Opinión

‘999 preguntas y respuestas… sobre el ‘Camino de Santiago’

“Podían ser más o menos preguntas. Si bien es verdad que sería mejor que fueran muchas más aún, pese a que este número es puramente simbólico. Y es que la capacidad de preguntar le confiere al ser humano una parte importante de su propia y específica definición de persona”, leemos en el ‘introito’ del libro titulado 999 preguntas y respuestas… sobre el ‘Camino de Santiago’, cuyos autores son los periodistas José María Íñigo y Antonio Aradillas, director y subdirector, respectivamente, de la revista internacional de turismo ‘Viajes y vacaciones’. La presente obra corresponde a la editorial ‘Viajes y vacaciones’, Madrid, 1992. Una dimensión ‘xacobea’, pues, que se transformó en la raíz y justificación de los Años Santos, una de los cuales tuvo trascendencia durante 1993.

‘999 preguntas y respuestas… sobre el ‘Camino de Santiago’

“Podían ser más o menos preguntas. Si bien es verdad que sería mejor que fueran muchas más aún, pese a que este número es puramente simbólico. Y es que la capacidad de preguntar le confiere al ser humano una parte importante de su propia y específica definición de persona”, leemos en el ‘introito’ del libro titulado 999 preguntas y respuestas… sobre el ‘Camino de Santiago’, cuyos autores son los periodistas José María Íñigo y Antonio Aradillas, director y subdirector, respectivamente, de la revista internacional de turismo ‘Viajes y vacaciones’. La presente obra corresponde a la editorial ‘Viajes y vacaciones’, Madrid, 1992. Una dimensión ‘xacobea’, pues, que se transformó en la raíz y justificación de los Años Santos, una de los cuales tuvo trascendencia durante 1993.

Indudable es que el ‘Camino de Santiago’ ha sido y es la ruta más antigua, más concurrida y más celebrada del Viejo Continente que denominamos Europa. ¿Cómo es posible que, siendo Roma y Jerusalén los destinos de atracción para los peregrinos europeos, estas ciudades nunca hicieron ‘Camino’? Recordemos que los ‘romeros’, devota y masivamente, se dirigían a Roma; empero, no dejaron ‘huella fija’ en el ‘Camino’. No lo dejaron tampoco los ‘palmeros’ que consideraron a Tierra Santa como anhelada meta de su fe y movilidad. Tan solo los peregrinos –per-agrum, esto es, ‘por el campo’– hicieron ‘Camino’ rumbo a Santiago, la ciudad del ‘Apóstolo’. Evoquemos aquel diálogo poético: “¿A dónde vas, romero, / por la calzada?’/ ‘Que yo no soy romero, / soy santiaguero’.

“Pero el ‘Camino de Santiago’, aunque por antonomasia sea el Camino llamado francés o Camino Clásico, no coincide exhaustivamente con éste –escriben sus autores–. Hay otros Caminos también procedentes de Francia que atravesaban el País Vasco, Cantabria y Asturias. Además, los peregrinos que procedían de otros países de las riberas del Mediterráneo iniciaban, asimismo, su recorrido en Montserrat, Santes Creus, Poblet y Zaragoza, incorporándose en Logroño al Camino francés”. No conviene olvidar tampoco que los peregrinos que vivían en los territorios islámicos de España seguían la llamada ‘Ruta de la Plata’ por Sevilla, Mérida, Cáceres y Plasencia, y se unían en Salamanca con aquellos que procedían de Portugal. Era el ‘Camino Mozárabe’. En Astorga confluían todos en el Camino francés. Asimismo, a los puertos de Padrón, Noia y A Coruña arribaban los peregrinos ‘santiaguistas’, provenientes de las Islas Británicas así como de los países de Escandinavia. 

La pregunta número 1 –de entre las 999– es la siguiente: “¿En qué escrito se refiere por primera vez la predicación del Apóstol Santiago en España?”. Llegamos a la página 71 del libro y leemos su respuesta: “La difusión de la noticia de que Santiago Apóstol había predicado en España se debe a un texto de época visigótica llamado De vita et obitu sanctorum utrisque Testamenti, probablemente de San Isidoro de Sevilla (560-640). Más tarde, a mediados del siglo VIII, también se hace referencia en los ‘Comentarios del Apocalipsis’ del Beato de Liébana. Parecía lógico que, martirizado el Apóstol en el año 42 después de Cristo en Jerusalén, sus discípulos llevaran su cuerpo a tierras de Occidente”.

La esperanza, desde luego, es que de estas preguntas cristalicen las respuestas. Antiguo juego didáctico para aprender.