Opinión

‘Imágenes de la ciudad’, ensayo de Darío Villanueva

‘Imágenes de la ciudad’, ensayo de Darío Villanueva

“El presente libro trata, precisamente, del momento único en que el cine parecía no necesitar estéticamente de la palabra, y la poesía era capaz de construir imágenes equiparables a las fílmicas solo mediante ellas. Federico García Lorca, al tiempo que aplaude los filmes sonoros que se proyectan en las pantallas de Nueva York, redactará un guión mudo”, escribe el catedrático de Teoría Literaria de la Universidad de Santiago de Compostela y académico-secretario de la Real Academia Española de la Lengua en Madrid, el ilustre profesor y ensayista Darío Villanueva al frente del ‘Prólogo’ del libro Imágenes de la ciudad. (Poesía y cine de Whitman a Lorca), ‘Cátedra Miguel Delibes’, Universidad de Valladolid, 2008, bajo la tutela de María Pilar Celma como directora de la colección ‘Ensayos literarios’.

Viaje a la luna, con el que Lorca pretende responder en su propio terreno al órdago que le han lanzado, en términos muy dolorosos para él, Buñuel y Dalí –prosigue explicándonos el docto Darío Villanueva–. Pero, sobre todo, escribirá un libro, en el que se puede encontrar la ‘Oda a Walt Whitman’, que constituye una de las manifestaciones más logradas del expresionismo internacional a la hora de convertir la metrópolis moderna en tema poético fundamental”. Al egregio profesor Claudio Guillén correspondió inaugurar, a fines de 2003, la ‘Cátedra Miguel Delibes’ en el ‘Graduate Center de CUNY’, con un curso magistral que, acorde con lo estipulado por los responsables de la misma, Pilar Celma y Lía Schwartz, se publicaría al poco tiempo bajo el título de Desde el asombro. Sobre los Albertis. Tres poemas de Lorca.

El brillante profesor Villanueva nos recuerda cómo él mismo se encargó en el otoño de 2007 de la quinta edición de esta serie de conferencias y de proponer un tema que, cuando menos, le concediera la merced de no rebajar el altísimo nivel de las anteriores intervenciones de los ensayistas Ricardo Senabre, José Carlos Mainer y Gonzalo Sobejano. No olvida Darío Villanueva a Margaret Carson, quien le hizo vislumbrar “la vinculación del tema por mí escogido con la entraña de una vivencia terrible sufrida por Nueva York en septiembre de 2001”. Porque, en efecto, tras la destrucción de las Torres Gemelas, Mike Davis publicaba en New Left Review un admirable artículo titulado The Flames of New York, en el cual se evoca el libro lorquiano Poeta en Nueva York como un poemario “satured with fear and prophecy”. Dentro de lo que Rosa María Rodríguez Magda denomina “Transmodernidad”, Javier Echeverría transportó, hasta los límites derivados de la sugerencia de Marshall Mcluhan en torno a la “aldea global”, ese novísimo formato de organización social, difusa y a la vez compacta, acuñada “Telépolis”, debido a las tecnologías de la comunicación y la información.

¡Ah, “la ciudad automática” que en 1932 era Nueva York a los ojos y a la pluma del escritor y periodista Julio Camba, gallego al igual que Ramón María del Valle Inclán, de la villa pontevedresa de Vilanova de Arousa! “Ciudad simultánea” la definió el profesor Darío Villanueva en los inicios de la década de 1990, resaltando cómo el cine integra armónicamente “las dimensiones de lo espacial y lo temporal”. ¿Quién no rememora la novela Manhattan Transfer de John Dos Passos? El ‘Comparatismo literario’ de T. S. Eliot y su impronta en Claudio Guillén nos conducen a “la écfrasis inversa” –de la poesía al cine– y a los “vanguardismos” estéticos. Al cabo, ilustraciones, bibliografía y referencias filmográficas.