conservar y recuperar la relación con sus residentes en el exterior y para favorecer el retorno está cosechando sus frutos y la repercusión se deja sentir también en el ámbito empresarial y del emprendimiento. Cada vez son más los miembros de la diáspora que, gracias al vínculo que se trata de establecer, ponen su experiencia al servicio de la causa, desplegando en el territorio iniciativas que sirven para impulsar la economía de la comunidad autónoma y frenar el vaciado de sus pueblos.

La mejora de las infraestructuras y los avances en las telecomunicaciones juegan a su favor y, en ese contexto está tomando forma el proyecto empresarial que el presidente de la Colectividad Castellano-Leonesa de Chile, Tomás García Córdoba, se propone poner en marcha en Fuentestrún, lugar de nacimiento de sus abuelos, en la provincia de Soria.

Con menos de 10 kilómetros cuadrados de extensión y una población que no supera el medio centenar de habitantes, esta pequeña localidad, enclavada en la comarca del Moncayo –en el nordeste de Soria–, servirá de punto de lanzamiento y será la sede de un negocio de ropa deportiva técnica que su impulsor está tratando de ultimar estos días que se encuentra de visita en España y con ese propósito.

La idea es que “de aquí a seis meses” eche a andar este proyecto que Tomás García ve viable gracias a la mejora de los viales y la implantación de las redes informáticas, que facilitan la difusión del negocio y la distribución del producto a cualquier punto del mundo, así como la vuelta a los pueblos en tiempos en que los alquileres en las grandes ciudades se presentan para muchas familias inasumibles.

A sus 47 años de edad y sirviéndose de su experiencia como empresario en Santiago de Chile, el propósito de este ‘nieto’ de la emigración no es otro que “darle vida al pueblo” y, de alguna manera, situarlo en el mapa para que adquiera la visibilidad que la emigración le negó, al vaciar sus casas de gente, dejar sin apenas vida sus calles y aparcadas las tareas de labor.

Ante este panorama, “me siento responsable de la España vaciada”, asegura García Córdoba, quien se mantiene en contacto con sus orígenes. Todos los veranos se desplaza con su familia desde la capital chilena al pueblo que en esa época del año llega a los 300 habitantes. Es entonces cuando descansa, porque sus tres hijos “andan por las calles tranquilos, van a las fiestas y vuelven tarde” pero sin afrontar peligros, algo que Tomás valora muy positivamente, así como que se le ofrezca la oportunidad de conocer “gente de otras culturas” y de saber de “dónde venimos”.

Es por eso que se preocupa de inculcar a sus descendientes valores que les sirvan para situarse en la vida, y aún consciente de que con la visita al pueblo “se trasladan 200 años atrás”, considera importante que sepan que “los abuelos hicieron un sacrificio tremendo para salir adelante” y que el nivel de vida del que gozan hoy es producto de aquel sacrificio.

La relación de Tomás García con la emigración le viene tanto por parte paterna como materna. Con tres abuelos naturales de Soria y una abuela de Ourense, el contacto con España en su caso parecía obligado. Y así fue. Los descendientes de españoles en el exterior “hemos mamado España desde el útero” y “lo que les transmitimos” a los chicos, “cuando vienen al pueblo, lo viven”, dice, en relación a la gastronomía, la música o las costumbres.

Sin embargo, no es el propio hogar el único espacio en el que los castellanos y leoneses en Santiago de Chile se empapan de sus tradiciones. La entidad que preside también se ocupa de llevar a cabo esa labor de recuperación del pasado y de hacerlo con “sentido”, porque, a su modo de ver, no se trata solo de “juntarse”, sino de buscarle una finalidad a las reuniones. Una finalidad que, según apunta, pasa por organizar actividades que sirvan para dar a conocer aspectos de la región de origen que deban ser difundidos y aquellas otras orientadas a favorecer la integración de los jóvenes en las entidades.

El espejo en el que se mira es Galicia –“Sigo muy de cerca” lo que hace la Xunta, dice–, con la que la Junta de Castilla y León tiene “buena comunicación”, porque es la comunidad de referencia en estos temas. Así que llegó a la conclusión de que para conseguir atraer a los 1.000 socios con que cuenta actualmente la Colectividad y a sus familias hay que “vender turismo, becas, gastronomía...”.

Su tiempo como presidente se agota en marzo, pero Tomás seguirá vinculado a la entidad, seguramente como vicepresidente. Lejos de preocuparse por esta contingencia, considera “bueno que haya cambio” y se dé oportunidades a la gente joven, que la hay y que es la que asegura la continuidad del centro. Y todo gracias “al trabajo que hemos hecho”, dice, del que dio cuenta en el Congreso Internacional de Casas Regionales de Castilla y León que se celebró en Salamanca el pasado mes de octubre.

El cese le permitirá asumir desde marzo la presidencia de Acyles (Asociación de Empresarios Castellanos y Leoneses en el Exterior) y contribuir a su cometido, que pasa por incentivar la inversión de las empresas de Chile en Castilla y León y viceversa.

Un grupo de rock y un campeonato de fútbol para atraer a niños y jóvenes

Desde finales del XIX y principios del XX, América del Sur se pobló de españoles llegados de distintas partes del territorio, de los cuales, una parte significativa eligió Chile como lugar de asentamiento. El país meridional contabiliza hoy en día casi 67.000 españoles residiendo en el territorio, de los cuales, 5.729 pertenecen a la comunidad autónoma de Castilla y León, según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE).

La estela que dejaron en el país aquellos primeros emigrantes es seguida por sus descendientes, muchos de los cuales viven hoy en día vinculados a la Colectividad Castellano-Leonesa en Chile, que se formó de la unión de las casas de Soria, Burgos y León. Sus directivos se ocupan de promover actividades para ellos que sirvan de acicate para que mantengan la relación con la entidad, como es una banda de rock y un campeonato de fútbol (‘Copa del rey de futbolito’) para los jóvenes y niños que acuden al centro.

Un total de 18 jóvenes de entre 16 y 35 años se integran en la banda de rock, cuya peculiaridad es hacer música en español y tocar en un concierto organizado por la entidad, mientras que al campeonato de fútbol –en el que tienen cabida también las mujeres y un mayor– se le dedica una jornada completa.

Lo importante es que “los jóvenes sientan” que en la entidad se hace “algo entretenido”, pero que también se le oferten programas de interés como las becas, que pueden solicitar para estudiar en Castilla y León.

Convencido de que todo lo relacionado con la gastronomía “está en boga”, en el mes de abril se creará una ‘cofradía gastronómica’, que se propone recuperar recetas tradicionales de Castilla y León “de modo entretenido” y poniendo “especial cuidado” en ello, porque de lo que se trata es de que los castellanos y leoneses de fuera comiencen a tener idea de lo que supone saborear un ‘jamón de bellota’ o “un buen queso de Castilla y León”, resalta Tomás García Córdoba.