El padre de un niño con problemas en el lenguaje destaca el trabajo de la unidad de atención ‘temperá’

“En este tiempo, nuestro hijo se volvió más expresivo, más abierto y cariñoso”

Factores diversos intervienen a menudo en la pérdida de funciones o habilidades de los niños en su proceso de desarrollo entre los 0 y los 6 años. Algunas son consecuencia de una alteración de las estructuras o funciones corporales, mientras que otras obedecen a restricciones en la participación social o a factores del entorno. En esos casos, se produce una desviación o atraso en el desarrollo de las capacidades, adquisiciones y recursos personales típicos de los menores que merecen ser tratados. La Consellería de Política Social lleva más de una década ocupándose de estos asuntos.
“En este tiempo, nuestro hijo se volvió más expresivo, más abierto y cariñoso”
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El servicio de atención temprana se convierte en imprescindible para cientos de familias gallegas.

Factores diversos intervienen a menudo en la pérdida de funciones o habilidades de los niños en su proceso de desarrollo entre los 0 y los 6 años. Algunas son consecuencia de una alteración de las estructuras o funciones corporales, mientras que otras obedecen a restricciones en la participación social o a factores del entorno. En esos casos, se produce una desviación o atraso en el desarrollo de las capacidades, adquisiciones y recursos personales típicos de los menores que merecen ser tratados. La Consellería de Política Social lleva más de una década ocupándose de estos asuntos.

Sea por percepción de la familia, del centro escolar al que asiste o del pediatra que tiene asignado, lo recomendable es que los niños que presentan problemas en el lenguaje, en las capacidades motoras o en desarrollo cognitivo o conductual, sean derivados cuanto antes a un especialista. Para atajar el problema desde sus comienzos, la Xunta, a través de la Consellería de Política Social, tiene implantadas en diversos ayuntamientos de Galicia lo que se conoce como unidades de atención temprana (‘atención temperá’) en las que actualmente son tratados 1.740 niños por alguna de estas alteraciones.

Entre ellos se encuentra el hijo de Antonio, un vecino del municipio pontevedrés de A Estrada con hijos gemelos, de los cuales, uno de ellos, presentó “un pequeño retraso en el lenguaje que se le detectó en el primer año de escuela”, confirma el padre.

El primer paso fue derivar al pequeño, que hoy tiene cuatro años, a la unidad de atención ‘temperá’ de A Estrada y en el primer año ya se obtuvieron resultados positivos.

“Ya experimentó una mejora bastante significativa, sobre todo, en el último trimestre, que fue cuando se le detectó un cambio muy sustancial, y este año seguimos con esa trayectoria de mejorar”, confirma Antonio, quien detalla que, en todo este tiempo que su hijo esta acudiendo a la unidad, se volvió “más expresivo”, y, entre otros logros alcanzados gracias al trabajo de las profesionales, “mejoró mucho el lenguaje, ahora es mas abierto, no tiene tanta vergüenza, habla con todo el mundo y es más cariñoso”.

Un problema detectado en la escuela

En general, experimentó “una mejora muy significativa”, resume Antonio, quien desvela que fue a los tres años cuando se le detectó el problema al niño y que fue precisamente en la escuela donde los profesores se percataron del problema que padecía.

Ni Antonio ni su esposa se habían dado cuenta de que la carencia que presentaba uno de sus hijos fuera a ser un problema. “Son dos hermanos gemelos y la pediatra nos dijera que cada niño lleva su ritmo de desarrollo y que lo que estaba pasando encajaba más o menos en su edad, pero cuando empezó en la escuela era más introvertido que los demás, no interactuaba tanto porque le faltaba vocabulario y se le detectó un retraso en el lenguaje”, que más tarde confirmó la pediatra de la Xunta, comenta Antonio.

Desde que empezó a tratarse en la unidad, “se le estimuló el lenguaje, habla mucho mejor, incluso tan bien o mejor que el hermano gemelo y ahora están más o menos a la par. Aún le falta un poco para mejorar, pero la mejora que experimentó el año pasado y este es muy significativa y nosotros lo notamos mucho”, apostilla el padre.

En su caso, una vez tuvieron conocimiento del problema del niño, tanto él como su esposa se lo tomaron “como algo que puede ser normal, porque cada niño lleva su ritmo de desarrollo”. “No todos desarrollan a la misma velocidad –añade–, las niñas son mucho más precoces que los niños, y, entre los niños, unos se desarrollan antes que otros y en el caso del nuestro no encontramos nada para alarmarse, simplemente había uno que necesitaba apoyo para estimular el lenguaje y no le dimos más importancia, la justa; le hace falta ayuda, la pedimos, se le da y ya está”.

Como ocurre en estos casos, tanto Antonio como su esposa se mantienen en contacto con las profesionales de la unidad en A Estrada para conocer la evolución de su hijo. 

Convencido de la importancia que tienen este tipo de actuaciones para un óptimo desarrollo en la infancia, considera que el servicio es “absolutamente necesario”, porque “cada vez hay más niños que necesitan este tipo de soporte. Incluso los casos de autismo son cada vez más habituales, por lo que este tipo de servicios son absolutamente necesarios”, confirma.

En su caso, no tuvieron que esperar mucho para comenzar con las sesiones –“tuvimos esa suerte”, comenta–, pero “pensamos que están un poco desbordados todos los servicios que prestan esta atención, y lo que demandamos son más contrataciones para acortar la listas de espera y darles a todos los niños que lo necesitan la atención” correspondiente.

‘Rede galega de atención temperá’

La atención temprana en Galicia es una competencia de las consellerías de Política Social, Sanidade y Cultura, Educación e Universidade. Todos estos departamentos, con sus equipos interprofesionales, forman la ‘Rede galega de atención temperá’. Dependiendo del diagnóstico facilitado, se abordarán los casos desde una u otra especialidad.

Cuando en el seno familiar se sospeche de un trastorno en el desarrollo del niño, los padres deberán acudir al servicio de pediatría del centro de salud que les corresponda para informar de ello al pediatra. Este profesional será quien se encargará de hacer el diagnóstico previo y, en función del resultado, derivará a la familia a la unidad de atención ‘temperá’ más adecuada para el caso.

En el caso de que la sospecha se detecte fuera del ámbito familiar, es decir, en la guardería o en la escuela, se debe informar de ello a la familia o a las personas responsables del menor para que acudan al servicio de pediatría, que iniciará el procedimiento que corresponda.

También se pueden dirigir a los servicios sociales comunitarios del ayuntamiento de residencia, en este caso, al trabajador social municipal, que informará del procedimiento y de los recursos sociales sobre la situación concreta que se presente. Otro de los puntos a los que se puede acudir es al servicio de orientación del centro educativo en el que esté matriculado el niño, que se encargará de derivar el caso al servicio correspondiente.