Opinión

Colonial

He leído dos noticias sorprendentes ojeando la prensa de Latinoamérica. Una se refiere a la ‘polémica’ desatada en España por el trato que han recibido los presuntos autores de la matanza del 11-M. Sucede que dos de ellos, durante la detención, fueron amordazados con cinta adhesiva. De los efectos del ataque terrorista no se comenta nada más. Aquí, en España, no nos hemos enterado de la polémica.
He leído dos noticias sorprendentes ojeando la prensa de Latinoamérica. Una se refiere a la ‘polémica’ desatada en España por el trato que han recibido los presuntos autores de la matanza del 11-M. Sucede que dos de ellos, durante la detención, fueron amordazados con cinta adhesiva. De los efectos del ataque terrorista no se comenta nada más. Aquí, en España, no nos hemos enterado de la polémica. En otro periódico suramericano se denuncia que uno de los jefes de ETA, desde la cárcel, ha dicho que realizó trabajos sucios para el gobierno de José María Aznar. Como podrá comprobar, lector, son dos noticias imposibles en Latinoamérica, pero no porque no pudieran ser ciertas sino porque a los latinoamericanos no se les va el negocio en invadir y despreciar España a costa de mentiras. En realidad, las dos noticias que leí estos días en dos grandes periódicos españoles son las siguientes. La primera se refería a la ‘polémica’ en Bolivia porque se amordazó con cinta adhesiva a dos presuntos terroristas golpistas que planeaban asesinar al presidente (hay que criticar al indio Evo Morales con razón o sin ella). Y la segunda es una declaración del ex jefe de policía de Pinochet –en la cárcel por sus matanzas en Chile– que dice que “ayudó” a Hugo Chávez, presidente venezolano, aunque en la línea siguiente admite que no le conoce de nada, si bien es suficiente para un titular de prensa en España manchando al presidente venezolano, esta vez un negro y rojo. Colonialismo o racismo, como quiera.