ALBINO ABAL NÚÑEZ, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN CULTURAL GALEGA DE CUXHAVEN
“Necesitamos más ayuda para los centros; a través de ellos se llevó el nombre de Galicia por todo el mundo”

Albino Abal es natural de Ribadumia, en la provincia de Pontevedra. “De la tierra del Albariño”, subraya. Salió de su pueblo el 6 de enero de 1972 y llegó a Cuxhaven tres días después. Tenía 17 años. Vino en la furgoneta de un transportista gallego que hacía viajes a Alemania. Éste le introdujo ilegalmente en el país por la frontera holandesa, que cruzó a pie. Venía para visitar a su madre, que trabajaba en esta ciudad, pero se quedó. Recuerda el frío glaciar del primer invierno y las dificultades con el idioma. El no poder expresar lo que quería le motivó a aprender alemán, por lo menos lo suficiente como para arreglarse en la vida cotidiana. Luego aprendió también el oficio de fontanero. En el último tren que llegó en 1973 a Colonia con emigrantes españoles, vinieron tres amigos suyos y, a partir de entonces, la situación se le hizo más llevadera, pero el primer año le resultó durísimo. Más tarde se casó con una gallega, de Padrón, y tuvo tres hijos. Enviudó y con el tiempo volvió a contraer matrimonio con una alemana y tuvo otros dos.
Actualmente es presidente de la Asociación Cultural Galega de Cuxhaven y seguirá siéndolo, pues la juventud de hoy tiene otros intereses y no está dispuesta a tomar responsabilidades en las asociaciones, como lo demuestra la experiencia de los últimos años. Tras el esfuerzo de la Coordinadora Federal de Asociaciones Gallegas en Alemania por renovar las directivas de los centros gallegos y conseguir que en algunos, como Hamburgo, Nürnberg, Hannover, Bonn, Gütersloh o Frankfurt, la segunda generación tomase el relevo y los jóvenes asumieran la presidencia, poco después todos lo fueron dejando.
Ante esa situación, y para poder subsistir como asociación, tuvieron que responsabilizarse de las directivas nuevamente los mayores.
Pregunta. ¿Desde cuándo es presidente de la Asociación?
Respuesta. Desde hace 12 años, y tendré que continuar, porque los jóvenes vienen a las fiestas, pero no quieren trabajar en la directiva. Yo eso lo comprendo, porque para ellos no es como para nosotros, que llegaba el fin de semana y nos gustaba venir a los centros para encontrarnos. Nuestros jóvenes no lo necesitan y, por eso, después de trabajar toda la semana, no quieren venir aquí, porque tienen otras diversiones que nosotros no teníamos. Cuando ya se casan y tienen hijos quieren volver para que sus niños sigan con la tradición y estén en contacto con nuestra cultura y con el idioma. Pero para algunos puede que sea ya demasiado tarde, porque, si las cosas no cambian, es posible que para entonces las asociaciones ya no existan.
P. Supongo que habrá entre los jóvenes muchos matrimonios mixtos. ¿También éstos vienen con sus niños al centro?
R. Sí, vienen igual aunque el padre o la madre sean alemanes o de otra nacionalidad. Además, hay que decir que en la asociación hay también muchos socios alemanes.
P. Llama la atención que esta vez participan bastantes grupos alemanes en las actuaciones, ¿es una estrategia nueva?
R. Nosotros siempre colaboramos con otras asociaciones de la ciudad, también alemanas. Además, si participan grupos de niños y jóvenes alemanes en nuestras actividades, vienen con ellos sus padres y así hay un intercambio cultural, que es lo que se busca. Las relaciones entre los gallegos y los alemanes en Cuxhaven son cada vez más intensas.
P. ¿Qué problemas tienen, a su juicio, los centros gallegos de Alemania en estos momentos?
R. Principalmente lo que ya dije, que nadie quiere tomar la responsabilidad de presidir las asociaciones. Si las cosas siguen así, se llegará al punto en que tengan que cerrar o disolverse, porque los que estamos ahora podremos seguir aún unos años, pero llegará el momento en que ya no nos va a ser posible continuar con este trabajo.
P. ¿Cuántos socios tiene actualmente este centro?
R. Contamos con 297 socios, hemos llegado a tener casi el doble, pero luego muchos se marcharon. Hay también otros gallegos que, aunque viven aquí, no tienen interés en asociarse.
P. Además de presidente del Centro Gallego de Cuxhaven, ¿ocupa usted algún otro puesto en el ámbito de la emigración?
R. Ocupo ahora el puesto de secretario general de la Coordinadora Federal de Centros Gallegos en Alemania. Precisamente este verano, el 23 de julio, hay un festival en Palas de Rei, en la provincia de Lugo, organizado por la Coordinadora. Hemos enviado a todos los centros una lista para que el que quiera participar se inscriba en ella. El viaje se hará en autobús y se irá recogiendo a la gente por los pueblos donde vivan para llevarles a Palas de Rei.
P. ¿Quién paga esos viajes?
R. Los paga la Coordinadora, con subvenciones específicas.
P. ¿Reciben subvenciones?
R. La de la Xunta de Galicia nada más. Hemos tenido suerte que, a pesar de la crisis, las subvenciones se mantienen más o menos, pero no sabemos cómo va a ser en el futuro. Además, nos faltan otras ayudas, porque antes teníamos el apoyo de las diputaciones provinciales y ahora tampoco ellas tienen medios suficientes. Para nosotros, tanto a nivel de centro como de la Coordinadora Federal, es muy difícil seguir haciendo el trabajo como antes, nos faltan los medios y la gente. Este mismo año no se puede celebrar el ‘Día de Galicia en Alemania’, que se celebraba todos los años y que concentraba a todos los centros gallegos del país.
P. ¿Reciben alguna ayuda económica de la alcaldía de Cuxhaven?
R. No, pero tenemos otro tipo de apoyos. Además reconocen nuestro trabajo y nos tienen en cuenta y el apoyo moral es muy importante. Hoy, por ejemplo, está aquí presente el segundo alcalde de la ciudad. Siempre asiste a nuestras fiestas alguna representación del ayuntamiento. También estaría el cónsul de España en Hamburgo, pero se disculpó por estar de viaje.
P. ¿Qué espera de la Xunta de Galicia para el futuro?
R. Que no se ahorre más con la emigración, ni se nos quiten derechos. Necesitamos más ayudas para mantener los centros gallegos, no debe olvidarse que a través de ellos se llevó el nombre de Galicia a todo el mundo y se establecieron relaciones comerciales y de amistad con los países donde se encuentran. Somos, además, las mejores agencias de viajes. Aquí mismo, a nuestra asociación, vienen muchos alemanes para pedir información cuando planean viajar a Galicia.
Ahora también nos han quitado el derecho al voto en las elecciones municipales, algo con lo que yo no estoy de acuerdo, porque tengo que pagar impuestos, pero no puedo votar al alcalde de mi pueblo. Pero bueno, eso es ya otra cuestión.
Actualmente es presidente de la Asociación Cultural Galega de Cuxhaven y seguirá siéndolo, pues la juventud de hoy tiene otros intereses y no está dispuesta a tomar responsabilidades en las asociaciones, como lo demuestra la experiencia de los últimos años. Tras el esfuerzo de la Coordinadora Federal de Asociaciones Gallegas en Alemania por renovar las directivas de los centros gallegos y conseguir que en algunos, como Hamburgo, Nürnberg, Hannover, Bonn, Gütersloh o Frankfurt, la segunda generación tomase el relevo y los jóvenes asumieran la presidencia, poco después todos lo fueron dejando.
Ante esa situación, y para poder subsistir como asociación, tuvieron que responsabilizarse de las directivas nuevamente los mayores.
Pregunta. ¿Desde cuándo es presidente de la Asociación?
Respuesta. Desde hace 12 años, y tendré que continuar, porque los jóvenes vienen a las fiestas, pero no quieren trabajar en la directiva. Yo eso lo comprendo, porque para ellos no es como para nosotros, que llegaba el fin de semana y nos gustaba venir a los centros para encontrarnos. Nuestros jóvenes no lo necesitan y, por eso, después de trabajar toda la semana, no quieren venir aquí, porque tienen otras diversiones que nosotros no teníamos. Cuando ya se casan y tienen hijos quieren volver para que sus niños sigan con la tradición y estén en contacto con nuestra cultura y con el idioma. Pero para algunos puede que sea ya demasiado tarde, porque, si las cosas no cambian, es posible que para entonces las asociaciones ya no existan.
P. Supongo que habrá entre los jóvenes muchos matrimonios mixtos. ¿También éstos vienen con sus niños al centro?
R. Sí, vienen igual aunque el padre o la madre sean alemanes o de otra nacionalidad. Además, hay que decir que en la asociación hay también muchos socios alemanes.
P. Llama la atención que esta vez participan bastantes grupos alemanes en las actuaciones, ¿es una estrategia nueva?
R. Nosotros siempre colaboramos con otras asociaciones de la ciudad, también alemanas. Además, si participan grupos de niños y jóvenes alemanes en nuestras actividades, vienen con ellos sus padres y así hay un intercambio cultural, que es lo que se busca. Las relaciones entre los gallegos y los alemanes en Cuxhaven son cada vez más intensas.
P. ¿Qué problemas tienen, a su juicio, los centros gallegos de Alemania en estos momentos?
R. Principalmente lo que ya dije, que nadie quiere tomar la responsabilidad de presidir las asociaciones. Si las cosas siguen así, se llegará al punto en que tengan que cerrar o disolverse, porque los que estamos ahora podremos seguir aún unos años, pero llegará el momento en que ya no nos va a ser posible continuar con este trabajo.
P. ¿Cuántos socios tiene actualmente este centro?
R. Contamos con 297 socios, hemos llegado a tener casi el doble, pero luego muchos se marcharon. Hay también otros gallegos que, aunque viven aquí, no tienen interés en asociarse.
P. Además de presidente del Centro Gallego de Cuxhaven, ¿ocupa usted algún otro puesto en el ámbito de la emigración?
R. Ocupo ahora el puesto de secretario general de la Coordinadora Federal de Centros Gallegos en Alemania. Precisamente este verano, el 23 de julio, hay un festival en Palas de Rei, en la provincia de Lugo, organizado por la Coordinadora. Hemos enviado a todos los centros una lista para que el que quiera participar se inscriba en ella. El viaje se hará en autobús y se irá recogiendo a la gente por los pueblos donde vivan para llevarles a Palas de Rei.
P. ¿Quién paga esos viajes?
R. Los paga la Coordinadora, con subvenciones específicas.
P. ¿Reciben subvenciones?
R. La de la Xunta de Galicia nada más. Hemos tenido suerte que, a pesar de la crisis, las subvenciones se mantienen más o menos, pero no sabemos cómo va a ser en el futuro. Además, nos faltan otras ayudas, porque antes teníamos el apoyo de las diputaciones provinciales y ahora tampoco ellas tienen medios suficientes. Para nosotros, tanto a nivel de centro como de la Coordinadora Federal, es muy difícil seguir haciendo el trabajo como antes, nos faltan los medios y la gente. Este mismo año no se puede celebrar el ‘Día de Galicia en Alemania’, que se celebraba todos los años y que concentraba a todos los centros gallegos del país.
P. ¿Reciben alguna ayuda económica de la alcaldía de Cuxhaven?
R. No, pero tenemos otro tipo de apoyos. Además reconocen nuestro trabajo y nos tienen en cuenta y el apoyo moral es muy importante. Hoy, por ejemplo, está aquí presente el segundo alcalde de la ciudad. Siempre asiste a nuestras fiestas alguna representación del ayuntamiento. También estaría el cónsul de España en Hamburgo, pero se disculpó por estar de viaje.
P. ¿Qué espera de la Xunta de Galicia para el futuro?
R. Que no se ahorre más con la emigración, ni se nos quiten derechos. Necesitamos más ayudas para mantener los centros gallegos, no debe olvidarse que a través de ellos se llevó el nombre de Galicia a todo el mundo y se establecieron relaciones comerciales y de amistad con los países donde se encuentran. Somos, además, las mejores agencias de viajes. Aquí mismo, a nuestra asociación, vienen muchos alemanes para pedir información cuando planean viajar a Galicia.
Ahora también nos han quitado el derecho al voto en las elecciones municipales, algo con lo que yo no estoy de acuerdo, porque tengo que pagar impuestos, pero no puedo votar al alcalde de mi pueblo. Pero bueno, eso es ya otra cuestión.