Jornada ‘Celso Emilio Ferreiro e o debate sobre a emigración galega’

Raúl Soutelo analizó las pautas migratorias de los gallegos a Venezuela en tiempos de Ferreiro

Miles de gallegos se vieron obligados a abandonar su tierra en la década de los años 40. Este masivo flujo migratorio fue provocado, en un primer momento, por la mala situación económica que atravesaba el país, aunque el hecho de promover unas ideas políticas contrarias al régimen promovió el exilio de muchos intelectuales. Éste fue el caso del galleguista Celso Emilio Ferreiro.
Raúl Soutelo analizó las pautas migratorias de los gallegos a Venezuela en tiempos de Ferreiro
Raúl Soutelo.

Miles de gallegos se vieron obligados a abandonar su tierra en la década de los años 40. Este masivo flujo migratorio fue provocado, en un primer momento, por la mala situación económica que atravesaba el país, aunque el hecho de promover unas ideas políticas contrarias al régimen promovió el exilio de muchos intelectuales. Éste fue el caso del galleguista Celso Emilio Ferreiro.
Según explicó el profesor Raúl Soutelo, en su conferencia sobre la inmigración gallega a Venezuela en tiempos de Celso Emilio Ferreiro, el fenómeno migratorio arranca en la posguerra civil y consta de tres fases.
En los años 40, numerosos exiliados y refugiados “comprometidos con la lucha política y la libertad”, indicó, emigran a Venezuela, “un país con una política migratoria muy restrictiva”, y son recluidos en campos de concentración y empleados como mano de obra barata. En este período de tiempo surgen asociaciones como Casa de España o el Lar Gallego.
Con la eclosión del mercado venezolano en 1952, se establece, en palabras de Raúl Soutelo, “una política de puertas abiertas”, ya que se necesitan más trabajadores. Son personas emprendedoras y con buena formación que se adaptan al mercado laboral.
En este momento, la inserción laboral de las mujeres es más fácil porque se solicitan sus servicios para el cuidado de dependientes y la realización de las labores del hogar. Mientras, los hombres se dedican al sector artesanal y manufacturero, así como a la construcción y al comercio.
La caída de la dictadura de Pérez Jiménez cuatro años más tarde trae consigo una mayor libertad y empiezan a llegar más inmigrantes que se integran en la Casa de Galicia, fundada en 1956, y el Centro Gallego, constituido en 1948, entidades que les proporcionan asistencia sanitaria. Con el tiempo, estos inmigrantes se instalan en localidades como Candelaria y Carabobo, creándose “una sociabilidad regional que da paso a asociaciones como Amigos de Santiago”, dijo el conferenciante.
Esta época de bonanza finaliza en 1958, cuando Venezuela se sumerge en una profunda crisis económica y la prensa populista empieza a cargar contra los inmigrantes. Entonces, los inmigrantes gallegos empiezan a dispersarse por otras ciudades y se crean las primeras asociaciones.
En 1960 nace la Hermandad Gallega de Venezuela, “la entidad que tendrá más prestigio en la sociedad venezolana”, explicó Raúl Soutelo. Compuesta por 800 socios, que pagan una cuota de 10 bolívares, la asociación “compra un centro social con un local magnífico gracias al dinero que les da el banco” porque, según el ponente, “se podía confiar en los gallegos porque eran empresarios y comerciantes”.
Es a partir de esta década cuando comienza el retorno de los gallegos. El hecho de que Venezuela se viese sumida en una crisis y de que los hijos comiencen a hacerse mayores provocó que muchos inmigrantes vendiesen su capital. A su llegada a Galicia invirtieron ese dinero en sectores como el de la construcción o la innovación agroindustrial, entre otros.