Camelias, una planta adaptada al clima y los suelos de Galicia

Las Rías Baixas poseen características óptimas para el desarrollo de las camelias. En esta tierra se da el clima adecuado (húmedo y con temperaturas suaves) y suelos fértiles y ácidos, que hacen que el crecimiento de estas plantas sea espectacular.

Camelias, una planta adaptada al clima y los suelos de Galicia
13.Pazo de Gandarón
Camelios en el Pazo de Gandarón.

Las Rías Baixas poseen características óptimas para el desarrollo de las camelias. En esta tierra se da el clima adecuado (húmedo y con temperaturas suaves) y suelos fértiles y ácidos, que hacen que el crecimiento de estas plantas sea espectacular.
El origen de las primeras plantas de Camellia que crecen en Pontevedra es aún una incógnita, principalmente por la falta de documentos escritos que avalen su procedencia y momento de plantación. Existe la hipótesis de que estas plantas podrían haber sido introducidas en la península Ibérica en el siglo XVI o XVII de la mano de navegantes españoles o portugueses.
Desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, se produjo en Europa un entusiasmo por la botánica que se reflejó en la jardinería en general y en la camelia en particular. 
Este árbol comenzó a conocerse fuera de pazos y fincas nobles y se extendió tímidamente por jardines de las clases burguesas y por algunos públicos. En Pontevedra destaca en aquel momento el papel de la Escuela Práctica de Agricultura de A Caeira, institución dedicada al diseño de jardines y explotaciones agrícolas de la provincia. Este centro constituyó un instrumento importante de difusión del cultivo de la camelia en las Rías Baixas desde 1873 hasta finales del siglo XIX. Se cree que muchas de las plantas de camelia que crecen en los jardines históricos de Pontevedra y del resto de Galicia proceden de los viveros de esta escuela. A principios del siglo XX se produjo un período de disminución en el cultivo de esta planta.
A partir de la década de los 50 y ya en la de los 60 es cuando la camelia comienza a extenderse por Galicia de manera general, dejando de ser considerada una flor exótica, generalizándose su cultivo en todas las fincas familiares y plantándose en parques, jardines y calles de pueblos y ciudades de toda Galicia, especialmente a lo largo de la franja atlántica. A esta difusión contribuyó el Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán, con sede en la ciudad de Pontevedra, que en aquel momento producía en sus viveros plantas que distribuía entre los jardines públicos y privados de las Rías Baixas.
Es entonces cuando comienzan a tener lugar las primeras exposiciones de camelia. Así, en el año 1965 se celebra el I Concurso Exposición Internacional de la Camelia, certamen que de forma continuada ha rotado cada año entre las tres ciudades más importantes de la provincia: Pontevedra, Vigo y Vilagarcía de Arousa. En el año 2014 esta exposición conmemoró sus 50 años de historia coincidiendo con el Congreso Internacional de la Camelia de Pontevedra. En la actualidad existen unos veinte certámenes diferentes de la camelia en Galicia, de los cuales, quince son en esta provincia.
La importancia que la camelia tiene en las Rías Baixas se ha visto ampliada a nuevos horizontes. Destaca la potenciación de su vertiente turística con la creación de la ruta de la camelia, que incluye visitas a varios jardines históricos con camelias y otras variedades de especies centenarias de la provincia; su vertiente productiva y comercializadora ya que esta región posee varios viveros especializados en el género que se encuentran entre los más importantes de Europa; la investigadora, a través de la labor de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro con actividades relacionadas con el cultivo, protección vegetal, identificación y conservación de especies de camelia, el estudio de otros de sus usos, como la producción de té o de aceite y la ampliación y conservación de la colección de estas plantas. Además, se ha creado una corriente de artistas y artesanos que se han inspirado en la camelia para la elaboración de sus obras.
En las Rías Baixas podemos encontrar cientos de cultivares de diferentes especies de camelia pero por su belleza y singularidad podemos destacar:

Camellia japonica ‘Eugenia de Montijo’
Se trata de una camelia de color rojo intenso, doble formal con numerosos pétalos perfectamente imbricados y de tamaño medio que florece abundantemente durante todo el invierno. Este cultivar, obtenido por Diego Maciñeira a mediados del siglo XX se nombró en honor de Eugenia de Montijo por su relevancia e influencia en la moda de principios de los años 60.

Camellia japonica ‘Ciudade de Vigo’
Obtenido en Portugal y bautizado en honor a la ciudad olívica, es uno de los cultivares más apreciados y diferenciados a nivel europeo. La flor de la camelia Ciudade de Vigo es de tamaño grande (15 a 18 centímetros) con 12-20 pétalos blancos moteados de grandes manchas rosas, grandes, redondeados y con el margen ondulado. Sus estambres amarillos con anteras ligeramente más oscuras resaltan en el centro de la flor.

Camellia japonica ‘Millarenga’
Esta flor de forma doble formal y de 8 a 10 centímetros de diámetro destaca porque sus pétalos rosa brillante están perfectamente alineados. La hoja es grande, de color verde oscuro y haz brillante, con forma elíptica y margen aserrado. Presenta una floración temprana pero larga, que comienza a mediados de octubre y finaliza en el mes de mayo.

Camellia japonica ‘Do Pozo’
La flor, muy singular, es de tamaño medio, unos 8 centímetros de diámetro, cuenta con 16-20 pétalos redondeados de color rosa marginados de blanco con una pequeña incisión en el borde y el centro está formado por multitud de petaloides que producen la sensación de redondez a la flor. Las hojas son de color verde medio, elípticas, y con margen aserrado y apuntado. La floración comienza en enero o febrero y finaliza en abril.

Camellia reticulata híbrida ‘Rosalía de Castro’
Esta cultivar, hibrido de C. reticulata y C. japonica, fue obtenido y bautizado en 1968 por Moreira da Silva (Portugal) en honor a la gran poetisa gallega. Sus flores de color rojo anaranjado muy característico, con las venas más oscuras y con 20 pétalos, mayores los externos que los internos. Su tamaño es grande y la hoja también, de forma elíptica y margen aserrado. La floración de este ejemplar acontece entre noviembre y diciembre y se prolonga hasta mayo.

Camellia japonica ‘Leonor Magariños’
La flor de este ejemplar de forma anemona muy compacta es de tamaño grande y sus 10-12 pétalos ovales son de color rojo agranatado con margen blanco y el centro está formado por unos 130 petaloides de color rojo vino con forma similar a las orejas de un conejo. Sus hojas son de color verde oscuro, con haz brillante. Comienza a florecer en noviembre.

Camellia japonica ‘Doña Herzilia De Freitas Magalhaes’
Esta camelia se caracteriza por el color rojo amoratado de sus flores de forma entre semidoble y peonia. Sus hojas son de color verde oscuro, brillante por el haz, de forma elíptica y margen aserrado. Su floración comienza entre diciembre y enero.

Camellia hibrida ‘Mary Phoebe Taylor’
Este cultivar híbrido neozelandés data de 1975 y se extendió rápidamente por el mundo por la cantidad de flores que produce y la amplitud de su periodo de floración. Sus flores son grandes semidobles y de color difuminado del rosa claro en el centro de la flor, al rosa oscuro en el borde exterior. Los estambres, muy numerosos, son de color crema con anteras amarillas. La hoja tiene un tamaño medio son color verde oscuro opaco. En nuestros Pazos y jardines históricos podemos contemplar ejemplares de camelias centenarias de algunos cultivares como:

Camellia japonica ‘Alba Plena’
Esta camelia, sin duda una de las más difundidas y conocidas, es originaria de China de donde llego en 1792. Sus flores son de forma doble formal con más de 100 pétalos imbricados totalmente blancos. Sus hojas de color verde intenso pueden presentar una incisión en su tercio final. Esta flor fue divulgada por Coco Chanel como imagen de su marca y aún hoy se realizan diseños de moda con su imagen.

Camellia japonica ‘Variegata’
Llegada de China a final del siglo XVIII es abundante en nuestros jardines y parques. Sus flores de tamaño medio son de forma semidoble con pétalos elípticos de color blanco y grandes manchas rojo o rosa muy oscuro. En su centro se entremezclan los estambres amarillos con algunos petaloides rojos, blancos o variegados. Comienza la floración en diciembre.

Camellia japonica ‘Federici’
Cuando esta camelia comienza a florecer su color es prácticamente negro, muy raro en una flor de camelia. Una vez florecida presenta un color rojo oscuro intenso. Las flores cuentan con una gran masa de pétalos imbricados y algunos petaloides centrales. La planta presenta un gran follaje verde y es abundante en jardines y parques antiguos de la ciudad de Pontevedra.

Camellia japonica ‘Pompone’
Importada de China a Kew Gardens (Londres), en 1910. Las flores están formadas por 10-12 grandes pétalos ondulados dispuestos en dos filas, rodeando a una masa irregular de numerosos petaloides y pétalos pequeños. La misma planta puede presentar flores blancas, algunas veces rojas, rosas, otras variegadas en esos dos o tres colores. Es conocida con muchos nombres, entre ellos destacan los sinónimos: ‘Mutabilis’, ’Pomponia’, ‘Variabilis’ y fue representada en muchas láminas publicadas en libros durante el siglo 19.

Camellia sasanqua ‘Barão de Soutelinho’
Esta especie, procedente de Asia Oriental, sobre todo de Japón, era más valorada por sus semillas, utilizadas para la elaboración de aceites, que como ornamental, aunque en la actualidad su valor ornamental se ha incrementado sobre todo por el aroma de sus flores y por ser de floración otoñal. El cultivar ‘Barao de Soutelinho’ registrado en 1911 se obtuvo a partir de una semilla traída de Japón tiene flores simples de color rosa claro muy olorosas son pétalos ondulados. El ejemplar más antiguo de Europa lo podemos visitar en el jardín de Torres Agrelo en Redondela.

Camellia reticulata ‘Captain Rawes’
Traída de China en 1820 por el capitan Rawes, a través de la East Indian kipper. Tiene una flor roja muy grande, con unos 15 pétalos dispuestos de dos filas, ondulados. Las anteras son de color amarillo brillante al principio, pero se van oscureciendo al madurar; las hojas son verde mate y brillante por el envés, con las venas muy marcadas. Fue la primera camelia reticulata que llegó a Occidente, y floreció en 1826. El en Pazo de Oca crece el ejemplar conocido más antiguo de Europa.