El texto recoge dos de las reclamaciones sobre adquisición de nacionalidad

La Ley de Memoria Democrática continúa su tramitación parlamentaria tras el rechazo de las enmiendas a la totalidad

El Proyecto de Ley de Memoria Democrática supera su primer examen parlamentario, una vez rechazadas por el Pleno las enmiendas a la totalidad de devolución presentadas por los grupos Popular y Vox, por 151 votos a favor, 196 en contra y ninguna abstención, y la enmienda a la totalidad de texto alternativo del Grupo Republicano, por 31 votos a favor, 308 en contra y 9 abstenciones.

La Ley de Memoria Democrática continúa su tramitación parlamentaria tras el rechazo de las enmiendas a la totalidad
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Félix Bolaños defendió en el Congreso el proyecto de Ley de Memoria Democrática.

El Proyecto de Ley de Memoria Democrática supera su primer examen parlamentario, una vez rechazadas por el Pleno las enmiendas a la totalidad de devolución presentadas por los grupos Popular y Vox, por 151 votos a favor, 196 en contra y ninguna abstención, y la enmienda a la totalidad de texto alternativo del Grupo Republicano, por 31 votos a favor, 308 en contra y 9 abstenciones. Además, a propuesta del Grupo Republicano, se ha sometido a votación la avocación a Pleno del proyecto, que ha sido aprobada por 333 votos a favor, 8 en contra y 1 abstención. El texto continuará su tramitación en ponencia, comisión y pleno.

Este proyecto de Ley amplía en su disposición adicional octava los supuestos para la obtención de la nacionalidad española. En concreto, se especifica que podrán adquirir la nacionalidad española los hijos e hijas nacidos en el exterior de mujeres españolas que perdieron su nacionalidad por casarse con extranjeros, antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1978 y los hijos e hijas mayores de edad de aquellos españoles a quienes les fue reconocida la nacionalidad de origen en virtud del derecho de opción.

El encargado de defender el proyecto en el Congreso fue el ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, quien defendió que la Ley de Memoria Democrática está en un punto “muy equilibrado”, “sensato” y “razonable” como muestra el hecho de que las enmiendas a la totalidad presentadas hayan ido en sentidos “antagónicos”.

El ministro de la Presidencia puso en valor que “la memoria, para este Gobierno, es política de Estado”. Por ello, se plantea por primera vez en una ley el repudio y la condena expresa del golpe de Estado de julio de 1936 y de la posterior dictadura.

Asimismo, Bolaños resaltó que España sigue siendo el país de Europa con más personas desaparecidas y enterradas en fosas comunes. En este punto afirmó que “cuando se exhuman y se devuelven los restos a las familias, muchas personas dicen que ya pueden morir tranquilas”.

Además, la Ley dedica una atención específica a las mujeres, que ocupan un lugar transversal y singular a lo largo de la norma. Del mismo modo, reconoce la incompatibilidad de la democracia española con la exaltación del golpe del 36 y la dictadura posterior a la guerra, así como con la ubicación de los restos de los golpistas en un lugar preeminente de acceso público diferente a un cementerio. Asimismo, considera que son víctimas todas esas personas que un día descubrieron que, siendo bebés, fueron sustraídos y adoptados sin el legítimo y libre consentimiento de sus padres biológicos.

En el texto también se establecen dos días oficiales de memoria: el 31 de octubre, para el recuerdo y homenaje a todas las víctimas, y el 8 de mayo, para el recuerdo y homenaje de las víctimas del exilio.