Opinión

Cocina gallega

El blog inmigración y literatura, de la amiga María Marta González Rouco, me recuerda a aquellos mágicos baúles donde se podían encontrar los objetos más inesperados y los recuerdos brotaban como agua de manantial.Hurgando, pues, vi una pequeña bandera de Galicia al margen de este título: ‘Un poema sobre la bella Otero’.
El blog inmigración y literatura, de la amiga María Marta González Rouco, me recuerda a aquellos mágicos baúles donde se podían encontrar los objetos más inesperados y los recuerdos brotaban como agua de manantial.
Hurgando, pues, vi una pequeña bandera de Galicia al margen de este título: ‘Un poema sobre la bella Otero’. Al instante, la cintura de avispa y el busto desafiante de la Otero en su esplendor inunda la memoria. Enseguida, un epígrafe aclara que se trata de un poema enviado por Alejandro Bogor, quien confiesa que el texto se relaciona con América, con el aspecto artístico de las relaciones culturales entre una gallega –la bailarina Carolina Otero– con José Marti, Rilke, el mundo y el propio Bogor.
“Del fondo, de su rincón/ Salta sola hecha palabra/ la valguesa en llamas. Labra/ Como un incendio el mantón.// No danza la Bella Otero: / Viva, gira en cada letra, / Y arde más si la penetra/ Este siglo zalamero.// Inflamadora del verso/ Del cubano que padece, / Monta en Rilke y se le ofrece/ Triunfal, rumbo al Universo” escribe con entusiasmo y ritmo Alejandro Bogor Jiménez.
Si en verdad se tratara de un baúl del siglo XIX, y no de un blog posmoderno alimentado por María, sacaríamos un mantón de Manila y, entrecerrando los ojos, imaginaríamos historias. ¿Qué hombros cubrió la joya textil? Tal vez una morena modelo de Rodrigo de Triana, una rubia celta de Finisterre añorando a su hombre en Cuba o en Bahía, o una prostituta afortunada anclada en Marsella mientras sueña, también ella, con llegar a América, esa tierra prometida donde el oro brota de la tierra con sólo mirarla.
Pero la realidad no es “una de piratas”. Tal vez a Agustina Otero Iglesias (el verdadero nombre de la Otero) no le agradaría ver la bandera gallega cerca suyo. Nacida en Ponte de Valga, Pontevedra, en 1868, tuvo a los mas poderosos hombres de Europa, reyes, emperadores, nobles y millonarios a sus pies y en su cama. A un acaudalado hombre que le ofrece una fortuna por pasar una hora con ella, lo invita a su mansión, le recibe el dinero, lo pasea por la sala mostrándole las obras de arte originales, esculturas, recuerdos, y cuando, impaciente, este intenta acercarse, la bella, con envidiable frialdad le dice: “Caballero, ya pasó la hora por la que pagó”. Recorrió el mundo y dilapidó caprichosamente su patrimonio. Falleció en Niza, Francia, en 1965. En la más absoluta pobreza y soledad, claro.
Pero no estaba orgullosa de su origen, no; hacia todo lo posible para que no se supiera que era gallega, estaban de moda las andaluzas. Se cuenta que de visita en Argentina, actuó en el Teatro Avenida y un gallego entusiasmado gritó: ¡bravo, paisana! y casi lo paga con la vida. La bella se enfureció con el emigrante. Nosotros con ella, porque se entregó al mundo y se olvidó de su aldea, su tierra, su identidad. Y giró, ebria de vanidad, como uno de aquellos trompos de madera que usábamos de niños.
Rosalía sí ofició de gallega, y miles de mujeres anónimas que emigraron quemando las naves, y madres de desaparecidos que ahogaron su angustia girando como sacerdotisas alrededor de la Pirámide de la Plaza de Mayo; todas llevan en el corazón la llama eterna de la tierra meiga. De ellas, y no de la Bella, estamos orgullosos. Y de los maravillosos recuerdos que se esconden en los baúles de nuestra alma emigrante y alimentan nuestra esperanza.
Ingredientes-Caldeirada de pescados sobre grelos: 250 gramos de abadejo / 250 gramos de congrio / 250 gramos de merluza / 250 gramos de palometa / 1 cebolla / 1/2 pimienta morrón / 500 gramos de papas / 500 gramos de grelos / aceite / sal / 1 hoja de laurel / ajada.
Preparación: En una olla con agua y 1 cucharada de sal gruesa ponemos la cebolla y el morrón en trozos grandes, el laurel y las papas en rodajas gruesas. Cuando las papas estén casi cocidas echar los pesca dos cortados en postas de 5 centímetros.
Aparte, en otra olla, cocemos los grelos lavados y troceados. Escurrirlos.
Disponemos en la fuente de servicio los grelos, luego las papas y por ultimo los pescados. Regamos el conjunto con la clásica ajada de aceite de oliva, pimentón y ajo fileteado.

Restaurante Morriña se encuentra ubicado en el Barrio de Palermo, Bs. As., calle Zapata 301, esquina Matienzo (altura Av. Cabildo al 300). Telf.: 4771-0190 / E-Mail: manuelcorralvide@infovía.com.ar / Sábados show de gaitas, panderetas y cantareiras.