Opinión

Suma y sigue

“A bo tempo chegamos, se non nos dan xostregazos”Refraneiro GalegoA la  Capitanía General de Chile se enviaba, desde el Virreynato del Perú, en el siglo XVI, a los díscolos, insubordinados y malhechores arribados al Nuevo Mundo, que las conquistas –válame Deus- nunca se hicieron con catedráticos y artistas y filósofos, sino con carne de cañón y sangre iracunda… Los cronistas de Indias
“A bo tempo chegamos,
se non nos dan xostregazos”
Refraneiro Galego

A la  Capitanía General de Chile se enviaba, desde el Virreynato del Perú, en el siglo XVI, a los díscolos, insubordinados y malhechores arribados al Nuevo Mundo, que las conquistas –válame Deus- nunca se hicieron con catedráticos y artistas y filósofos, sino con carne de cañón y sangre iracunda… Los cronistas de Indias llamaron a nuestro país el “Último Reino”, el pavoroso finisterre, territorio mísero, carente de oro y otras riquezas tangibles para el mercantilismo de entonces. Junto a la pobreza de aquellas comarcas malditas, estaba la asechanza de los feroces mapuche (gente de la tierra) que habían dado cuenta ya, hacía un siglo, de las tropas escogidas del Imperio Inca, y que aniquilaron aquí, entre océano y cordillera, a “la flor de mis guzmanes”, como diría el malogrado emperador alemán con trazas de hispano.
Tras la muerte del adelantado Pedro de Valdivia, el gobernador Rodrigo de Quiroga y Camba, lucense, logra consolidar el nuevo reino y estructurar las bases de lo que iba a ser, tres siglos después, una nación soberana y república democrática (mucho antes que España, y por más tiempo, si me hacen el favor). Pero los chilenos forjaron un carácter acentuadamente isleño, que es parte y meollo de su particular idiosincrasia. De ahí nuestra proclividad a ponderar todo lo extranjero, a mirar a visitantes y huéspedes como seres venidos desde el paraíso terrenal… Creo que no existe país de Iberoamérica que reciba tan bien a los españoles, sea cual fuere su origen regional (también a los “gringos” de Yanquilandia)... Tanto es así que hoy, la mayoría de las empresas de servicio público están en manos de capitales hispanos. Por eso, cuando hacemos “cola” para pagar cuentas de agua, luz y teléfono, pareciera que entregamos el tributo a las viejas alcabalas del Imperio de Carlos V y Felipe II. Sólo que ahora no contamos con las retribuciones de una cultura polifacética y ricaz que iba a mixturarse con los aportes indígenas, para configurar una renovada expresión del mestizaje… Porque los hispanos que hoy llegan no son los esforzados inmigrantes de antaño, sino los cibernéticos empresarios burgueses de un mundo que prescinde de las viejas culturas y se globaliza en pro de los requerimientos apátridas del actual imperio.
A nuestra Corporación Cultural Lar Gallego de Chile, fundada en 1963, heredera de la Asociación Gallega de Chile, creada en 1905, le han otorgado este año 2007, de parte de la Secretaría Xeral de Emigración, UNA beca para los Campamentos de Verano Juveniles 2007 en Galicia, cuota misérrima que contrasta con lo otorgado en datas anteriores, cuando alcanzamos hasta ocho cupos para nuestros jóvenes hijos y nietos de emigrantes. ¿Qué pasa, galegos de alén mar? Coincide esta reducción, infelizmente, con el recorte presupuestario de un treinta y dos por ciento, perpetrado por la Secretaría de Política Lingüística contra el presupuesto del Programa de Estudos Galegos de la Universidad de Santiago de Chile…
¿Acaso esta Capitanía General sufre una estigmatización histórica de las nuevas autoridades socialistas-bloquenacionalistas? Bueno sería para nosotros saber a qué atenernos, porque estos nuevos próceres de la cultura gallega, al  parecer, nos están dando  “con el mocho del hacha”, y quieren liquidar lo que hemos logrado en estos difíciles años de nuestro modesto Centro de Estudios Gallegos y de la  “Corporación Lar Gallego de Chile”, hoy con filiales en Valparaíso, Temuco y Punta Arenas…
Nunca hemos recibido aquí la visita de “altos personeros” de este gobierno gallego; de los nuevos gobernantes que llegaron al poder en 2005, merced a los votos de la emigración –que solos iban derrotados por los caciques del PP, téñase a debida conta- caciques, ¡ay! más proclives al apoyo de los centros gallegos del exterior que estos “socialistas renovados” de la actualidad, que borran con el codo lo que los viejos “reaccionarios” hicieron a favor de una emigración depauperada y olvidada por los “nuevos ricos” de la política gallega. (Ya sé que contra esto se enarbolan las vacuas razones estadísticas, siempre tan a la mano para justificar lo injustificable).
Según los sesudos argumentos del “nuevo régimen”, una “comisión de expertos” ha determinado que nuestro Centro de Estudios Gallegos puede funcionar con un mínimo de apoyo institucional de la Xunta de Galicia (€ 820 ; ochocientos veinte euros mensuales), posición que ha asumido también, al parecer, la Secretaría Xeral de Emigración respecto a los centros asociativos de emigrantes, muy en particular con nuestro viejo “Lar Gallego de Chile”, heredero de una antigua agrupación que se dio el lujo de mantener, por años, a un bibliotecario con renta pagada, para atender los requerimientos librescos de los socios… Hoy en día, la única biblioteca gallega abierta al público es la que hemos formado, desde 1998, con aportes de la Xunta y de socios y amigos que aún creen en la perdurabilidad de la cultura gallega.
En tiempos de Fraga, la oposición “izquierdista” argumentaba que la política cultural del PP ponía acento en “lo folclórico”, repartiendo a diestra y siniestra “gaitas e pandeiros” e invitando èriódicamente a los dirigentes de los “centros” a congresos para fortalecer lazos afectivos con la patria lejana… Viño en cunca, lacón con grelos e pulpo á feira; también “día das letras galegas”, “xantar do Apóstolo”, e imos tirando… Contra esta virtual caricatura enxebre, se alzaba la nueva concepción cultural basada, sobre todo, en la difusión de la lengua gallega y en la recuperación de los valores histórico-tradicionales preteridos por un caciquismo aldeano y onanista… Desde aquí estuvimos de acuerdo, en lo medular, con esa crítica, aunque no compartiéramos el énfasis peyorativo, de intencionalidad política (quizá politiquera), que la realidad desnuda, poco a poco…
Han transcurrido dos años. Sentimos que nos están negando “la sal y el agua”. Quizaves o propósito da “nova política” sexa pecha-las portas ao “Último Reino”, para que non se perdan, nos páramos da fin do mundo, máis guzmanes nin máis cartos… Quen sabe?