LLEGó A LA CAPITAL URUGUAYA EN 1929 Y EN SU PRIMER TRABAJO “LAVABA BOTELLAS”

Un mallorquín residente en Montevideo celebró su centenario

El pasado 16 de abril fue un día especial para la familia balear en Uruguay. Don Martín March cumplió sus cien años de vida, de los que casi 80 ha vivido en Montevideo, a donde llegó con tres paisanos de sus pueblo y donde se quedó tras formar una familia.
Un mallorquín residente en Montevideo celebró su centenario
Martín March, abriendo los regalos.
Martín March, abriendo los regalos.
El pasado 16 de abril fue un día especial para la familia balear en Uruguay. Don Martín March cumplió sus cien años de vida. Este mallorquín llegó el 23 de noviembre de 1929 a Montevideo. Con una memoria prodigiosa, recordó incluso cuál fue su primer trabajo en el país: “lavaba botellas del guindado El Marino”, señaló.
Entre amigos baleares, amigos que forjó en el hogar, tanto internos como personal del mismo y familiares, sopló las velas de esos bien conservados jóvenes años.
Como un libro abierto de historia, recordó nombres, calles, direcciones de su rica historia. Siempre jovial relató, junto a una enfermera que lo atendió en sus primeros días del hogar, aquellas anécdotas de cuando llegara con sus 89 años a cuestas.
Martín March recordó sus primeros tiempos, cuando junto con dos paisanos de su pueblo conocieron a tres hermanas uruguayas con quienes se casaron y formaron sus familias en Uruguay. Rememoró sus estancias entre Buenos Aires y Montevideo, donde, como chófer, conoció a personalidades artísticas de la época como Astor Piazola y Luis Sandrini. Relató otras tantas peripecias en esta feliz tarde para todos.
Mil amigos, mil oficios para terminar como taxista hasta su bien ganada jubilación. Sus rimas son muy populares y festejadas en el hogar, en su tierra natal era conocido como el glosador de Pollenza y han sido dedicadas a importantes visitantes, como el presidente Zapatero, al cual recordó con su envidiable memoria rodeado de sus seres queridos
Bienvenido Presidente
De España al Uruguay
Mejor visita no hay
Y tampoco trascendente
Que haya cruzado ese puente
Con rumbo a nuestro Hogar
Y que ha podido observar
De España su gran ayuda
Que aunque parezca dura
Algo tiene que hablar
Y quien lo sepa conservar
Desde el Hogar hasta el cielo
Tendrá un gusto en el suelo
Al lado de Zapatero que visitó nuestro Hogar.
(Escrito tres años atrás durante la primer visita del presidente).
Al marcharnos admirados de este ‘muchacho viejito’, nos fuimos recordando sus palabras: “estoy contento por sentirme tan apreciado”.