Opinión

Iberoamérica y la crisis española

A medida que la crisis socioeconómica española se intensifica, especialmente en materia de desempleo y recortes de gasto público social, resulta cada vez más claro que Iberoamérica se muestra como un destino alternativo para una nueva generación de emigrantes españoles, ahora con un perfil socioeconómico y profesional diferente al de las anteriores generaciones de emigrantes ibéricos.
Iberoamérica y la crisis española

A medida que la crisis socioeconómica española se intensifica, especialmente en materia de desempleo y recortes de gasto público social, resulta cada vez más claro que Iberoamérica se muestra como un destino alternativo para una nueva generación de emigrantes españoles, ahora con un perfil socioeconómico y profesional diferente al de las anteriores generaciones de emigrantes ibéricos.
Cifras oficiales españolas señalan que en el primer semestre de 2012 más de 40.000 españoles emigraron, principalmente a países europeos, EEUU e Iberoamérica. Por vez primera en muchos años, los índices de emigración española superaron a los de recepción de inmigrantes en España, principalmente provenientes de Iberoamérica. Esto clarifica cómo España está dejando de ser un destino atractivo para la inmigración.
La crisis española y europea, en especial de la zona Euro, también refleja su influencia en las economías iberoamericanas, principalmente ante la posibilidad de decrecimiento regional tras años de bonanza económica. Países como Brasil, Argentina, México, Perú, Colombia, Venezuela o Chile tiene numerosas inversiones de multinacionales españolas, así como fuertes vínculos culturales y de emigración con España. Por ello, la crisis española repercute con mayor fuerza, ya que miles de españoles ven ahora a Iberoamérica como un nuevo escenario de oportunidades.
Al mismo tiempo, la crisis en España está obligando al retorno a miles de ecuatorianos, peruanos, colombianos, argentinos, etc, que emigraron a España durante las crisis económicas latinoamericanas de finales del siglo pasado. Gobiernos como los de Ecuador y Perú ya han iniciado atractivos programas enfocados en el retorno de sus nacionales emigrantes en España.
Es evidente que la crisis europea impactará tarde o temprano en Iberoamérica. Incluso, la recesión y caída de la inversión española en la región se verá prolongadamente suplantada por la entrada de China como gran inversor regional, disputando con fuerza ese papel a EEUU y Europa. En todo el hemisferio diversos gobiernos han reaccionado con diversidad a la crisis española: unos la han criticado y hasta mofado, como el caso de la presidenta argentina Cristina K. Otros se han mostrado compresivos con los ajustes, como los casos de México y Chile. Mientras otros han visto en esta crisis la caída definitiva del sistema capitalista, tal y como predicen el venezolano Hugo Chávez Frías y el boliviano Evo Morales.
En todo caso, la crisis europea y su incierto devenir puede abrir una distancia mayor con Iberoamérica que muy probablemente será aprovechado por nuevos actores, con China como principal poder emergente. Muchos analistas españoles identifican la crisis actual como la ‘latinoamericanización’ de la economía española y, por consiguiente, europea, estableciendo paralelismos con experiencias similares ocurridas en Iberoamérica en la década de 1990. Pero más bien lo que parece es que España y Europa están ‘perdiendo’ a Iberoamérica.