El Centro de Día de Hannover celebró el décimo aniversario de su fundación

La mañana era gris y fría el jueves 22 de octubre, cuando los españoles mayores del Centro de Día de Hannover acudían al Centro Católico de Formación ‘St. Clemens’, donde iba a celebrarse el décimo aniversario de la puesta en marcha de ese centro de atención social a los emigrantes españoles de la primera generación residentes en Hannover y sus inmediaciones. Hortensia Gónzalez, asistente social de Cáritas y directora del Centro de Día desde su fundación, se ocupaba de recibir a los invitados, acompañada por el coordinador de actividades, Teodoro Calvo.
El equipo de monitores y algunos jóvenes de la Misión Católica se encargaban de que todo estuviera a punto para ofrecer, después de las intervenciones de las autoridades, un aperitivo a los asistentes.
Presidieron este acto conmemorativo, al lado de Hortensia González, el director general de ‘Caritasverband Hannover e.V.’, Propst Martin Tenge; el jefe de negociado de Asuntos Sociales de la ciudad de Hannover, Thomas Walter; el cónsul general de España en esa ciudad, Juan F. Zurita Salvador, y José Fidalgo, funcionario de la Embajada de España en Berlín, que representaba al consejero laboral, Julián Aguirre.
Palabras de reconocimiento
El ‘Propst’ Martin Tenge se dirigió al público en primer lugar, agradeciendo la asistencia de todos y, muy especialmente, la de los verdaderos protagonistas, los emigrantes españoles mayores, con los que dijo que consideraba “un gran honor” celebrar este día.
Realizar el proyecto de ese centro de atención a los mayores había sido posible gracias al papel fundamental del Consulado General de España y del Ministerio de Asuntos Exteriores, que asumieran la responsabilidad de sus ciudadanos mayores en el exterior, pero también a la constructiva cooperación entre todos los implicados.
Reconoció su ayuda al responsable de Asuntos Sociales de la ciudad de Hannover, Thomas Walter, gracias a la cual el Centro de Día contaba, desde hace cinco años, con los locales que ocupa actualmente, pero recordó también que se necesitaba más apoyo económico por parte de la municipalidad para poder dar respuesta a las crecientes necesidades de los emigrantes de la primera generación.
Dio las gracias también al director de Cáritas Diocesana de Hildesheim, Hans Jürgen Marcus, por el apoyo de su diócesis, y al cónsul de España por la responsabilidad asumida por su consulado. Finalmente, felicitó a Hortensia González y a todo el equipo de monitores de Centro de Día por la labor realizada.
Puente entre alemanes y españoles
Thomas Walter, el responsable de Asuntos Sociales de la ciudad de Hannover, se esforzó en dirigir unas frases de saludo en español a los asistentes, un gesto de cortesía que todos agradecieron. Luego continuó hablando en alemán porque confesó que, aunque comprendía, no hablaba bien el español.
Comenzó mencionando la hospitalidad con que los españoles le habían acogido durante unas vacaciones en España, una amabilidad que “merece ser correspondida”, dijo. Hannover, una ciudad que es escenario de ferias internacionales, se esforzaba en que todos los forasteros se sintieran en ella como en su propia casa y, en ese sentido, resaltó las buenas relaciones de amistad entre sus ciudadanos y el colectivo emigrante español aquí residente, relaciones que invitó a mantener y profundizar. “Necesitamos un reconocimiento mutuo”, señaló Walter, calificando al Centro de Día como “puente entre españoles y alemanes”, pero también “entre Alemania y España”.
Luego se refirió a la situación general de la población en la ciudad, donde actualmente el 54% de los hogares son de una persona, una tendencia que “también afecta a los ciudadanos españoles entre nosotros”, dijo, personas que al hacerse mayores necesitaban apoyo. Con el Centro de Día se les ofrecía no sólo un lugar donde comunicarse y mantener su identidad, sino también un hogar, un trozo de ‘Heimat’ (patria).
Motivo de satisfacción de esperanza
El cónsul general de España, Juan F. Zurita, agradeció a las autoridades de la ciudad de Hannover, en nombre de su país, el apoyo prestado para realizar y mantener un centro de atención a los ciudadanos españoles mayores aquí residentes, “nos sentimos profundamente agradecidos”, dijo, y añadió que en esta celebración no podía faltar el Consulado, que acompañó desde el primer momento la trayectoria del Centro de Día, una institución “cuyo trabajo nos honra”, subrayó.
Luego hizo una breve exposición de la historia del centro, agradeciendo a los asistentes sociales de Cáritas, Hortensia González y José Antonio Torrejón, su iniciativa, hace diez años, de crear un espacio de convivencia para los emigrantes españoles mayores. Resaltó también el protagonismo de sus antecesores, especialmente del cónsul general, Alvaro de Salas, que consiguiera la financiación por parte española del proyecto y que, en estrecha colaboración con Cáritas Hannover, había logrado que esa iniciativa llegase a buen término. Recordó la valiosa labor de asesoramiento de Cáritas Diocesana de Hildesheim y de Cáritas Hannover, su apoyo al trabajo social con los emigrantes y también el apoyo de la municipalidad, “de vital importancia para la existencia del centro y la realización de sus actividades”, dijo.
Igualmente tuvo palabras de reconocimiento, no sólo para Hortensia González, Teodoro Calvo y la asistenta social del Consulado, Encarna Hernando, sino para los monitores y todos los que, de alguna manera, contribuyen con su trabajo al buen funcionamiento de la institución. Poder celebrar esos diez años de actuación con todos ellos “es para mí un motivo de satisfacción y de esperanza para el futuro”, aseguró el diplomático.
Para terminar, manifestó su intención de apoyar los planes de los responsables del Centro de Día de ampliarlo en el futuro, planes que de poder realizarse ofrecerían la posibilidad de una mayor convivencia entre los mayores, alargando el horario de apertura para no tener que cerrar al mediodía y poder ofrecer la comida a los jubilados por un precio módico.
“Necesitaremos el apoyo de todos”
En último término habló Hortensia González. Después de expresar su reconocimiento a los que le apoyaron en su trabajo durante los últimos diez años, rememoró los comienzos de la emigración española a Alemania, refiriéndose al convenio firmado en 1960 entre España y la RFA para reclutar trabajadores a través del entonces Instituto Español de Emigración, un contrato que favorecía a ambos países ya que, por un lado, el régimen franquista se deshacía de los que no estaban conformes con la situación en el país y buscaban una salida en la emigración, y, por otro, Alemania se abastecía de mano de obra joven y con ganas de trabajar. La directora del Centro de Día dijo que nadie creería entonces que casi medio siglo después iban a estar celebrando este acto juntos, ya que todos habían llegado con intención de retornar lo antes posible. Ese propósito generaba en ellos la sensación de una estancia provisional, mantenida siempre por la ilusión del retorno.
La situación de los emigrantes de la primera generación, que con el paso del tiempo seguía sin retornar, su sensación de fracaso al no haber alcanzado la meta propuesta, su soledad y falta de perspectivas, les habían motivado a crear el Centro de Día, que comenzó a funcionar en abril de 1999. Su filosofía era, y es, aprovechar las potencialidades de los mayores, ofrecerles perspectivas, fomentar su autonomía, motivarles a mantenerse activos, ayudar a los que necesiten ayuda y evitar que se les margine considerando que fuera de la vida activa ya no pueden ser útiles a la sociedad. Para seguir adelante y lograr los objetivos marcados para el futuro “necesitaremos el apoyo de todos”, dijo.
El Centro de Día es la única institución de esta índole dedicada a emigrantes de la primera generación en Hannover, ningún otro grupo migratorio mantiene un centro de estas características; su funcionamiento ejemplar lo hace modélico, no sólo en la capital de Baja Sajonia sino en toda Alemania, según comentó posteriormente la portavoz de Cáritas, Christine Kemper.
Otras actividades
Dentro del programa de actividades conmemorativas de los diez años de trabajo del Centro de Día, tuvo lugar en la sala de actos del Consulado, al día siguiente, una conferencia-coloquio para tratar sobre los programas específicos para los mayores, en la que Vicente Riesgo, sociólogo director de la Academia Española de Formación en Bonn, y Wolfgang Strotman, director de los servicios para la Tercera Edad del Ayuntamiento de Hannover, analizaron y debatieron con el público si tales programas significan un aporte para la integración o si por el contrario podrían resultar una medida excluyente.
El programa terminó con la proyección de la película ‘Elsa y Fred’ el sábado por la tarde en la Misión Católica de Lengua Española, ofrecida con la colaboración de ‘Amistad Mendoza’.